domingo, 7 de junio de 2015

POLÍTICA FICCIÓN


“Sumisión”. Michel Houellebecq. Anagrama. 2015. 288 páginas.
           
Michel Houellebecq (Saint-Pierre, isla de La Reunión, departamento de ultramar de Francia, 1958), además de ser un destacado escritor, es un auténtico fenómeno literario en Francia. Autor de novelas como “Plataforma”, “Las partículas elementales” o “El mapa y el territorio”, Houellebecq es un personaje que no deja a casi nadie indiferente y suele crear polémica y escándalo en muchas de sus intervenciones públicas. Ese afán provocador y polemista se pone aún más de manifiesto en su última novela  “Sumisión”, en la que el histriónico escritor, en un ejercicio literario de política ficción, imagina una Francia gobernada por un presidente musulmán y progresivamente islamizada en todos los ámbitos de la sociedad.

“Sumisión” transcurre en el año 2022, cuando a los tres partidos actuales habitualmente en liza (el Frente Nacional, la UMP y el Partido Socialista) se une una nueva formación, la Fraternidad Musulmana. Para evitar el triunfo del Frente Nacional, partido más votado en la primera vuelta, los otros dos partidos apoyan en la segunda a la Fraternidad Musulmana, cuyo líder Mohamed Ben Abbes acaba siendo elegido nuevo presidente de Francia.

La novela está narrada en primera persona por François, un profesor universitario de la Sorbona, máximo especialista en el escritor del siglo XIX Joris Karl Huysmans, sobre quien ha escrito su tesis doctoral. Como Huysmans, autor decadentista que se convirtió del protestantismo al catolicismo, François también dará un giro radical a su vida. Soltero, bebedor y solitario, François buscará sexo duro con prostitutas sumisas después de que su amiga de juegos eróticos Miriam se vaya con su familia judía a Israel tras el auge del islamismo en Francia. Pasadas las elecciones, el narrador recorre la Francia rural y profunda e incluso pasa unos días en el monasterio en que se recluyó Huysmans al final de su vida. Cuando regresa a París y a la Universidad, comprobará cómo los hábitos musulmanes se van imponiendo y extendiendo cada vez más.

“Sumisión” es una fábula futurista que ha levantado ampollas en Francia y un fuego cruzado entre detractores y defensores de su autor y de la novela. Sin duda, la narración despierta fantasmas y temores en una parte de la sociedad francesa, temerosa de que ese futuro pueda ser algún día realidad. A quienes le acusan de provocador, ha contestado Houellebecq de esta esclarecedora manera en una reciente entrevista: “He procedido a una aceleración de la historia, pero no puedo decir que sea una provocación, porque no digo cosas que considere falsas solo para poner nerviosos a los demás. Condenso una evolución que, a mi entender, es verosímil”.

Se ha comparado esta novela con otras obras en su momento futuristas como “1984” o “Un mundo feliz”. Se trata de un relato que juega a la política ficción con un resultado que a muchos puede no gustar como posible devenir de Francia. Parece decantarse también el narrador –que no sé cuánto tiene de alter ego del propio Houellebecq– por una respuesta religiosa tal vez necesaria según él ante el vacío al que le ha llevado su vida anterior. Y tal vez muestre la certeza de que las civilizaciones caen en una inevitable decadencia que las llevan a ser fagocitadas por otras posiblemente más vigorosas y nuevas venidas casi siempre de fuera. No se trata de estar de acuerdo con esas soluciones o posibles recambios ni de considerarlos como un avance o un retroceso, sino de leer el libro como una ficción literaria que tiene su propia lógica y que no parece en absoluto narrativamente mal construida.

Carlos Bravo Suárez

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