domingo, 28 de octubre de 2012

SEGUNDO CASO DEL INSPECTOR SALGADO


                          
 Los buenos suicidas. Toni Hill. Debolsillo. 2012. 382 páginas.

El escritor Toni Hill, de origen y nombre ingleses aunque nacido y residente en Barcelona, se dio a conocer hace aproximadamente un año con su primera novela El verano de los juguetes muertos, a la que dedicamos en esta sección la reseña Vicios ocultos en la Barcelona pija. En ella, el inspector Héctor Salgado y sus ayudantes resolvían el complejo caso del supuesto suicidio del hijo adolescente de una familia bien de la ciudad condal.

Tras el éxito de esa primera narración, traducida a varios idiomas, Toni Hill no ha tardado mucho en publicar, ahora en un económico formato de bolsillo, su segunda novela, titulada Los buenos suicidas. De nuevo encontramos al inspector Salgado al frente de la investigación de un extraño y misterioso caso de aparentes suicidios. En esta ocasión, se trata de varios trabajadores de una misma empresa de cosméticos y productos de belleza que pasaron un fin de semana juntos en una masía de la Cataluña interior. Salvo ese breve episodio campestre, la novela se ambienta otra vez en Barcelona y reúne nuevamente muchos de los mejores ingredientes del género policiaco.

Aunque Los buenos suicidas se puede leer y entender perfectamente sin haber leído El verano de los juguetes muertos, los lectores de esta novela ya conocerán a muchos de los personajes que vuelven a aparecer en el nuevo relato, donde también se hace referencia a algunos hechos ocurridos en aquella historia de vicios ocultos entre algunas familias de la burguesía barcelonesa de la parte alta de la ciudad.

En Los buenos suicidas, Toni Hill consigue otra vez enganchar por completo al lector y mantener la intriga y el suspense hasta el último momento en que, también aquí con sorpresa final, se resuelve el misterioso enigma planteado. Además de esta primera trama que ocupa al temperamental inspector de origen argentino, hay en esta novela una segunda intriga paralela que se centra en la investigación que la agente Leire Castro, ahora embarazada, lleva a cabo sobre la desaparición de Ruth Valldaura, la exmujer de Salgado. Mientras que el primer asunto se cierra con la resolución del caso, el segundo queda abierto y hace pensar en su continuación en un próximo libro.

 Los buenos suicidas profundiza nuevamente en la psicología de los personajes, pero también en la soledad urbana, la necesidad de mantener el estatus económico a cualquier precio, la influencia del grupo sobre el individuo y, aquí aún más que en la novela anterior, en la diversidad de gustos y prácticas sexuales de los personajes que pueblan el relato. Tras estas dos magníficas muestras de lo que algunos han venido en llamar nueva novela negra mediterránea, deseamos que el tercer caso del inspector Salgado no tarde mucho en llegar a las librerías.

Carlos Bravo Suárez

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