jueves, 29 de junio de 2023

EXCURSIÓN DEL CER A LA FAJA PARDINA DESDE NERÍN


El pasado domingo, el Centro Excursionista Ribagorza realizó una excursión desde Nerín a la Faja Pardina, pasando por Cuello Arenas y haciendo un recorrido circular desde Tripals, con retorno por la parte superior de la faja desde la Mallata Candón y con extraordinarias vistas del Cañón de Añisclo, de las Tres Serols y de las Tres Marías, entre otras montañas. En un día con bastante sol y calor, aunque menos de lo esperado.

Los veintisiete participantes en la excursión salimos de Graus a las 6.30 horas y nos dirigimos con nuestros vehículos hasta la localidad sobrarbense de Nerín. Sobre las 8.30 horas iniciamos la excursión, subiendo unos metros de pista para tomar un sendero a la derecha. Casi siempre por sendero, aunque cruzando alguna vez la pista y desembocando en ella, llegamos a Cuello Arenas. Allí, junto a una cabaña de pastores, hicimos una parada para el almuerzo. Continuamos hacia la zona conocida como Tripals y descendimos hasta la Faja Pardina, que transita, a considerable altura, por la margen izquierda del barranco Pardina, afluente por la margen derecha del río Bellós, que constituye el eje central del Cañón de Añisclo.

Terminada la faja inferior, ascendimos por unas clavijas y una cadena hasta la parte superior y nos acercamos hasta la llamada Mallata Candón, donde junto a la cabaña de pastores hicimos la parada para comer y la foto de grupo. Continuamos en dirección a Tripals en paralelo, pero más arriba, de la faja que habíamos recorrido a la ida. En Tripals, terminamos la parte circular de nuestro itinerario y continuamos hasta la cabaña de pastores de Cuello Arenas, donde nos reagrupamos. Desde allí, retornamos a Nerín prácticamente por el mismo camino que a la ida, excepto un tramo de pista donde paramos junto a una fuente para beber y coger agua. A las 16.30 horas, llegamos de nuevo a Nerín y terminamos nuestra excursión. Habían sido 20 km de recorrido, con unos 950 m. de desnivel acumulado y unas ocho horas de tiempo invertido, incluyendo las paradas.

domingo, 18 de junio de 2023

CASTILLOS DE FUEGO

Si Ignacio Martínez de Pisón (Zaragoza, 1960) ya figuraba por mérito propio entre los mejores novelistas españoles actuales, su última novela “Castillos de fuego” lo consolida de manera incontestable en la cima de la narrativa contemporánea en nuestro país. Desde “La ternura del dragón”, publicada en 1984, el escritor zaragozano, afincado en Barcelona, ha escrito una quincena de novelas, entre las que destacan “Carreteras secundarias”, “Dientes de leche”,El día de mañana”, “La buena reputación”,Derecho natural” oFin de temporada”. También ha publicado el ensayo “Enterrar a los muertos”, el libro de relatos “Aeropuerto de Funchal” y la novela de no ficción “Filek, el estafador que engañó a Franco”. Ahora, Seix Barral acaba de editar “Castillos de fuego”, una extraordinaria y voluminosa novela de setecientas páginas, ambientada en los primeros años de las posguerra española, en los iniciales y más duros años del franquismo tras la terrible y fratricida guerra civil.

El relato de “Castillos de fuego” transcurre en Madrid entre 1939 y 1945, en unos años de represión y miseria, violencia y estraperlo, en los que la supervivencia del franquismo parece marcada por el desenlace de la Segunda Guerra Mundial. Franco, alineado claramente al inicio de la guerra con el nazismo alemán, que parece como claramente ganador de la contienda, va cambiando su discurso y su estrategia política, sacrificando a sus partidarios más pro alemanes, como su cuñado Serrano Suñer, a medida que Alemania va perdiendo la guerra y la supervivencia del régimen parece cada vez más difícil. Ya sabemos que el Generalísimo jugará después la baza del anticomunismo para lograr mantenerse en el poder.

Pero lo mejor de la novela es la extraordinaria conjunción y equilibrio literario entre la historia y sus hechos y la vida cotidiana de los personajes. Martínez de Pisón consigue abarcar a través de un amplio y logradísimo elenco de personajes todo el espectro social del Madrid de aquellos años. Unos personajes que van alternando sus apariciones en el relato, un poco a la manera de “La colmena” de Cela, y que, a grandes rasgos, se pueden dividir en dos grupos: los que  están entre los vencedores de la guerra civil y quienes figuran entre los perdedores. Pero, y ese es otro gran logro de la novela, no hay un claro y determinante posicionamiento de maniqueísmo moral ni político ante ellos. Los vencedores tienen sus disputas internas y aspiran a obtener cargos importantes y colocar a los suyos, evitando caer en desgracia ante los cambios del generalísimo y la jerarquía franquista. Los vencidos son, principalmente, miembros del Partido Comunista que intentan organizar el partido en el interior y articular la resistencia al régimen. Son víctimas con frecuencia del dogmatismo del partido, que no duda en purgar e incluso en eliminar físicamente a cualquiera que discrepe o caiga bajo sospechas de la dirección exterior, aunque sean estas falsas o infundadas.

          Los personajes luchan, cada uno a su manera, por salir adelante en una ciudad, todavía en parte destruida (pero en la que se ha inaugurado la sala de fiestas más importante de Europa), marcada por el hambre, la penuria y el estraperlo. Algunos de ellos son inolvidables: Valentín que es capaz de cualquier vileza por ocultar su pasado comunista y trepar sin escrúpulos como policía del nuevo régimen; Eloy, un joven tullido que intenta salvar como sea de la pena de muerte a su hermano; Basilio, un profesor universitario que abraza la vida mística tras ser depurado por las delaciones de algunos de sus compañeros ávidos de ocupar su puesto; Alicia, una taquillera de cine que cae en la prostitución para sobrevivir tras haber sido madre soltera; el falangista Matías que se enriquece traficando con objetos requisados; o Cristina, hermana de Eloy, que, sin otro ideal político que el de ayudar a su hermano, expondrá su trabajo y su vida. Aparecen también insertados en el relato algunos personajes alineados con el franquismo como los escritores Jacinto Benavente y Dionisio Ridruejo, este con un mayor protagonismo por su disidencia con el régimen desde posiciones radicales falangistas. También algunos miembros de la resistencia interior del partido comunista como Jesús Monzón, Heriberto Quiñones o Gabriel León Trilla.

       Aunque algunos escritores (Francisco Umbral o Andrés Trapiello, entre otros) han ambientado algunas de sus novelas en el Madrid de la postguerra, ningún autor ha sabido reflejar tan bien ese periodo de la historia como lo ha hecho Ignacio Martínez de Pisón en esta novela. Escribe con acierto el crítico Jesús Ferrer que estamos ante una “novela de aliento galdosiano, que habría admirado Baroja y fascinado a Delibes, y se inscribe en un realismo crítico de cuidada prosa, detallada ambientación, conseguidos personajes e incisiva denuncia de sus injustas penalidades”.

       He leído unas cuantas de las novelas publicadas hasta la fecha por el escritor zaragozano y todas me han gustado mucho, pero es esta, en mi opinión,  la mejor de todas ellas. “Castillo de fuego” es, sin duda, una gran novela sobre la posguerra española y una de las mejores narraciones de la reciente literatura de nuestro país.

“Castillos de fuego”. Ignacio Martínez de Pisón. Seix Barral. 2022. 704 páginas.


sábado, 10 de junio de 2023

EXCURSIÓN CIRCULAR POR EL VALLE DE LA FUEVA


El pasado fin de semana, el Centro Excursionista Ribagorza organizó una excursión por el valle de La Fueva, en la comarca de Sobrarbe. Fue un recorrido circular con inicio y final en la pequeña localidad de El Humo de Muro, muy cerca de Tierrantona, y con paradas en Fumanal, la Casa Carrera, la impresionante fortaleza de Muro de Roda y su iglesia de Santa María, la ermita de San Cristóbal, el despoblado Ministirio, el roquedo conocido como Guatarán y la Cueva de los Novios.

Los veintiún participantes en la excursión salimos de Graus con nuestros vehículos para dirigirnos por carretera hasta El Humo de Muro, donde empezamos la caminata. Tras unos metros de carretera, tomamos el GR-1 y en poco rato llegamos al núcleo de Fumanal, pueblo de dos casas, una de las cuales se encuentra habitada. Seguimos por sendero y nos desviamos unos metros para ver la Casa Carrera, deshabitada desde hace tiempo, pero que conserva algunas estancias abovedadas y una estructura torreada. Siempre en subida, llegamos en poco rato a la fortaleza de Muro de Roda. Antes de entrar en el recinto amurallado, visitamos la iglesia de San Bartolomé, situada extramuros a pocos metros.

En Muro de Roda, vimos la iglesia de Santa María o de la Asunción, con triple ábside, cripta y robusta torre. Junto a un banco, hicimos una parada para desayunar y nos hicimos la foto de grupo. Rodeando la muralla oriental por el exterior, continuamos camino hasta la ermita de San Cristóbal y el despoblado y arruinado Ministirio. Por sendero, ascendimos al roquedo de Guatarán, con magníficas vistas del pantano de Mediano. Desde allí, la senda desciende de manera pronunciada. Un corto desvío nos llevó a la llamada Cueva de los Novios. Retornamos al camino principal y llegamos a El Humo de Muro, donde terminamos la excursión. Fue un recorrido de 13 km, con un desnivel acumulado de 650 m. y una duración de algo menos de seis horas con las paradas.

https://www.diariodelaltoaragon.es/noticias/deportes/2023/06/07/excursion-circular-por-el-valle-de-la-fueva-1657316-daa.html?fbclid=IwAR190aqsu9eLIf4lvShMGlSHIxXmAHB7CQyRhEdXWpEMPD4XPR5f7NciD6g