sábado, 28 de mayo de 2011

UNIVERSIDAD, HUMOR Y DESENGAÑO


Un momento de descanso. Antonio Orejudo. Tusquets Editores. 2011. 241 páginas.

Antonio Orejudo es de los pocos escritores españoles que destacan por el uso del humor como un ingrediente importante en sus novelas. Así ocurre en Un momento de descanso, libro recientemente editado con el que el autor madrileño se consagra como uno de los novelistas más interesantes de la narrativa española actual.

Un momento de descanso se inscribe dentro de las novelas llamadas de autoficción, en las que el propio autor se convierte en personaje importante del relato. En este caso puede hablarse incluso de una cierta parodia de este tipo de novelas que han proliferado recientemente en la narrativa española. Al final del libro, el mismísimo Orejudo, tras el discurso de un amigo que acaba de ser nombrado catedrático, se permite saludar a la princesa de Asturias que ha asistido a ese acto universitario.

Un momento de descanso puede considerarse también una novela de las que se ha dado en llamar de campus. Al contrario que en la literatura anglosajona, este tipo de relatos que tienen como protagonista la vida universitaria no son muy frecuentes en nuestro país. Orejudo critica con dureza la dictadura de lo políticamente correcto en la universidad estadounidense actual y muestra un panorama desolador de la universidad española donde, desde el franquismo hasta nuestros días, imperan por completo la mediocridad y los intereses espurios.

La novela está dividida en tres partes muy diferenciadas y algo inconexas entre sí. Cada una podría ser en cierto modo un relato independiente. En la primera, el protagonista es Arturo Cifuentes, un amigo del narrador con el que éste se reencuentra después de diecisiete años sin verse. Cifuentes, que ha trabajado como profesor de español en Estados Unidos, ha vuelto a España tras abandonar la Universidad de Missouri, donde una alumna negra le acusó falsamente de racismo para intentar así aprobar su asignatura. En algún momento del relato se dice que, además del poder negro ya en cierto declive, los lobbies feminista y homosexual gozan de un enorme poder en una sociedad que padece una dictadura de lo políticamente correcto, de la cual algunos se aprovechan en beneficio propio.

En la segunda parte, delirante y disparatada por momentos, Orejudo nos cuenta que se hizo escritor a consecuencia de unos experimentos médicos a los que se sometió como conejillo de indias para conseguir dinero. Vista la experiencia del autor, tal vez la palabra realidad debería escribirse siempre en cursiva, pues, al menos en su caso, resulta complicado diferenciarla de la ficción. La tercera parte del libro se adentra en algunas cuestiones referidas a la universidad española de los últimos tiempos, con Cifuentes de nuevo como protagonista.

Detrás del humor, la hilaridad o el disparate subyacen el desengaño y la decepción, en una novela que resulta a la vez tan divertida como desencantada.

Carlos Bravo Suárez

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