domingo, 7 de abril de 2024

LA FUGITIVA


Tras el éxito obtenido por sus tres novelas anteriores (“Morir no es lo que más duele”, “Antes mueren los que no aman” y “Lo que no cuentan los muertos”), Inés Plana (Barbastro, 1959) acaba de publicar “La fugitiva”. Una novela en la que aparca momentáneamente al teniente Tresser, protagonista de los tres relatos anteriores, para crear un nuevo personaje, en este caso femenino, que protagoniza una vibrante narración, inscrita nuevamente en los cánones del género negro y policiaco que tan bien maneja.

La protagonista de “La fugitiva” es Rosaura Castán, una mujer de 42 años, nacida en Barbastro, como la autora, a la que parece perseguir la desgracia. Rosaura se ha sentido siempre culpable de la muerte de su madre, por un accidente fortuito, ocurrido en su infancia, del que ella se hace responsable. Se fue a estudiar Enfermería a Madrid y tuvo un hijo como madre soltera. Adrián era el amor de su vida, un brillante estudiante de matemáticas que adoraba a su madre y parecía el hijo perfecto. Sin embargo, un día, el joven, de tan solo veinte años, apareció muerto, misteriosamente apuñalado en un parque madrileño. Enloquecida por la pérdida, Rosaura atropella con su coche y mata a quien ella cree equivocadamente el asesino de su hijo. Tras dos años en prisión, Rosaura disfruta de su primer permiso en libertad. Su obsesión es encontrar al asesino de su hijo y aprovecha el permiso carcelario para continuar con algunas pesquisas que ya empezó en la prisión. Y aquí comienzan realmente la trama de la novela y los problemas de Rosaura, que vivirá una verdadera odisea, obligada por las circunstancias a una continua huida, que es a la vez una inquebrantable búsqueda de los culpables de la muerte de su hijo.

“La fugitiva” es un thriller intenso, que va ganando con su lectura, una novela adictiva, repleta de intriga, suspense y acción. Narrada con una prosa ágil, con mucho ritmo y con giros inesperados en la trama, que hacen que el lector no gane para sobresaltos y sorpresas. También con un personaje muy potente, muy bien creado por la autora en todos los aspectos. Rosaura Castán es una mujer atormentada, con una compleja relación con una familia de la que se ha ido alejando, acosada interiormente por un sentimiento de culpa del que no puede escapar desde su infancia. Tras la muerte de su hijo (lo peor que puede pasarle a una madre), surge de sus entrañas una fuerza interior imparable, un deseo irrefrenable de averiguar las causas de la muerte de su hijo, de buscar a sus asesinos, una sed insaciable de venganza, pero, sobre todo, de justicia.

La novela es muy cinematográfica. Y no solo por las muchas referencias al cine y a numerosas películas que aparecen en el texto. También por su acción trepidante. Se suceden las persecuciones en todos los medios de locomoción posibles: coche, metro, tren, barco, autobús... Si un título de una película describiría en buena medida la situación de Rosaura, este sería “Con la muerte en los talones”. Y aunque en esta novela, y a diferencia de las anteriores de título más largo, no figure la palabra muerte en su breve título, no será porque no haya muertes en el relato, pues los cadáveres se acumulan, y muy a su pesar, tras Rosaura y sus andanzas. También en este libro aparecen el amor y el mal. El amor, en forma platónica con sus timideces e inseguridades propias. El mal, en mayúscula y en su proximidad cotidiana y gratuita, camuflado tras las falsas apariencias de nuestra sociedad.

Y otro aspecto primordial para los lectores altoaragoneses y, sobre todo, para los barbastrenses, son las muchas referencias a la capital del Vero en esta novela. Como ya se ha dicho, Rosaura, igual que Inés, es nacida en Barbastro. También lo era su padre, y por eso hay momentos familiares de la infancia de la protagonista que transcurren en esta ciudad y en algunos de sus espacios más conocidos y emblemáticos. Asimismo, cuando, en el transcurrir de la historia, Rosaura regresa momentáneamente a su ciudad natal. Incluso aparece, en una especie de cameo, el propio padre de la autora, Santiago Plana, fundador de las Sederías Goya, ubicadas en la Plaza del Mercado, y persona emprendedora, afable y de mucha conversación. Además, hay otras referencias altoaragonesas, como al pueblo de Laspaúles o al delicioso pastel ruso de la oscense pastelería Ascaso, pese a que en esta ocasión, Rosaura lo adquiera en la sucursal madrileña de la pastelería.

Inés Plana ha vuelto a proporcionarnos un consistente y bien armado relato de misterio y aventuras, demostrando su capacidad literaria para crear nuevos personajes y situaciones que igualan, si no mejoran, a los de sus anteriores novelas. Aunque en la próxima, según ella misma anuncia, vuelva el teniente Tresser a la palestra, ya sabemos que, tanto con él como sin él, vamos a disfrutar de las nuevas historias narrativas que surjan de la fértil imaginación literaria de la escritora altoaragonesa.

“La fugitiva”. Inés Plana. Planeta de libros. 2024. 440 páginas.



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