sábado, 30 de abril de 2022

DIECINUEVE CUENTOS DE ZADIE SMITH


Tras el gran éxito de sus cinco novela anteriores, “Grand Union” es el primer libro de relatos publicado por Zadie Smith (Londres, 1975). Con tan solo 25 años, y gracias en gran parte a la habilidad comercial de su agente literaria, la escritora británica, hija de madre jamaicana y padre inglés, tuvo un exitoso debut literario en 2001 con su novela “Dientes blancos”. Premiada con numerosos galardones, la novela fue adaptada por Channel 4 para una serie de televisión y llevada al teatro. Además de algunos ensayos, a “Dientes blancos” siguieron las novelas “El cazador de autógrafos” (2002), “Sobre la belleza” (2005), “NW London” (2012) y “Tiempos de Swing” (2016), todas ellas editadas en España por Salamandra. Esta misma editorial ha publicado recientemente en nuestro país “Grand Union”, el primer libro de relatos de Zadie Smith, con traducción de Eugenia Vázquez Nacarino.

“Grand Union” es un conjunto de diecinueve relatos, de temáticas y enfoques literarios muy dispares y diferentes entre sí. Encontramos crónica y crítica social, autoficción, parábolas políticas, consignas para un taller de escritura y hasta varios relatos distópicos o de ciencia ficción. La crítica Johanna Thomas-Corr, de The Guardian, lo resume así: “Aquí hay autoficción, experimentación formal, ciencia ficción distópica, surrealismo, sátira social, parábola y una historia desde el punto de vista de Dios (“Bloqueado”) que se lee como una graciosa reflexión sobre la inquietud creativa”. El resultado es, en mi opinión, bastante desigual. Hay algunos relatos estupendos, llenos de ingenio, mordacidad y crítica, y otros más confusos y por debajo del nivel y calidad esperables. Ocurre esto, sobre todo, con algunos de los textos distópicos, que aunque entrañan una crítica al uso de algunas nuevas tecnologías y vislumbran un futuro poco halagüeño, no logran demasiada claridad argumental ni  una buena resolución literaria. Sólo “Huida de Nueva York”, entre los relatos de este tipo, incide en la sátira social haciendo escapar juntos de Nueva York a Michael Jackson, Liz Taylor y Marlon Brando tras los atentados del 11-S.

La mordacidad y la sátira social ácida e irónica, con destacable atrevimiento ante los tabúes de lo políticamente incorrecto, están presentes en relatos como “La dialéctica”, el sentimiento de culpa de una madre ante las recriminaciones de su hija por la relación con los animales, o “La señorita Adele entre corsés”, que narra la bronca que monta un travestido en una tienda de ropa interior. Sin embargo, hay certero feminismo y crítica al racismo en “Educación sentimental” o en “Kelso deconstruido”.  Muy divertido es “El Río Vago”, una irónica parodia de la banalidad de un grupo de turistas británicos en su lugar de veraneo en Almería. En “Por el rey”, encontramos el amor y la paciencia de una madre ante el tic repetitivo de su hijo, como coda a una interesante conversación entre la propia autora y un amigo, al que se cita simplemente como V, con quien queda para cenar juntos en el Café de Flore de París. No me resisto a transcribir aquí algunas interesantes reflexiones que se deslizan en el texto: “Escuchar a V me hizo sonreír. Cuando él me preguntó por qué sonreía, le dije que estaba pensando en toda la gente de mediana edad del mundo que en ese instante se torturaba (sobre todo a través de los artículos sobre estilos de vida del periódico dominical) observando el poliamor de los jóvenes, preguntándose si después de veinte años de matrimonio aún no era demasiado tarde para introducir la idea de abrir de algún modo sus relaciones”. O esta otra: “Le confesé a V que antes prensaba que la gente sentía envidia malsana por la presunta libertad sexual de hombres como él, pero ahora me parecía que la mayoría no quería libertad sexual, en el fondo, al menos si significaba conceder la misma libertad a quien uno mismo desea en exclusiva”. ”Grand Union” es el último relato del libro y el que le da título. En él, la autora queda con su madre muerta en el Grand Union Canal, en Londres, que sirve de metáfora del encuentro y la fusión casi panteísta entre todas las generaciones de mujeres del linaje familiar.

No es fácil encontrar algo en común entre tanta variedad de relatos y técnicas narrativas. Zadie Smith parece necesitar mostrar su falta de encasillamiento y su permeabilidad a toda clase de fuentes e influencias. Necesita cambiar de escenario (Nueva York, Londres, París, Almería…) y ser poliédrica y polifacética en su escritura. Rebeca Makkai, crítica de The New York Times, se atreve a buscar ese común denominador y apunta a que hay un hilo que guía a todas las historias, que es la manera en que Smith muestra a los personajes: “La idea central es siempre la misma: un personaje se siente víctima singular de las circunstancias, pero termina dándose cuenta de lo tangencial que es a la vida de los demás, o al menos lo hace el lector”.

En cualquier caso, a juzgar por este libro, Zadie Smith parece mucho mejor novelista que autora de relatos. Mientras que en sus novelas logra desarrollar sus historias y sus personajes, el formato breve parece encorsetarla demasiado y resulta con frecuencia insuficiente para lograr sus objetivos. Veremos por qué línea narrativa se decanta en su próxima entrega literaria.

 “Grand Union”. Zadie Smith. Salamandra. 2022. 288 páginas.


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