José Antonio Adell (Tamarite de Litera, 1955) y Celedonio García (Menasalbas, Toledo, 1961), ambos docentes y licenciados en Geografía e Historia, han publicado conjuntamente más de cuarenta libros de temática aragonesa, sobre juegos tradicionales, leyendas, fiestas, brujas, etc., y han escrito multitud de artículos. Desde que en 2008 publicara “El último templario de Aragón”, José Antonio Adell ha firmado en solitario unas cuantas novelas históricas. La última, “La dama de Guara”, fue publicada hace unos meses y reseñada en esta sección a principios de este año. Ahora, por primera vez, ambos autores han dado otra vuelta de tuerca a su colaboración y han escrito a cuatro manos su primera novela conjunta: “Cucaracha, el bandido”, que, como en las narraciones anteriores, ha publicado la editorial oscense Pirineo.
La novela narra la historia de Mariano Gavín Suñén, “Cucaracha”, un popular bandolero, nacido en Alcubierre en 1838, que actuó sobre todo en la zona de Monegros en la década de los años 70 del siglo XIX. Cucaracha se convirtió en un personaje de leyenda: para muchos era un bandido generoso que robaba a los ricos para ayudar a los pobres y para otros era un malhechor cuya banda causó numerosos muertos y sembró el terror en la zona. La novela cuenta, con una cronología y una geografía muy precisas, numerosos episodios del personaje, así como la relación con su primero novia y luego esposa, Jobita Amador, y con las varias amantes que el bandido tuvo en diversos lugares. Todo ello, muy bien documentado y contextualizado en la situación política y social de la época y bien resuelto literariamente; con muchos personajes, intriga, bastante acción y eficaces y ágiles diálogos.
El relato se estructura en treinta capítulos, cada uno de los cuales va encabezado por el nombre del lugar y la fecha precisa en que suceden los hechos. No se sigue un orden cronológico lineal y las fechas se mezclan de manera aleatoria, de tal forma que el lector tiene que ordenar la historia que se le va contando y componer el puzle temporal de la narración. Salvo un capítulo que se sitúa en la primavera de 1864, todos los demás suceden en la década de los setenta del siglo XIX, entre 1870 y 1875, excepto el epílogo que se sitúa en 1876. El marco geográfico más presente es la comarca de los Monegros y el pueblo de Alcubierre; aunque aparecen otros lugares como Senés, La Almolda, la cárcel de Sariñena, Tramaced, Lanaja, Monegrillo, La Perdiguera, Albalatillo, Pina de Ebro, Zuera, Farlete, Belver de Cinca, Monte Jubierre, Albalate de Cinca o la Piedra Arenosa en el monte de Robres. Un lugar con gran protagonismo en la novela es el Corral de la Nica, en Lanaja, donde en febrero de 1875 tiene lugar el desenlace de la narración. El libro se cierre con dos apéndices que incluyen una amplia relación alfabética de nombres de bandoleros y malhechores relacionados con Cucaracha y una sucesión de datos cronológicos de la época del bandolero.
Como ocurre en las narraciones en solitario de José Antonio Adell, estamos ante una novela histórica, en la que predomina la rigurosa documentación de los acontecimientos narrados con, en este caso, aspectos más legendarios relacionados con el protagonista. Sobre todo, algunos de los episodios que alimentaron su leyenda de un Robín Hood monegrino que robaba a los ricos y ayudaba a los pobres. En este sentido, es importante el contexto histórico de la época, un periodo en el que la pobreza asolaba buena parte de la España rural, en gran medida como consecuencia del desigual reparto de la tierra y la riqueza y de los abusos e injusticias de muchos terratenientes con los jornaleros o las gentes más pobres. Además, las acciones de Cucaracha y su banda, que llegó a tener más de cincuenta integrantes, se producen en plena Tercera Guerra Carlista, con lo que las partidas carlistas y los bandoleros coinciden en sus correrías por el mismo territorio. Cucaracha se muestra siempre como un personaje hábil y bien informado por sus numerosos confidentes, que logra escabullirse con ingenio de la persecución permanente de la Guardia Civil que sigue sus andanzas.
El bandolerismo fue un fenómeno extendido en algunas regiones españolas. Fueron famosos algunos bandoleros andaluces y, sobre ellos, hay unos cuantos libros y novelas. Y alguna exitosa serie de televisión protagonizada por algún bandido de ficción. Adell y García ya habían escrito sobre bandoleros aragoneses en alguno de sus libros en común. Sobre Cucaracha, el más popular de los bandidos de Aragón, se hizo tiempo atrás una película y Los Titiriteros de Binéfar montaron sobre él un atractivo espectáculo de marionetas. Faltaba una novela sobre el personaje. Y Adell y García han llenado ese hueco con eficacia y soltura.
“Cucaracha”.
José Antonio Adell y Celedonio García. Editorial Pirineo. 2021. 268 páginas.