domingo, 19 de diciembre de 2010

EL POETA QUE ABRIÓ LOS OJOS


Tea-Bag. Henning Mankell. Tusquets Editores. 2010. 376 páginas.

Henning Mankell es el escritor sueco más conocido de los últimos años y un hombre verdaderamente polifacético. Desde hace tiempo, su vida transcurre entre Suecia y Mozambique, en cuya capital, Maputo, dirige el Teatro Nacional Avenida. Como narrador, es mundialmente conocido por sus novelas policiacas protagonizadas por el inspector Wallander. Mankell es también autor de varias novelas de temática africana, ambientadas en un continente que conoce profundamente. Tea-Bag, su último libro publicado en España, no es una novela policiaca, pero tampoco puede inscribirse del todo entre sus novelas africanas. Su principal personaje, que responde al nombre que da título al libro, es una nigeriana que, junto a otras mujeres de otras procedencias, vive como inmigrante ilegal en la Suecia moderna.

Tea-Bag se publicó en el país escandinavo hace casi diez años, en 2001, en un momento en que la emigración desde los países pobres al mundo occidental se encontraba en su punto máximo. En esta novela, Mankell pretende dar voz a las historias personales de aquellos que han de abandonar sus lugares de origen y sobrevivir como ilegales en las catacumbas de muchas ciudades occidentales. Son las voces de tres mujeres que representan a tantas otras que han pasado por peripecias similares. Tea-Bag es una joven de sonrisa seductora que desde Nigeria atravesó Europa, con parada en un campo de refugiados del sur de España, hasta llegar a Goteborg, en Suecia. Tanjia y Leyla, procedentes de Estonia e Irán respectivamente, son las otras dos muchachas cuyas historias se cuentan en la novela.

Quien hace aflorar el truculento pasado y el difícil presente de estas tres mujeres es el escritor Jesper Humlin. Un poeta rutinario y vanidoso al que sólo preocupa su permanente bronceado y el estado de sus cuentas bancarias. Su cómoda situación y su vacua personalidad son el contrapunto a las difíciles historias de pobreza y supervivencia que, casi por casualidad, llega a conocer y que le hacen abrir los ojos a otras vidas y modifican para siempre la suya propia. Hay en la descripción del modo de vivir de Humlin y sus conocidos una irónica y brillante crítica a la sociedad sueca y, por extensión, a la de todo el mundo occidental, exclusivamente preocupado por su propio bienestar y ciego ante la nueva y a menudo dramática realidad que invade muchas de sus ciudades.


Destaca también en el libro una divertida crítica al “boom” de la novela negra escandinava. Todos quieren escribir esas historias que tanto éxito cosechan en el mundo. El propio Humlin es continuamente presionado por su editor que desea a todo trato que escriba uno de esos libros que reportan tan abundantes ganancias. Porque “sólo las novelas policiacas y ciertas novelas de testimonios picantes venden hoy un mínimo de cincuenta mil ejemplares”. Humlin decide escribir sin embargo sobre una realidad mucho más incómoda y sin duda mucho menos rentable.

Carlos Bravo Suárez.

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