domingo, 19 de abril de 2020

UN LUGAR LLAMADO ANTAÑO


La escritora Olga Tokarczuk (Sulechów, Polonia, 1962) fue la ganadora del Premio Nobel de Literatura 2018, que recibió el pasado año junto al escritor alemán Peter Handke, ganador del galardón en 2019. Narradora, ensayista, poeta, adaptadora teatral y psicóloga, la escritora polaca es autora de una amplia e interesante obra literaria que hasta ahora era muy poco conocida en España. Algunos de sus libros se han reeditado en fechas recientes tras la concesión del Premio Nobel. Entre los más destacados figuran “Sobre los huesos de los muertos” (Océano, 2015 y Siruela, 2019) “Los errantes” (Anagrama, 2019) y “Un lugar llamado Antaño”, que había sido publicado por Lumen en 2001 y ahora ha editado Anagrama también con traducción de Bogumiła Wyrzykowska y Ester Rabasco Macías.

Publicada en su país en 1992, “Un lugar llamado Antaño” fue la tercera novela de la escritora polaca y la que la descubrió como una de las voces narrativas más potentes de la literatura centroeuropea y la dio a conocer internacionalmente. Habrá que empezar diciendo que “Un lugar llamado Antaño”  es una novela fascinante y de un altísimo nivel literario. Por ella transitan un buen número de personajes a lo largo de buena parte del siglo XX, con lo que el relato tiene como fondo la historia polaca y europea de este periodo, con las dos guerras mundiales, la ocupación rusa o el triunfo del comunismo y su régimen burocrático y corrupto como periodos destacados. Todo visto desde un pueblecito imaginario de la Polonia más rural y profunda. En “Un lugar llamado Antaño”, encontramos una muy sugerente y equilibrada mezcla entre el realismo más crudo y el realismo mágico de un, pongamos, Gabriel García Márquez. De hecho, Antaño recuerda por momentos, y salvando las muchas y sustanciales distancias, al Macondo del escritor colombiano.

Se explica perfectamente en estas líneas de introducción de las ediciones españolas del libro: “Desde el estallido de la primera guerra mundial, varias generaciones de campesinos luchan por la felicidad en un lugar llamado Antaño, un pueblo ficticio de Polonia donde realidad y magia se confunden para crear uno de los universos literarios más bellos y sobrecogedores de los últimos tiempos. Los horrores y las ilusiones de felicidad del siglo XX son encarnados aquí por unos personajes inolvidables que transitan entre el sueño y la realidad, el misticismo y el horror”. “Antaño es un pueblo mítico situado en el corazón de Polonia, un microcosmos habitado por personajes singulares y excéntricos: Genowefa, Espiga, Misia, el Hombre Malo, el señor Popielski, Michał, el viejo Boski, Izydor, Florentynka, Ruta, la señora Papug, un rabino que regala un extraño Juego, cosacos invasores, almas en pena que se creen vivas, viejas locas que entienden a los animales, perros sabios como Pepona, caballos, vacas, ángeles guardianes e incluso el mismísimo Dios”.

 Antaño es un pequeño pueblo de una comarca rural y, a la vez un microcosmos denso y literariamente sustancioso. Como ha escrito en su blog Javier García, “Antaño, como Macondo y también Comala, es a la vez un no-lugar y todos los lugares, un aleph, el centro del universo”. Y vemos cómo van pasando los acontecimientos históricos y las generaciones, envejeciendo y muriendo los personajes y cambiando ese lugar permanente que a su vez tiene el nombre del pasado. El Tiempo, así con mayúsculas, es protagonista destacado de la novela y, por ello, cada uno de sus capítulo se titula “Tiempo de…”, seguido del nombre de alguno de los personajes. Desde el primero, “Tiempo de Antaño”, hasta el último, y casi un epitafio, “Tiempo de Adelka”, personaje hasta aquí sin apenas protagonismo que con su abrigo de marca y sus zapatos italianos de tacón visita a su envejecido padre que resiste en su destartalada casa en soledad y amargura en espera de la muerte. Y así es como Antaño va a significar su propio nombre a ojos de la nueva y, para bien o para mal, rompedora modernidad polaca y europea.

Narrada primorosamente, con diferentes narradores y puntos de vista, la novela absorbe al lector dejándole siempre un poso de tristeza, pero al mismo tiempo la sensación de estar leyendo una obra inolvidable que perdurará en su memoria y a la que deseará seguramente volver en el futuro. Desde luego, habrá que leer todo lo que se pueda de esta extraordinaria escritora a quien la acertadísima concesión del Premio Nobel nos ha descubierto para disfrute y deleite literario.

“Un lugar llamado Antaño”. Olga Tokarczuk. Anagrama. 2020. 264 páginas.

http://wmagazin.com/relatos/la-nobel-de-literatura-olga-tokarczuk-reivindica-la-ternura-para-mejorar-el-mundo-la-vida/?fbclid=IwAR1qAln7lnCIlefLiSdAl1JstAHSHAFaMVbAHrYG4V3r3eSb4-RUmYF8EJU#el-narrador-tierno

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