Fals es un sorprendente y no muy conocido lugar que se encuentra a poco más de dos kilómetros al sur de la localidad ribagorzana de Tolva. Sobre una colina rocosa cercana a la confluencia de los ríos Sec y Cajigar, a la derecha de la entrada del estrecho congosto abierto por este último, se conservan los restos de una torre circular y una parte de la muralla de lo que fue un importante recinto defensivo medieval. A pocos metros de la torre, queda en pie una parte del armazón de la iglesia románica que estuvo dedicada a los santos Justo y Pastor, cuya portada se trasladó a la iglesia parroquial de Tolva en el siglo XIX. Un poco más abajo, casi en la base de la colina, se encuentra la casa del llamado mas de Fals, a la que pertenece todo el conjunto.
A Fals se puede ir en vehículo por una pista que se toma a la derecha de la carretera N-230 procedente de Benabarre, un poco antes de llegar a Tolva. Mucho más grato y recomendable es acercarse al lugar andando, en un relajante paseo de poco más de media hora desde Tolva. A la entrada del pueblo si venimos desde Benabarre, tomamos un camino a la derecha justo después de pasar junto a la ermita de Santa Anastasia y la afamada panadería de lugar. Seguimos al principio el GR-18 que lleva al vecino pueblo de Ciscar. Cuando este camino se desvía hacia la derecha, nosotros continuamos recto en dirección a la entrada del congosto del río Cajigar, pasando junto al cauce del río por un estrecho sendero algo cerrado por la vegetación. Sin llegar hasta la misma entrada del congosto, nos desviamos a la derecha y en pocos minutos llegamos a Fals.
A la hora de escribir sobre este interesante enclave medieval, el primer problema que se plantea es el de su nombre. Su denominación en catalán es sin duda Falç, equivalente al castellano “hoz” y a su menos polisémica variante “foz”. Los tres términos proceden del latín “falx, falcis” y su significado es aquí descriptivo: “angostura que forma un río entre dos sierras”. Aunque muchos utilizan el término castellano Falces para referirse a este rincón de la Ribagorza oriental, yo prefiero usar la forma Fals, más acorde con la denominación local y con una mínima adaptación ortográfico-fonética a la lengua castellana. Sobre esta cuestión de las hoces, otra observación interesante: el escudo y la bandera de Tolva contienen como elemento principal una hoz o podadera. Parece claro que es una referencia al castillo próximo del que aquí estamos hablando. Fals fue probablemente el origen del actual Tolva y, como en otros casos, sus habitantes habrían buscado un lugar no tan agreste cuando los tiempos hicieron éste menos necesario.
Sobre el origen histórico del castillo de Fals hay al menos dos versiones. De un documento del archivo de Roda del año 1062, se ha deducido que el rey Ramiro I, en ese momento en el recién conquistado Benabarre, concede permiso al caballero Agila de Fals (o Águila de Falces) para construir un castillo en dicho lugar. Sin embargo, Fals figura entre las fortalezas tomadas a los musulmanes por el caballero Arnau Mir de Tost, en este caso al servicio del rey Ramiro I, quien se lo habría concedido en feudo. Según el testamento de Mir de Tost, fechado en 1071, Fals pasó a su yerno Guerau Ponç de Cabrera y fue después propiedad de los sucesivos vizcondes de Àger, título creado por Mir de Tost para su familia. Por debajo del rey y del vizconde, la fortaleza tuvo sucesivos tenentes, primero vinculados a Montañana y luego a Ciscar, lugares ambos pertenecientes en su momento a la orden de los Hospitalarios de San Juan de Jerusalén.
La última noticia histórica reseñable sobre el castillo de Fals data del año 1588, durante las famosas Alteraciones de Aragón ocurridas en el reinado de Felipe II. Los partidarios de los condes de Ribagorza se protegieron en la fortaleza y sufrieron numerosas bajas en el asedio del Miñón de Montmellar, bandolero catalán que ayudaba a los rebeldes ribagorzanos. Tanto el castillo como la posible población colindante quedaron al parecer tan afectados que ya nunca lograron recuperarse.
Junto a lo que queda de la torre del castillo, se levantan los restos de la iglesia de los santos Justo y Pastor, que sería durante un tiempo de las principales de la comarca. Algunos documentos la citan como abadía y, al parecer, hubo en ella una pequeña comunidad de clérigos bajo el mando de un abad. Esta situación parece haber cambiado cuando el templo quedó subordinado al priorato de Roda. Los tenentes del castillo, señores a la vez de Fals y de Ciscar, ejercerían durante un tiempo un importante mecenazgo sobre la iglesia. De su importancia puede dar idea la rica portada que luego se transplantó a la iglesia parroquial de Santa María del Puy de Tolva, de la que es hoy el principal atractivo. Su magnífica decoración, en especial de sus capiteles, permite relacionar esta portada con las de Santa María de Baldós y la ermita de San Juan de la vecina Montañana.
Tanto Pascual Madoz como el gran viajero Jaime Villanueva vieron aún en pie la iglesia de Fals durante el siglo XIX y quedaron impresionados por su belleza. En su “Noticia del viaje literario a las iglesias de España, emprendido de orden del rey en 1802 y escrita en el de 1814”, Villanueva describe así el lugar: “La iglesia de Fals es uno de los edificios más respetados por su antigüedad y por el bello gusto de su construcción. Causa maravilla que en la altura y aspereza de aquel monte se construyera en el siglo X, que por tal la tengo, un templo cuya bóveda es la vergüenza de la moderna arquitectura. Es toda de piedra sillar, de medio punto, pero con tal gracia en su arranque y tan discreta proporción que contenta al par los edificios romanos. Y aún se tendría por tal si no fuera por los adornos y grecas caprichosas que pusieron en los capiteles, que aunque son de lo mejor de aquellos tiempos, prueban a tiro de ballesta la época que dije de este edificio. Acompañóme al lugar el vicario de Tolva Don Anselmo M.; el que está en el proyecto de trasladar la portada del templo, que es de arcos concéntricos, a la iglesia de su villa, que aunque del siglo XII, dista infinito del que digo. La soledad y el despoblado de él, no sé si es razón bastante para destruir un monumento que está para durar muchos siglos. Así que ni apoyo ni condeno ese proyecto.” El proyecto se realizó pocos años más tarde, aunque el edificio parece que aún estaba en buen estado en aquel tiempo. Su portada, como se ha dicho, fue trasladada a Tolva, sin embargo nada queda hoy de la antigua bóveda que maravilló a Villanueva. Sólo yerra el viajero valenciano en que la iglesia sería probablemente construida en el siglo XII y no en el X como él creyó.
Hace ya unos años, en una visita al lugar con mi amigo Paco Rubio, observamos los restos de una construcción en medio de unos campos de labor situados al otro lado del camino en dirección al norte. Nos pareció que podían pertenecer a una antigua ermita y de ello informamos a Antonio García Omedes, quien corroboró nuestra sospecha y los incluyó en su conocida web sobre el románico aragonés. Los vestigios de esa ermita vienen a aumentar la hipótesis de la existencia de un antiguo poblado en las proximidades del castillo de Fals.
En una zona con abundantes fortalezas y castillos, algunos tan cercanos como los de Luzás, Viacamp o Benabarre, la visita a Fals y a la vecina Tolva constituye otro eslabón fronterizo que en absoluto decepcionará a quienes aprecian la historia y el arte de nuestra tierra.
Carlos Bravo Suárez
(Artículo publicado en Diario del Alto Aragón)
Fotos: Castillo de Fals -tres fotos acercándose-, restos de la iglesia de San Justo y Pastor, iglesia y torre del castillo, iglesia de Nuestra Señora del Puy de Tolva, portada de la iglesia procedente de Fals, capiteles y decoración de la portada -cuatro fotos- y restos de una antigua ermita en las proximidades de Fals.