jueves, 28 de febrero de 2008

ANA TENA PUY, ESCRITORA RIBAGORZANA

Se cumplen ahora diez años de la publicación de la primera novela escrita en la variedad ribagorzana de la lengua aragonesa. Se trata de "Ta one im" ("Adónde vamos"), de Ana Tena Puy, escritora nacida en 1966 en Panillo, pequeña localidad perteneciente al municipio de Graus. En la década transcurrida desde la aparición de la novela, Ana Tena ha escrito un buen número de relatos y poemas con los que ha ganado numerosos premios en diversos certámenes de literatura aragonesa. También con "Ta one im" ganó en 1996 el IV Premio Internazional de Nobela Curta en Aragonés "Chusé Coarasa".

Debo decir para empezar que, aunque casi no lo hablo en la actualidad y nunca he escrito en él, el aragonés ribagorzano es mi lengua materna. En mi infancia, en Torres del Obispo, todo el mundo lo hablaba, salvo el cura, el médico y el maestro. Se daba, por tanto, y sigue dándose, aunque tal vez menos, una clara situación de diglosia: el castellano era la lengua culta, de la enseñanza, los medios de comunicación, la misa y la administración, y el ribagorzano era el idioma familiar y coloquial que se hablaba en las casas y en la calle. Así mismo ocurría en Panillo, donde Ana Tena se imbuyó de esa lengua que tan bien utiliza en su literatura. Escribo esto porque mi condición de hablante ribagorzano me permite apreciar mejor el profundo dominio que Ana Tena tiene del habla ribagorzana, de sus giros, de sus expresiones, de sus frases hechas, de las entrañas de esa lengua en proceso tal vez irreversible de desaparición. La lengua ribagorzana en toda su riqueza es, pues, el primer elemento destacable de "Ta one im" y de la obra literaria de Ana Tena en su conjunto. Expresiones como "asabelo", quemesió", "manimenos", "encetar" o "alzar", por citar sólo unas pocas, me recuerdan el ribagorzano genuino de mi infancia que, con el paso del tiempo, a la vez que perdiéndose, ha ido sufriendo un acelerado proceso de castellanización.

La primera referencia literaria de "Ta one im" es, sin duda, "La lluvia amarilla", de Julio Llamazares. Hay que decir, sin embargo, que, según confesión propia, la autora ribagorzana no había leído la exitosa novela del escritor leonés cuando escribió la suya. No es de extrañar la coincidencia temática entre ambas, pues la despoblación galopante fue por un tiempo el primer problema de la España rural. Como la novela de Llamazares, el relato de Ana Tena cuenta la historia, narrada en primera persona, del último habitante  en "Ta one im", uno de los últimos de un pueblo al que la masiva emigración a la ciudad ha ido dejando vacío. Sin embargo, y paradójicamente, aunque en "La lluvia amarilla" ese pueblo es Anielle, en Sobrepuerto, el lugar descrito podría ser cualquiera de los cientos que en esos años sufrieron abandono y ruina en la España interior. Por el contrario, el pueblo de "Ta one im", cuyo nombre no se cita en la novela, sólo puede ser, casi en todos los aspectos, un pueblo ribagorzano. Obviamente, por la lengua que usa su protagonista, pero también por las costumbres y otros elementos que del lugar se describen.

No me resisto a añadir aquí, porque viene al hilo, una vinculación casi anecdótica entre "La lluvia amarilla" y Ana Tena. En la novela de Llamazares, una de las casas de Ainielle se llama casa Sosas. En una visita que el novelista leonés hizo hace unos años al instituto Baltasar Gracián de Graus dentro del programa "Animación a la lectura", le pregunté si era ése un nombre real de Ainielle o si lo había inventado o tomado de otro lugar. Me contestó que el nombre procedía de una aldea cercana a Panillo, en la que había estado en una ocasión. Pues bien, en esa casa Sosas, aún hoy habitada por sus padres, nació y se crió Ana Tena.

"Ta one im" adopta la técnica literaria, resuelta y mantenida con maestría y rigor desde la primera hasta la última de sus páginas, del llamado monólogo interior. Se trata de un recurso narrativo que empieza a usarse en la novela española sobre todo a partir de los años sesenta, con la emblemática y fundamental "Tiempo de silencio", de Luis Martín Santos. En esa década fue utilizado, entre otros, por Miguel Delibes en "Cinco horas con Mario", todo un largo monólogo interior. Los pensamientos del protagonista de "Ta one im", cuyo nombre sólo se dice una vez en la novela cuando él mismo lo lee en unos papeles, lejos de cargar de estático inmovilismo al libro, le aportan fluidez narrativa y nos informan tanto de las reflexiones interiores como de los movimientos físicos y desplazamientos del personaje. La propia decadencia física de éste va pareja a la del pueblo en que vive, al que ve desmoronarse día a día. Con él, también se derrumba un mundo que había permanecido casi inmutable durante siglos, y que ahora repentina y velozmente toca a su fin. Para el protagonista de la novela adaptarse a los nuevos tiempos es ya tarea imposible, prefiere por eso morir entre las ruinas de su pueblo, con su mundo y con una época que irremediablemente se acaba para siempre. Puede decirse, aquí sí con propiedad, que "Ta one im" es, como "La lluvia amarilla, una novela crepuscular: el final definitivo de un tiempo y de un mundo que ya nunca volverán. Y quizás también el de una lengua que durante siglos estuvo ligada a un microcosmos ajeno a transformaciones, y a la que los nuevos tiempos van arrinconando en el desván de los trastos viejos, con los objetos y utensilios que pertenecen al pasado.

Además de "Ta one im", la obra narrativa de Ana Tena se compone de varios relatos breves, premiados todos ellos en concursos literarios y publicados por O Consello d'a Fabla Aragonesa, y algunos cuentos de corte más tradicional. La autora muestra siempre una gran habilidad en estas narraciones breves: al interés de los contenidos se añade una cuidada escritura y un adecuado uso de léxico y sintaxis. También aparecen con frecuencia comparaciones sugerentes, como la expresiva "feba un diya cllaro como el güello de un mixón", que se repite en varios relatos. "Rayadas de sol en pardinas obagas" (premio "Lo Grau" 1997) se inicia con la lograda y bella metáfora "La fuella de papel bllanca y bacía me s'arremeteba". En el relato, la autora, a la manera de Unamuno en “Niebla", dialoga con un personaje con quien mantiene una jugosa conversación sobre la creación literaria y otros temas diversos. Tanto "Tornasols" (premio "Billa de Sietemo" 1997) como "La bullonera d'un alma" ("Lo Grau" 1998) son dos magníficos relatos breves donde varios personajes comparten protagonismo. Estos personajes, como corresponde a la brevedad del relato, aparecen sólo en sugerentes esbozos, pero con esos pocos y certeros trazos el lector se hace una idea de su situación y de su vida. Sin duda, su desarrollo potencial podría convertirlos en personajes de novela, pero la suma de sus situaciones en un espacio compartido otorga al relato una visión poliédrica, y es una muestra de la variedad y relativismo observables en cualquier conjunto humano. En "Tornasols", vemos las historias diferentes de tres personajes que vuelven a su pueblo por los días de la fiesta mayor, cada uno con su mundo y su particular relación con el lugar y sus gentes. En "La bullonera d'un alma", el espacio compartido es una estación de tren en la que un observador del trasiego diario intenta adivinar las vidas y situaciones que se esconden tras la apariencia de algunos viajeros. En "Más t'allá" ("Billa de Sietemo" 2001), a través de un diálogo en un bar entre la narradora y su interlocutor, se explica una historia sugerente relacionada con el vino de las bodegas de casa La Mora, del arruinado lugar de La Penilla, perteneciente en su tiempo al barón Rodrigo de Mur. En "L´ombre la santeta" ("Sietemo" 2005), Ana Tena, en un relato de final sorprendente, convierte en protagonista a un personaje citado antes brevemente en "Ta one im" y lo sitúa en las viejas historias de maquis, cuya actividad se dejó sentir por tierras ribagorzanas en los años cuarenta del pasado siglo. No ha sido publicado, y no he leído todavía, el relato "La garnacha Secastilla", ganador de la pasada edición del premio literario "Lo Grau".

Destaca también la escritora ribagorzana en la composición de hermosos cuentos, de lectura recomendable para niños y mayores. En el año 2001 publicó "Cuentos pa biladas sin suenio", que reúne seis bonitos relatos, casi todos de corte tradicional, aunque en uno aparezca el tema del racismo, tratado desde una óptica actual y moderna. De todos ellos se desprende una rica y provechosa moraleja. En una atractiva edición ilustrada, fue publicado el cuento "La gaita", que resultó ganador en el I Concurso de Cuento Infantil "Ciudad de Monzón 2001" en aragonés. Es una deliciosa narración con el tema de la amistad como fondo y con un destacado protagonismo de un instrumento tan aragonés como la gaita de boto. Para completar este recorrido por la obra en prosa de Ana Tena, sólo queda por citar su breve "Carta dende un llugar sin mar", que cierra la obra colectiva "Nuei de tiedas", publicada por Xordica en 1999.

Ana Tena, además de la narrativa, cultiva también el verso. "Bardo que alenta" es un libro de 1998 que reúne casi una cuarentena de poemas de temática variada. Van desde la introspección intimista hasta los temas sociológicos más actuales; en algunos casos, como en el poema "Los templos zevilizaus", con una manifiesta crítica a algunos aspectos de la modernidad. Largo, armonioso y de fondo historicista es el magnífico "Romanze del castiello de Paniello", sobre la muerte en Graus del rey Ramiro I, cuyas mesnadas salieron de dicha fortaleza con la intención, posteriormente frustrada, de tomar la plaza grausina, entonces bajo el poder musulmán. Tal vez sea "El tión" el mejor poema del libro; estos espléndidos versos son su final: "Y en la bilada, / soniarás con caminos que fan tornar las mozas; / cabilarás con rabia lo qu'ese podiu ser, / rebibín el rescoldo / de un fuego que no calenta / y que crema los trallos, / las fuellas y las benas. / ...Seguiz quedán-tos solos / el fogaril y tú, / anda que to se creme". Han recibido premios literarios sus colecciones de poemas "Como minglanas", "Zinco poesías tristas y una canta d'asperanza" con título nerudiano , "Y la lluna me sentiba" y "Retals de bersos". Además, la escritora de Panillo ha colaborado en publicaciones aragonesas como "O Rayón", "El Ribagorzano", "O Espiello" o "El Llibré" de Graus.

Ana Tena, siempre modesta y alejada de afanes protagonistas y oportunismos fáciles, es una magnífica escritora en lengua ribagorzana. Su talento y su capacidad para llegar a muchos sitios a la vez nos permite esperar de ella nuevas obras en el futuro, que puedan igualar o superar la mejor de las que hasta hoy ha escrito: la novela corta "Ta one im", cuyo décimo aniversario celebramos este año.

Carlos Bravo Suárez

(Artículo publicado en Diario del Alto Aragón el 11 de noviembre de 2007)

2 comentarios:

  1. Este comentario ha sido eliminado por el autor.

    ResponderEliminar
  2. Carlos, no heba leiu iste articllo del tuyo blog encara, gracias per posar a la nuestra querida Ana al puesto que se mereix.

    ResponderEliminar