La ternura de los lobos. Stef Penney. Salamandra , Barcelona, 2009, 444 páginas
La ternura de los lobos es, sorprendentemente, la primera novela de la escocesa Stef Penney, licenciada en Filosofía y Teología y dedicada hasta ahora al mundo del cine. Con su libro de debut ha logrado el prestigioso Costa Book of the Year Award y un importante éxito entre los lectores anglosajones. Y es que La ternura de los lobos es una novela apasionante, con todos los ingredientes de las grandes narraciones de siempre.
El libro recuerda en muchos momentos a algunas de las mejores novelas del siglo XIX, pero tiene también bastantes rasgos de la narrativa moderna. Una tupida y trabajada trama envuelve a un buen número de personajes, a los que el lector va conociendo más a fondo a medida que actúan y avanza la historia contada. Sin embargo, la novela está escrita con un ritmo rápido, casi trepidante, con secuencias breves, frases cortas, mucho más diálogo que descripciones y diversidad de puntos de vista, con alternancia entre la tercera persona de un narrador externo y la primera de uno de los personajes del relato.
La ternura de los lobos es una novela de intriga y aventuras, ambientada a mediados del siglo XIX en las inhóspitas y salvajes tierras del noreste de Canadá. El punto de partida de la narración es Dove River, un pequeño poblado recién fundado por pioneros escoceses en un territorio remoto y apenas explorado. Allí se dan cita una serie de personajes, en buena medida inadaptados, que pretenden comenzar una nueva vida. Son personajes duros, como el clima y el paisaje en el que viven, como los largos inviernos de unas tierras habitadas por los lobos y los osos y con la escasa presencia humana de algunos tramperos y unos pocos indios. Personajes poseídos por el “dolor de la memoria”, que necesitan ocultar sus sentimientos aunque éstos acaben aflorando a su manera en el relato. El acertado título del libro -una paradoja o una contradicción en sus términos- es una bella referencia metafórica a la existencia de una sensibilidad escondida tras una gruesa capa de aparente dureza impenetrable.
Un asesinato y una desaparición ponen en marcha a los personajes por los majestuosos paisajes nevados de los inmensos bosques y la fría tundra canadiense. Por estos espacios abiertos, casi intransitables para el ser humano y llenos de peligros e inclemencias climáticas, transcurre buena parte de la novela. Sin embargo, además de Dove River, hay otros dos lugares que remansan el movimiento constante de los personajes: una comunidad de cristianos puritanos noruegos y una remota factoría de la Hudson Bay Company, poderosa compañía que controla el comercio de pieles y que, en ausencia de otras estructuras sociales y políticas, ejerce funciones de policía. La intriga y el suspense no se resuelven hasta las últimas páginas del libro y mantienen siempre viva la atención del lector.
Una novela intensa, de lectura apasionante, como las grandes narraciones de otras épocas.
Carlos Bravo Suárez
La ternura de los lobos es, sorprendentemente, la primera novela de la escocesa Stef Penney, licenciada en Filosofía y Teología y dedicada hasta ahora al mundo del cine. Con su libro de debut ha logrado el prestigioso Costa Book of the Year Award y un importante éxito entre los lectores anglosajones. Y es que La ternura de los lobos es una novela apasionante, con todos los ingredientes de las grandes narraciones de siempre.
El libro recuerda en muchos momentos a algunas de las mejores novelas del siglo XIX, pero tiene también bastantes rasgos de la narrativa moderna. Una tupida y trabajada trama envuelve a un buen número de personajes, a los que el lector va conociendo más a fondo a medida que actúan y avanza la historia contada. Sin embargo, la novela está escrita con un ritmo rápido, casi trepidante, con secuencias breves, frases cortas, mucho más diálogo que descripciones y diversidad de puntos de vista, con alternancia entre la tercera persona de un narrador externo y la primera de uno de los personajes del relato.
La ternura de los lobos es una novela de intriga y aventuras, ambientada a mediados del siglo XIX en las inhóspitas y salvajes tierras del noreste de Canadá. El punto de partida de la narración es Dove River, un pequeño poblado recién fundado por pioneros escoceses en un territorio remoto y apenas explorado. Allí se dan cita una serie de personajes, en buena medida inadaptados, que pretenden comenzar una nueva vida. Son personajes duros, como el clima y el paisaje en el que viven, como los largos inviernos de unas tierras habitadas por los lobos y los osos y con la escasa presencia humana de algunos tramperos y unos pocos indios. Personajes poseídos por el “dolor de la memoria”, que necesitan ocultar sus sentimientos aunque éstos acaben aflorando a su manera en el relato. El acertado título del libro -una paradoja o una contradicción en sus términos- es una bella referencia metafórica a la existencia de una sensibilidad escondida tras una gruesa capa de aparente dureza impenetrable.
Un asesinato y una desaparición ponen en marcha a los personajes por los majestuosos paisajes nevados de los inmensos bosques y la fría tundra canadiense. Por estos espacios abiertos, casi intransitables para el ser humano y llenos de peligros e inclemencias climáticas, transcurre buena parte de la novela. Sin embargo, además de Dove River, hay otros dos lugares que remansan el movimiento constante de los personajes: una comunidad de cristianos puritanos noruegos y una remota factoría de la Hudson Bay Company, poderosa compañía que controla el comercio de pieles y que, en ausencia de otras estructuras sociales y políticas, ejerce funciones de policía. La intriga y el suspense no se resuelven hasta las últimas páginas del libro y mantienen siempre viva la atención del lector.
Una novela intensa, de lectura apasionante, como las grandes narraciones de otras épocas.
Carlos Bravo Suárez
Hola Carlos:
ResponderEliminarTan sólo saludarte ya que he compartido página contigo algún domingo en el Diario del Altoaragón. No te conocía y me alegra haberte encontrado. Te leeré más tranquilamente
Gracias por tu comentario, Berbi. También me alegro de conocerte y, a partir de ahora, iré visitando tus blogs que, por lo que he visto en una primera y rápida incursión,contienen unas fotos preciosas del Pirineo. Creo que coincidimos bastante en gustos y aficiones.
ResponderEliminarUn saludo muy amistoso.
¡Apetece...sí,señor, la voy a comprar!
ResponderEliminarMe alegro de haber despertado tu interés por la novela, Chus. Me gustaría mucho conocer tu opinión cuando la hayas leído.
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