domingo, 4 de diciembre de 2022

UN ESPAÑOL EN LA REVOLUCIÓN MEXICANA

Tras “Sidi” (2019), “Línea de fuego” (2020) y “El italiano” (2021), Arturo Pérez-Reverte (Cartagena, 1951)  acaba de publicar “Revolución”, una magnífica novela ambientada en los primeros años de la Revolución Mexicana. El escritor cartagenero, autor ya de treinta y dos novelas y con más de veinte millones de lectores en todo el mundo, ha vuelto a México, un país que, como él mismo señala, forma parte de su geografía personal y de sus escenarios vitales y literarios, y en el que ya había situado su relato “Ojos azules” y su exitosa “La reina del sur”, publicada en 2002.

“Revolución” transcurre en los años 1911, 1912 y 1913, durante los inicios de la Revolución Mexicana, un episodio capital de la historia del principio del siglo XX que, sin embargo, pronto sería eclipsado por la Primera Guerra Mundial y la Revolución Rusa. El protagonista del relato es Martín Garret, un joven ingeniero de minas español que está trabajando en una empresa hispano-mexicana en el país americano y que, de manera casual, entra en contacto con un grupo de revolucionarios en Ciudad Juárez y, por su dominio del uso de la dinamita, se va involucrando cada vez más con los insurgentes que actúan en el norte del país bajo las ordenes de Pancho Villa. Martín Garret está inspirado en parte en un personaje real. Un colega de un bisabuelo de Pérez-Reverte, que también era ingeniero de minas, se fue a México y vivió allí los inicios de la revolución, sobre cuyas incidencias enviaba cartas a su compañero de profesión. De esa relación epistolar había oído hablar el novelista cartagenero desde niño en las conversaciones familiares.

Como en todas sus novelas, la documentación histórica de “Revolución”  es exhaustiva, fidedigna e impecable. Podríamos hablar de una novela histórica, pero, como aclaró su autor en la presentación del libro en Madrid, Reverte solo utiliza la historia como pretexto y marco narrativo. Sobre una precisa ambientación histórica, se construye una novela de aventuras y de aprendizaje. En esos días de acontecimientos frenéticos y vivencias extremas, el joven ingeniero español aprende con rapidez sobre conceptos como la vida, la lealtad, el amor, la violencia, la muerte o la amistad. Como corresponsal de guerra durante años en los que vivió experiencias con cierto grado de similitud con las narradas, Pérez-Reverte ha señalado que hay algunos elementos de su biografía en la novela, pero pasados por el filtro de la literatura, y que el modo de mirar el mundo del protagonista es en buena medida el suyo.

Un aspecto muy destacable de la novela es el uso del lenguaje de los personajes, claramente diferenciado según su estrato social. Los procedentes del pueblo llano utilizan numerosas expresiones populares mexicanas, como “van a sobrar sombreros”, “pos vamos a verlo, que pa luego es tarde”, “¡Abran jijos de la chingada o entramos echando bala!”, “tiznar igual que a un perro”, “quihúbole”, “épale”, “chingatumadre”, “újole, es el mero mero”, “me vale madres” y muchísimas más. El autor logra su pretensión de hacer que el lector no solo lea esas expresiones sino que además las oiga. Este uso del rico e ingenioso lenguaje popular se inscribe en unos diálogos dinámicos y ágiles, con gran sentido del humor, dentro de una novela con mucho ritmo narrativo y una perfecta estructura constructiva.

Capítulo aparte merece la extraordinaria galería de personajes que encontramos en el libro. Además del joven Martín Garret, de 24 años, nacido en Linares y protagonista del relato, se mueve por él un variado elenco de personajes tanto históricos como inventados. Entre los históricos, destaca el desmesurado Pancho Villa, de espontaneidad campesina sin filtros ni cortapisas, risa estentórea y capaz de la máxima generosidad y de la crueldad más implacable. En menor medida, aparece el más bajito de talla y más refinado, idealista e  intelectual presidente Francisco Madero y, con aún menor presencia, el revolucionario sureño Emilio Zapata. De los inventados, sobresale Genovevo Garza, valiente y disciplinado revolucionario del pueblo llano con el que Martín Garret establece mayor relación. También de interés son el taimado indio Sarmiento, el oficial del ejército mexicano Jacinto Córdova, rival amoroso de Garret y con un decimonónico y estricto sentido del honor, o el mercenario estadounidense Tom Logan, que lucha con los revolucionarios.

Mención aparte y especial merecen los tres principales personajes femeninos: la soldadera Maclovia Ángeles, que sigue con fidelidad a su hombre durante la guerra; la guapa, coqueta y de familia adinerada Yunuen Laredo, que asume los códigos de su clase social en la época; y la periodista yanqui Diana Palmer, decidida, independiente, algo masculina y nada convencional, inspirada en parte, según el autor, en Nellie Bly, pionera periodista en aquellos años. Un conjunto de personajes y sucesos que componen un México en el que se mezclan de manera singular y paradójica la crueldad y la ternura, la lealtad y la violencia, la brusquedad y la cortesía.

No hay aquí espacio para más. “Revolución” es una espléndida novela de un escritor de gran oficio literario, amante de la historia y ampliamente documentado en ella, que trabaja a fondo y cuida al detalle sus narraciones, que a la vez que instruyen al lector le hacen pasar inolvidables momentos placenteros de lectura. No hace falta pedir más.

Revolución”. Arturo Pérez-Reverte. Alfaguara. 2022. 464 páginas.

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