Arturo Pérez-Reverte
(Cartagena, Murcia, 1951) es probablemente el más conocido de los escritores
españoles actuales. Su pasado como corresponsal de guerra, sus artículos
dominicales en los que critica con certera acidez los defectos de la
sociedad española y su fecundidad narrativa, que se traduce en prácticamente
una treintena de novelas, algunas de ellas llevadas al cine, hacen del autor
cartagenero un personaje muy mediático y popular.
Tras las tres novelas consecutivas de la serie
Falcó (“Falcó”, “Eva” y “Sabotaje”), Pérez-Reverte acaba de publicar, como
siempre en Alfaguara, “Sidi”, una novela de corte histórico en la que aborda la
controvertida y polisémica figura de Rodrigo (Ruy en el libro) Díaz de Vivar,
uno
de los grandes mitos de la historia y la literatura españolas. Un personaje
legendario de la España medieval con un rico tratamiento literario, sobre todo
en El Cantar de Mío Cid y en los romances, y con una interesante y en
apariencia divergente relación entre sus vertientes histórica y literaria. Como
dice el autor de la novela, “en él se funden de un modo fascinante la aventura,
la historia y la leyenda”. Y, desde luego, hay muchos Cid en la tradición
española. Ahora Arturo Pérez-Reverte añade el suyo.
Un Cid
o Sidi (Sidi Qambitur, esto es, El señor que batalla) al que encontramos ya recién
desterrado de Castilla por su rey Alfonso VI y que tiene que ganarse la vida y
la de su mesnada, de un par de centenares de hombres, en el territorio hostil
de las tierras de frontera. Se incide en el libro en las virtudes humanas y
sobre todo guerreras del personaje, y en el respeto que por él sienten sus
hombres e incluso sus enemigos. Para sobrevivir deberá poner su espada al
servicio de otros señores, aunque, incluso en la distancia, mantiene su
fidelidad de buen vasallo con su desagradecido rey Alfonso, al que reserva siempre
una parte de sus botines. Aparece Ruy Díaz rodeado de algunos de sus hombres
fieles: su mano derecha Alvar Fáñez, conocido como “Minaya”, el rudo y visceral
Diego Ordóñez o Galín Barbués, el aragonés valiente y cumplido a cuya cabeza
tenían puesto precio en Jaca.
Tras
algunas correrías iniciales contra los moros, y necesitado de alimentar y
proteger a su mesnada, Ruy Díaz ofrece sus servicios al arrogante y orgulloso
conde catalán Berenguer Remont (así es denominado en el libro) que desdeña a
los hombres de El Cid llamándolos “malcalçats” y con el que se volverá a
encontrar el héroe castellano al final de la novela en circunstancias bien
distintas. Es aceptado más tarde El Cid por el rey moro de Zaragoza y surge
entre ambos una admiración y un gran respeto mutuos. Encontramos aquí un Ruy
Díaz de Vivar gran conocedor de la religión y la cultura árabes, que reconoce y
disfruta de los refinamientos y placeres de la ciudad musulmana tan alejada de
la sobria austeridad castellana.
Para
el rey moro de Zaragoza lucha El Cid en las tierras de frontera más orientales,
hoy limítrofes entre las provincias de Huesca y Lérida, en la parte final de la
novela. Hay referencias a Barbastro y, sobre todo, a Monzón, Tamarite y
Almenar. Y a una Piedra Alta que parece corresponderse con la actual Peralta de
la Sal. También hay referencias a Graus como lugar donde un muy joven Ruy Díaz
de Vivar libró su primera batalla importante, al servicio de los castellanos
que ayudaron a los musulmanes frente al rey aragonés Ramiro I, muerto en ese
fallido intento de tomar la villa ribagorzana.
Son
conocidas de sobra las dotes literarias de Arturo Pérez-Reverte y su dominio
del lenguaje y de los tiempos narrativos. La novela está escrita con mucho
ritmo, hay mucho vocabulario de la época –referido sobre todo a la vestimenta
y a la guerra– y se lee con gusto e interés. Pérez-Reverte, documentándose en
fuentes literarias e históricas diversas, ha novelado magníficamente un
segmento de la vida de El Cid, el que va desde su salida de Castilla hasta el
momento en que pone ya sus miras en Valencia. “Sidi” viene a enriquecer así la
larga trayectoria literaria de este longevo personaje inagotable y legendario.
Sidi”.
Arturo Pérez-Reverte. Alfaguara. 2019. 376 páginas.
Muy buen resúmen de la novela y excelentes comentarios a cerca del autor. Se agradece mucho este análisis breve, pero certero
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