domingo, 12 de septiembre de 2021

LOS DÍAS PERFECTOS


 

“Los días perfectos” ha sido una de las sorpresas literarias de los últimos meses. Su autor es Jacobo Bergareche (Londres, 1976), español aunque nacido en Londres y muy poco conocido hasta ahora en el mundo de la literatura, que compagina la escritura con su trabajo como productor y guionista de series de ficción. Ha publicado el poemario “Playas” (2004), la obra de teatro “Coma” (2015), la colección de libros infantiles “Aventuras en Bodytown” (2017) y el ensayo autobiográfico “Estaciones de regreso” (2019). Bergareche residió en Austin durante cuatro años y en el Harry Ransom Center de la capital de Texas pudo investigar la correspondencia privada de varios escritores. Como consecuencia de esa investigación, surgió la idea de escribir “Los días perfectos”, la primera novela del autor, que publicó Libros del Asteroide el pasado mes de mayo y está teniendo un éxito en buena medida inesperado.

“Los días perfectos” tiene como protagonista a Luis, un periodista cansado de su trabajo que asiste a un congreso en Austin, Texas, para poder encontrarse de nuevo con Camila, con quien el año anterior mantuvo un idilio extramatrimonial en este mismo lugar. La aventura supuso un momento excepcional en su vida y aquellos días perfectos de desbordante pasión con su amante, también casada, suponen un contrapunto radical con el tedio y la rutina de su vida matrimonial. Y esta contraposición constituye el tema central y nuclear de la novela. “Con altas dosis de verdad y humor y una enorme fuerza narrativa, Jacobo Bergareche arrastra al lector en esta singular y cautivadora novela que explora de forma universal la fiebre del enamoramiento y la inevitable rutina de las relaciones de largo recorrido”. El autor, que se confiesa en alguna entrevista como felizmente casado, ha señalado también que la novela constituye en buena medida una impugnación del matrimonio. En algún momento del libro el propio Luis indica que en las ceremonias matrimoniales el “hasta que la muerte os separe” debería sustituirse por “hasta que el tedio os separe”.

El libro está dividido en dos largas cartas (mucho más la primera que la segunda) escritas por Luis a su amante Camila, que en el último congreso ya no repite la aventura anterior, y a su mujer Paula, antes de regresar a casa desde Estados Unidos. Aunque hoy parezca algo casi inconcebible la escritura de cartas de puño y letra, y así lo reconoce el propio protagonista, el recurso literario funciona bien y no hace perder fluidez a la narración sino todo lo contrario. Dentro de la novela adquiere una considerable importancia como historia paralela la correspondencia entre el escritor William Faulkner y su amante Meta Carpenter, que se prolongó desde 1936 a lo largo de varios años y que Luis estudia a fondo en el impresionante archivo del Harry Ransom Center de Austin. Hay una frase de Faulkner en una de las cartas que Luis repite a modo de axioma: “entre el dolor y la nada, elijo el dolor”. “La lectura de esta larga correspondencia lo ayuda a reconstruir el recuerdo de su aventura amorosa y a reflexionar sobre su tedioso matrimonio, pero también a preguntarse cómo hay que vivir para lograr que cada día valga la pena”. En el libro se reproducen incluso algunos de los dibujos con los que Faulkner ilustraba las cartas a su amante.

Ya para terminar, reproduzco uno de sus párrafos que he subrayado especialmente en la lectura del libro, porque puede servir a la vez como síntesis y explicación de su título: “Hay que identificar esos días perfectos en arquetipos que funcionen como los standards de jazz, días amados a los que hemos extraído su melodía para poderla usar de base, de plantilla, para tocar de nuevo en pareja e improvisar juntos en otro momento. Días que no necesitamos explicarnos ni recordarnos el uno al otro, que sean parte de un repertorio a prueba de óxido, que no admita desgaste, como los standards de jazz que jamás se desgastan, que pueden tocarse mil veces sin dejar de ser nunca ellos mismos”. Pero no nos engañemos, esos “perfect days”, como la canción de Lou Reed que Luis cita, no son demasiado frecuentes. Son lo excepcional. Y es que si lo fueran se convertirían ya en la denostada rutina  y se acabaría produciendo el “The Thrill is Gone” del clásico del blues de B. B. King, también citado en el libro.

Como ha escrito recientemente Vargas Llosa, “Los días perfectos” es una novela “amena, divertida, insolente y muy bien escrita”. Realmente Berganeche  ha irrumpido con una fuerza y una brillantez muy poco frecuentes en el panorama narrativo actual. Esperemos que a esta primera y deslumbrante novela vaya añadiendo otra más en el futuro.

“Los días perfectos”. Jacobo Bergareche. Libros del Asteroide. 2021. 184 páginas.

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