domingo, 28 de octubre de 2018

OPORTUNA Y DIVERTIDA PARODIA


La importante editorial Planeta ha publicado recientemente el libro “Cataluña para marcianos”, una brillante, ácida y divertida parodia en la que se pretende desmontar, de una manera cómica, irónica y sarcástica, muchos de los tópicos y principios en los que suele asentarse el independentismo político catalán. El libro está firmado por Jaume Pi i Bofarull, pseudónimo tras el que se esconde su autor, cuya verdadera identidad desconocemos. Según la solapa del libro, se trata de “un intelectual catalán decidido a tomar la palabra contra las que, a su juicio, son las falacias más sobresalientes del inventario nacionalista”. El libro está teniendo un éxito considerable y, como es obvio, será leído con regocijo y fruición por quienes son contrarios a esos “tópicos, falacias y ensoñaciones del nacionalismo independentista”, a las que se hace referencia en el subtítulo del libro, y no gustará en absoluto, incluso enojará bastante, a quienes defienden como dogmas esos principios inmutables del secesionismo. Un libro, por tanto, que tendrá posiblemente más enardecidos defensores y furibundos detractores que lectores que lo aborden desde una cierta distancia sin una toma de partido previa.

Para referirme a su contenido, copiaré la acertada sinopsis incluida por la propia editorial en la contraportada del libro: “Oriol Conill i Pi, funcionario de la Generalitat y destacado dirigente de Òdium Cultural, dicta al taxista andaluz, y por tanto charnego, Cucufato Redrojo García, 47 lecciones para que pueda convertirse, como desea, en un buen catalán. Con buenas dosis de cinismo, este catalán de pura cepa le cuenta al converso todos los tópicos, invenciones y ensoñaciones históricas en las que se basa el movimiento secesionista. El resultado es una crítica vehemente que levantará ampollas porque cuenta hechos y usa argumentos que son considerados tabú en el mundo nacionalista y su entorno, y que tampoco suelen desplegar sus opuestos por timidez o prudencia”.

La obra es muy original y de difícil etiquetaje, pero, en buena medida, puede ser considerada como un ensayo. Tiene cierta apariencia de novela porque encontramos en ella dos personajes de ficción, aunque encarnan claramente a sendos arquetipos de la sociedad catalana: el nacionalista fanático, militante y supremacista y el acomplejado “charnego” que desea cambiar su comportamiento para ser aceptado como verdadero catalán de primera. Oriol Conill i Pi ejerce de narrador y, siempre dirigiéndose a Cucufato en segunda persona, le imparte 47 lecciones para adoctrinar al taxista andaluz en los usos del verdadero y buen catalanismo que debe aprender e incorporar para mejorar su estatus y alcanzar la condición de converso. El propio Oriol Conill deja clara su misión en el proemio de la obra: “Porque uno de los deberes patrióticos que asumimos los apóstoles del Òdium reside precisamente en el apostolado con els nous catalans”. Y así comienza a dirigirse a su interlocutor: “Querido Cucufato, tu deseo de liberarte de tu condición de “xarnego” y adquirir la catalanidad plena te honra. Nada más noble que el anhelo, inherente al alma humana, que trascenderse y elevarse a un nivel superior”.

Por las 47 lecciones van desfilando todas las falsificaciones y tergiversaciones históricas del nacionalismo catalán desde la antigüedad hasta la Guerra Civil, las diferentes señas de identidad como el porrón, los calçots, el castellers o el caganer, Jordi Pujol y Marta Ferrusola como los padres del nacionalismo moderno, el 1 de octubre y hasta Tabarnia (“Si a Catalunya li restas Tabarnia, ens queda Catetunya”). Todo, obviamente, en tono de parodia y con objeto de criticar y ridiculizar al secesionismo tópico que aparece, además, como una singular mezcla de fanatismo y cinismo. Las lecciones doctrinales van acompañadas de infinidad de notas y citas bibliográficas, que indican que la mayoría de las referencias del texto no son fruto de la imaginación sino que aparecen bien documentadas con la fuente de la que proceden.

Como yo viví muchos años en Cataluña y he conocido, entonces y después, a muchos personajes con grandes similitudes de fondo con los dos que aparecen en el libro, no puedo decir sino que he disfrutado y me he reído mucho con su lectura.

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