Tras las últimas e intensas nevadas
en el valle de Benasque, y después de que el jueves quedara abierta
la carretera de acceso a Llanos del Hospital, el Centro Excursionista
Ribagorza decidió mantener la excursión de raquetas programada en
su calendario oficial para el pasado domingo. A pesar de que el
incierto pronóstico del tiempo retrajo a algunos participantes
habituales, una veintena de personas salimos de Graus a las siete de
la mañana para trasladarnos en autobús hasta el Hospital de
Benasque, adonde llegamos poco antes de las nueve. Era nuestra
intención realizar una vez más la clásica excursión con raquetas
de nieve desde Llanos del Hospital hasta el Forau de Aigualluts,
pasando por La Besurta.
Acababa de empezar a nevar cuando
llegamos al Hospital de Benasque, lo que hizo que varios de nuestros
compañeros decidieran quedarse en la cafetería de este confortable
establecimiento hotelero. Sin embargo, viendo que la nevada era
ligera, y confiados en los pronósticos meteorológicos que auguraban
una mejoría del tiempo a lo largo de la mañana, catorce de los
inscritos decidimos calzarnos las raquetas e iniciar la excursión,
dispuestos a disfrutar, pese a todo, de la cantidad y calidad de la
nieve caída recientemente.
Desde el Hospital, situado a unos
1750 m. de altitud, seguimos un breve trecho por la orilla del río
Ésera para girar a la derecha, cruzar de nuevo el río por un puente
de madera e iniciar la subida hacia el bosque de pinos por el que
transita la ruta balizada para raquetas. Con poco viento y una
temperatura no demasiado fría, atravesamos esta zona boscosa hasta
alcanzar el Plan de Están que, absolutamente cubierto por la nieve,
pudimos atravesar por su centro sin ningún problema. Tras una corta
subida, llegamos a La Besurta (1920 m.), bajo cuyo cubierto de madera
hicimos una parada para comer algo y reponer fuerzas. Había dejado
de nevar y el tiempo mejoraba, por lo que decidimos continuar nuestro
recorrido hasta el Forau de Aigualluts, siguiendo la escasa huella
existente. Dejamos a nuestra derecha el desvío a La Renclusa y
abordamos por nuestra izquierda una zona en ascenso que nos llevó al
llano previo al Forau, con la inconfundible y puntiaguda Tuca de
Aigualluts como magnífico telón de fondo. Siempre por el centro del
valle, alejándonos por precaución de las laderas, antes de las 12
horas, llegamos al Forau (2.074 m.), donde, como es sabido, el agua
procedente del glaciar del Aneto y otros torrentes y barrancos, que
un poco más arriba se precipita en una bella y estruendosa cascada,
se filtra misteriosamente para, en un curioso fenómeno geológico,
reaparecer algo más al norte, en la Artiga de Lin, ya en el Valle de
Arán, y constituir en los llamados Güells de Joeu una de la fuentes
del río Garona.
Tras descansar un rato, hacer una
foto de grupo y ascender un poco por nuestra izquierda para intentar
ver el Aneto, que se mostraba cubierto, repetimos el camino de
retorno hasta La Besurta. Desde allí descendimos al Plan de Están
y, ahora por la izquierda del valle, continuamos el regreso hasta el
Hospital de Benasque, al que llegamos poco después de las 14 horas.
Entre la ida y la vuelta habían sido 12 kilómetros de recorrido, en
los que invertimos prácticamente cinco horas justas contando las
paradas.
Después de devolver las raquetas de
quienes las habían alquilado y tomar algo en la cafetería del
hotel, regresamos a Graus contentos de haber inaugurado nuestra
temporada oficial y haber disfrutado de una magnífica jornada
deportiva en la nieve.
Carlos
Bravo Suárez
Artículo publicado hoy en Diario del Alto Aragón.