La ridícula idea de no volver a verte. Rosa Montero. Seix Barral. 2013. 240 páginas.
Rosa Montero (Madrid, 1951) es
una de las periodistas, columnistas y narradoras más conocidas de nuestro país.
Su último libro, La ridícula idea de no
volver a verte, es una obra híbrida y libre que mezcla diversos géneros
literarios –novela, diario, biografía, ensayo, reflexión–, sin que pueda
adscribirse del todo a ninguno de ellos.
Como explica la autora en
sus páginas, la génesis de La ridícula
idea de no volver a verte se produjo cuando una editora de Seix Barral le
pidió un prólogo, u otra cosa si surgía, para el breve diario personal escrito
por Marie Curie tras la muerte de su marido, atropellado por un coche de
caballos en 1906 en París, cuando se dirigía desde su casa al laboratorio donde
trabajaba. Con gran acierto, Rosa Montero incluye este magnífico texto personal
de la doble Premio Nobel polaca nacionalizada francesa como apéndice de su nuevo
libro. La escritora madrileña establece un cierto paralelismo entre su
situación tras la reciente dolorosa pérdida de su marido, el periodista Pablo
Lizcano, y la de la ilustre científica tras la inesperada y repentina desaparición
del suyo. Ambas sienten la necesidad de verbalizar por escrito este dolor para
así, en cierta manera, sobreponerse a la inevitable ausencia y reinventar sus
vidas: “Aplastamos carbones con las manos desnudas y a veces conseguimos que
parezcan diamantes”.
Pero este aparente “tête a tête”
entre Rosa Montero y Marie Curie muestra un gran desequilibrio en favor de la
segunda en las páginas del libro escrito por la primera. Tanto es así que por
momentos uno cree estar leyendo una biografía de la ilustre científica cuya
vida aborda la escritora madrileña desde todas sus facetas, algunas de ellas relativas
a su vida íntima y probablemente muy poco conocidas por la mayor parte de los
lectores. La vida de Madame Curie contada por Rosa Montero y entreverada con
sus reflexiones personales resulta de este modo una lectura muy sugerente y
atractiva. Que nadie piense, sin embargo, que es este un libro triste con presencia
permanente de la muerte, el dolor, la soledad y la ausencia. Aparecen mucho en
él, obviamente, pero no más que la pasión, el amor, el sexo o la alegría. La
vida en suma, con sus claroscuros y sus antagonismos, es la columna vertebral
de esta atractiva obra híbrida y miscelánea.
Rosa Montero utiliza una
prosa ágil con un lenguaje directo, numerosos coloquialismos y frecuentes
saltos y digresiones que hacen del texto una lectura amena, entretenida y fácil.
El libro está ilustrado con numerosas fotografías, que incluyen incluso una viñeta
de Forges para ilustrar humorísticamente la idea de la permanente condición
infantil del hombre frente a la mujer. También recurre la autora al uso tipográfico
de hashtags –antes denominados
almohadillas y ahora resucitados con fuerza por el twitter– con el fin de llamar la atención sobre temas
recurrentes o en construcción presentes a lo largo del libro:#Ambición,#Coincidencias,#Intimidad,#LugarDeLaMujer,#HacerLoQueSeDebe,
#HonrarALosPadres…
Un libro que parte de la
presencia de la muerte para afirmar la vida, bellamente representada por esa
niña que, sentada junto a una higuera, canta para ahuyentar a los pájaros que se
quieren comer sus frutos.
Carlos
Bravo Suárez