La esfera. Ramón J. Sender. P.U.Z. Colección Larumbe. 2010. 460 páginas.
Prensas Universitarias de Zaragoza, a través de la colección Larumbe, sigue ofreciendo al lector sucesivas ediciones críticas de la obra de Sender. A finales del pasado año, en una edición preparada por el profesor Francis Lough, se publicó La esfera, una novela que en muchos aspectos supone un punto de inflexión en la extensa narrativa del escritor altoaragonés.
El origen del libro es Proverbio de la muerte, una novela publicada en México en 1939 y reeditada en Buenos Aires en 1947 con el título de La esfera. Sender introdujo numerosos cambios en el relato en sus ediciones en inglés de 1950 y 1951. Estas modificaciones fueron recogidas en su nueva publicación en español en 1969, en un texto que el autor consideró definitivo y que sigue la reciente edición de Larumbe.
La esfera no es una novela de lectura fácil. Aunque su versión definitiva corresponde a la madurez de Sender, su origen se sitúa en un momento crucial de su vida, cuando debe abandonar su país tras la derrota en la guerra civil, la pérdida de su mujer y el hundimiento de casi todos sus principios políticos y literarios. El escritor de Chalamera se aleja de anteriores contenidos más sociales y “realistas” y adopta un nuevo tono lírico y filosófico, dentro de unos presupuestos estéticos muy cercanos al expresionismo. Así lo indica el propio autor en una nota a la edición de 1969: “El propósito de La esfera es más iluminativo que constructivo, y trata de sugerir planos místicos en los que el lector pueda edificar sus propias estructuras”.
El personaje principal de la novela es Federico Saila, citado casi siempre por su apellido, que se corresponde con la lectura al revés de la palabra Alias. Saila escapa de Barcelona poco antes de la toma de la ciudad por los franquistas y, conduciendo un autobús de locos huidos de un sanatorio, llega a la frontera francesa. En el puerto de El Havre, el exiliado se embarca con dirección a América con el deseo de suicidarse. El viaje en el Viscount Gall con unos extraños personajes, la mayoría meras caricaturas y otros, como El Jebuseo, locos visionarios, constituye el grueso de la narración.
Sender defiende en la novela un conocimiento que él denomina ganglionar, esto es, poético, irracional e intuitivo, que proporciona una visión más completa de la realidad absoluta que cualquier enfoque exclusivamente racional o empírico. Saila es “un hombre sin persona, sin máscara, todo ganglios. El hombre y la hombría son cosa de ganglios. El cerebro es un tumor, una enfermedad y de él nace la idea sobre uno mismo: la persona. Pero esa idea diferencial de uno (la persona, la máscara) es lo que nos individualiza y separa, mientras que los ganglios nos funden con la sustancia”.
Novela difícil, de lectura densa y muy espesa por momentos, que debe leerse como una alegoría con un sentido filosófico y una interpretación abierta.
El origen del libro es Proverbio de la muerte, una novela publicada en México en 1939 y reeditada en Buenos Aires en 1947 con el título de La esfera. Sender introdujo numerosos cambios en el relato en sus ediciones en inglés de 1950 y 1951. Estas modificaciones fueron recogidas en su nueva publicación en español en 1969, en un texto que el autor consideró definitivo y que sigue la reciente edición de Larumbe.
La esfera no es una novela de lectura fácil. Aunque su versión definitiva corresponde a la madurez de Sender, su origen se sitúa en un momento crucial de su vida, cuando debe abandonar su país tras la derrota en la guerra civil, la pérdida de su mujer y el hundimiento de casi todos sus principios políticos y literarios. El escritor de Chalamera se aleja de anteriores contenidos más sociales y “realistas” y adopta un nuevo tono lírico y filosófico, dentro de unos presupuestos estéticos muy cercanos al expresionismo. Así lo indica el propio autor en una nota a la edición de 1969: “El propósito de La esfera es más iluminativo que constructivo, y trata de sugerir planos místicos en los que el lector pueda edificar sus propias estructuras”.
El personaje principal de la novela es Federico Saila, citado casi siempre por su apellido, que se corresponde con la lectura al revés de la palabra Alias. Saila escapa de Barcelona poco antes de la toma de la ciudad por los franquistas y, conduciendo un autobús de locos huidos de un sanatorio, llega a la frontera francesa. En el puerto de El Havre, el exiliado se embarca con dirección a América con el deseo de suicidarse. El viaje en el Viscount Gall con unos extraños personajes, la mayoría meras caricaturas y otros, como El Jebuseo, locos visionarios, constituye el grueso de la narración.
Sender defiende en la novela un conocimiento que él denomina ganglionar, esto es, poético, irracional e intuitivo, que proporciona una visión más completa de la realidad absoluta que cualquier enfoque exclusivamente racional o empírico. Saila es “un hombre sin persona, sin máscara, todo ganglios. El hombre y la hombría son cosa de ganglios. El cerebro es un tumor, una enfermedad y de él nace la idea sobre uno mismo: la persona. Pero esa idea diferencial de uno (la persona, la máscara) es lo que nos individualiza y separa, mientras que los ganglios nos funden con la sustancia”.
Novela difícil, de lectura densa y muy espesa por momentos, que debe leerse como una alegoría con un sentido filosófico y una interpretación abierta.
Carlos Bravo Suárez
Sr. Bravo, ¿podría decirme en qué editorial se publicó La esfera en 1969? Gracias por adelantado.
ResponderEliminarLo editó la editorial Aguilar.
ResponderEliminarGracias por leer mi blog.