sábado, 9 de julio de 2022

INICIACIÓN, AMBIGÜEDAD Y FINGIMIENTO

“Mis días con los Kopp” es la primera novela de Xita Rubert Castro, joven escritora nacida en Barcelona en 1996 y criada entre Cataluña y Galicia. Hija del conocido filósofo catalán Xavier Rubert de Ventós, Xita comenzó sus estudios de Literatura en Barcelona y se licenció en Filosofía y Literatura por la Universidad de Warwick, tras realizar estancias de estudios en universidades como La Sorbona en Paris. Actualmente se doctora en Literatura Comparada becada por la Universidad de Princeton, donde imparte clases sobre las relaciones entre filosofía, literatura y medicina. Ha recibido varios premios en la modalidad de teatro y por algunas de sus narraciones breves, entre las que destaca “Flores para el bailarín”, finalista del Premio de Relato Ana María Matute y editada en el libro conjunto “Patas de astracán y relatos finalistas”. Ha escrito artículos e impartido conferencias sobre Clarice Lispector, Leonardo da Vinci o Martin Heidegger en diversas revistas e instituciones extranjeras y españolas. Ahora, Anagrama acaba de publicar “Mis días con los Kopp”, su primera novela, que ha sido muy bien acogida por la crítica.

“Mis días con los Kopp” es una novela corta, que, según su propia autora, iba a ser de inicio un relato breve. En la novela aparecen prácticamente solo cinco personajes. Está narrada en primera persona por la joven Virginia, de diecisiete años. Ella y su padre, Juan, se desplazan al norte de España para encontrarse con los Kopp, matrimonio inglés formado por Andrew y Sonya. Andrew, compañero de Juan desde su época universitaria, va a recibir un premio por su labor cultural, entregado por los Reyes de España, y el padre y la hija españoles van a acompañarlos y a pasar unos días con ellos. Sin embargo, los Kopp llevan consigo a su hijo Bertrand, un joven aparentemente enfermo, con alguna deficiencia psíquica, al que los padres presentan como escultor y performer, obsesionado por la idea de que las esculturas son efímeras. La joven Virginia se va a sentir progresivamente atraída por la ambigüedad de Bertrand, que se mueve entre la demencia y la creación artística y que puede mostrarse tan violento como tierno.  En su proceso de despertar e iniciación propio de la adolescencia, Virginia se va a dejar arrastrar hacia un laberinto de sensaciones encontradas, un territorio nuevo para ella, peligroso y excitante a la vez, ambiguo e inexplorado.

Además de en Bertrand, la novela también se adentra en los personajes del matrimonio Kopp y en la relación de Virginia con su padre. Andrew Kopp es presentado como un artista e intelectual que, a pesar de su prestigio, mantiene una vena transgresora y provocadora que puede parecer en cierto modo infantil y poco adecuada a su edad y status. El lector juzgará si la broma que lleva a cabo en el relato se ajusta más a la transgresión o a un capricho de persona consentida por su situación intelectual, social y económica. No sé cuánto de crítica y reproche hay por parte de la autora a ese tipo de comportamientos. En cualquier caso, lo mejor de la novela es su ambigüedad y ausencia de juicio moral por parte de la narradora y, a través de ella, de la autora del libro.

Sonya es una mujer más altiva y distante, siempre preocupada por esconder las posibles deficiencias psicológicas de su hijo bajo el manto de la genialidad artística. Bastante protagonismo tiene también en la novela la estrecha relación de Virginia con su padre, de quien la narradora, haciéndose omnisciente en este plano, nos desvela su futura enfermedad que va a cambiarlo todo. Este aspecto, según la propia novelista, le sirvió para alargar algo el relato inicial y convertirlo en una novela corta. Aunque no siempre está muy clara la frontera entre ambos géneros.

A pesar de su brevedad, la novela aborda varios temas, domina con maestría la ambigüedad y, además, está escrita con una prosa exquisita y una sintaxis perfectamente elaborada. Algo muy meritorio en una escritora de tan solo 26 años, que demuestra una madurez literaria y un oficio sorprendentes. Como se dice acertadamente en su promoción: “En su primera novela, Xita Rubert escribe con la misteriosa sabiduría que emerge del caos para preguntarse si acaso crecer es adentrarse en una ficción sin retorno. ‘Mis días con los Kopp’ es una sugestiva novela de iniciación del siglo XXI que afronta con inteligencia la enfermedad, el fingimiento social y el desamparo. Una singularísima historia que nos anuncia la llegada de una nueva narradora con una voz poderosa y llena de matices”.  Sin duda, el debut literario de Xita Rubert y su sólida formación lingüística y literaria permiten augurarle un brillante porvenir como escritora. Estaremos atentos a su evolución.

“Mis días con los Kopp”. Xita Rubert. Anagrama. 2022. 152 páginas.

 

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