domingo, 8 de julio de 2018

EL ORDEN DEL DÍA


“El orden del día”, del escritor Éric Vuillard (Lyon 1967), fue la novela ganadora del prestigioso Premio Goncourt de novela francesa del pasado año. El libro ha sido editado recientemente en España por Tusquets Editorial, con la traducción de Javier Albiñana. Se trata de una novela corta que narra, de manera sucinta y muy directa, el ascenso de Hitler al poder (con el apoyo de las grandes empresas alemanas) y sus primeras acciones expansionistas (la anexión de Austria y los Sudetes), ante la distracción y el buenismo irresponsable y comprensivo de Francia e Inglaterra. La obra puede leerse como una novela histórica o como una ficción política con un fondo histórico verídico y bien documentado. Y tiene, desde luego, un fondo y unas claras enseñanzas políticas y morales que pueden servir de modelo y referencia para hipotéticas situaciones parecidas.

La novela se inicia con la reunión secreta que, el 20 de febrero de 1933, mantuvieron en el Reichstag veinticuatros grandes industriales alemanes con Hitler y Göring, que les solicitaron apoyo económico para su proyecto político nacionalsocialista ante las cercanas elecciones del 5 de marzo. Los veinticuatro magnates son citados con nombres y apellidos, pero en realidad “se llaman BASF, Bayer, Agfa, Opel, IG, Farben, Siemens, Allianz, Telefunken”. La mayoría de los invitados desembolsó de inmediato importantes  sumas de dinero para la causa nazi.

Se narra luego la visita a Alemania que, a título personal, realizó en 1937 Lord Halifax, presidente del Consejo británico, invitado por Hermann Göring, creador de la Gestapo y un tipo que muestra descaradamente su personalidad violenta y su antisemitismo visceral. Sin embargo, el aristócrata británico, tras su entrevista con Hitler, escribirá que “el nacionalismo y el racismo son fuerzas pujantes, ¡pero no las considero ni contra natura ni inmorales”. Comenzaba la nefasta política de “apaciguamiento” y consentimiento ante el avance de las ideas y de los planes de los nazis.

Luego vendrá el expansionismo (la doctrina del espacio vital de Alemania) y la invasión de Austria y Checoslovaquia por el ejército germano. El asunto de Austria y la amalgama de diplomacia hipócrita, atentados, chantaje y seducción ejercida por el Reich sobre los mandatarios austriacos merecen unas cuantas páginas del libro. Tras el asesinato del canciller Dollfus, su sucesor Schuschnigg se entrevista con Hitler y es sometido a continuas presiones y humillaciones que acabarán haciendo que ceda el poder al pronazi Seyss-Inquart. También se narra en la novela la entrada del ejército alemán en territorio austriaco y la grotesca situación que se deriva de la masiva avería de sus tanques, que pasa desapercibida por la falta de oposición y por el entusiasmo con que la mayor parte de la población austriaca recibe al Führer. Mientras, Ribbentrop, inquilino por un tiempo en una casa propiedad de Chamberlain y ahora ministro de Asuntos Exteriores del Reich, ha sido invitado en Londres a una comida por el primer ministro británico y prolonga interminablemente una conversación sobre tenis para retener durante el mayor tiempo posible a los anfitriones y hacer que tarden en reaccionar ante las noticias que llegan de Austria. En Viena, el Führer vocifera ante el entusiasmo de las masas, aunque en los próximos días se van a producir en la capital austriaca más de 1500 suicidios de judíos, intelectuales y socialdemócratas e izquierdistas.

“El orden del día” narra los apoyos, las falsedades y las postverdades que, ante la pasividad y la falta de respuesta de Francia e Inglaterra, auparon al poder a Hitler y llevaron después a Europa al desastre devastador de la Segunda Guerra Mundial. Nadie fue capaz de frenar esa tragedia que tantas señales previas habían anunciado y que los intereses de algunos y la ceguera de otros hicieron finalmente inevitable.

Si algo enseña para el presente y el futuro esta novela es que ante los proyectos racistas y expansionistas se debe responder con prontitud y diligencia, si no se quiere correr el riesgo de que luego sea demasiado tarde y las consecuencias resulten ya irremediables. Muy recomendable su lectura, fácil, rápida, directa y muy aleccionadora.

    “El orden del día”. Éric Vuillard. Tusquets Editores. 2018. 144 páginas.

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