“El
reinado de Witiza”. Francisco García Pavón. Rey Lear. 2013. 264 páginas.
Doctor en Filosofía y Letras, catedrático y
director de la Escuela Superior de Arte Dramático, editor, novelista,
autor de relatos y ensayos y crítico de teatro, Francisco García Pavón
(Tomelloso, Ciudad Real, 1919 – Madrid, 1989) fue un interesante escritor español
del pasado siglo XX que se hizo especialmente famoso por ser el creador de
Plinio, jefe de la policía municipal de Tomelloso cuyo verdadero nombre era el muy
común y prosaico de Manuel González. Con este protagonista, popularizado por
una serie televisiva de principios de los años setenta, García
Pavón escribió unas cuantas novelas que ahora, con buen criterio, está
reeditando la editorial Rey Lear. En el caso de “El reinado de Witiza”, la edición cuenta con un certero
prólogo de Raúl Guerra Garrido y un glosario final donde se aclaran algunos de
los muchos localismos que aparecen en la obra.
“El
reinado de Witiza” fue publicada en 1969, obtuvo en su época un importante éxito
de ventas, quedó finalista del premio Nadal y fue galardonada con el premio de
la Crítica. Narra un extraño y curioso caso, sucedido como en otras novelas de
la serie en la localidad manchega de Tomelloso, que el policía Plinio y su
ayudante don Lotario, rentista y veterinario de mulas del lugar con cada vez
menos trabajo en su oficio, acabarán como siempre resolviendo no sin dificultad
y engorro. Esta vez se trata de la insólita aparición de un cadáver en un nicho
del cementerio municipal que el lugareño Antonio el Faraón estaba
acondicionando para su ya maltrecha suegra. Todo el pueblo desfila ante el
muerto pero nadie consigue identificarlo ni saber quién pueda ser. Unas ricas
señoronas de la ciudad vienen a reclamarlo, pero Plinio, ante la falta de
pruebas, se niega a entregárselo y continúa sus investigaciones con la ayuda de
don Lotario.
Francisco García Pavón combina con maestría el relato policial con precisas pinceladas costumbristas; su mucho sentido del humor con las dosis de crítica social y política que la dictadura franquista podía tolerar en aquel tiempo. La novela es divertida, original y entretenida, aunque por momentos pueda parecer algo disparatada. Además, nos retrotrae a aquellos años sesenta en que los personajes bebían mucho vino, fumaban “caldo” liado y “celtas cortos” y se desplazaban en coche con el popular “seiscientos”. De vez en cuando, el registro literario cambia y el autor nos deleita con líricas descripciones de su ciudad y su región natales.
Ahora
que las novelas negras y policiacas brotan como hongos tras la lluvia por todos
los lugares y en todos los idiomas, parece más que acertado reivindicar a un
escritor como García Pavón, que frente a los escépticos y muy cinematográficos
detectives norteamericanos de la época, creó a un policía local y modesto que
con su trabajo y sus pálpitos intuitivos resuelve un caso tras otro en las
rurales y quijotescas tierras manchegas. Aunque, como con tan buen criterio
dijo algún crítico, las novelas de la serie Plinio más que pertenecer al género
policiaco pueden ser consideradas casi un género en sí mismas.
Carlos Bravo Suárez
Muy buenas Carlos
ResponderEliminarMe agrada que se reedite a García Pavón. Su costumbrismo y la forma de orientar sus particulares historias policiacas de nuestra España más profunda me entretenían agradablemente.
Hace muchos años en Tomelloso le pregunté a un municipal si todavía vivía García Pavón. Fue algo involuntario, me vinieron a la cabeza sus historias y se me ocurrió. Aún me acuerdo de la cara de perplejidad que puso.
Un saludo desde Monzón
José Antonio
Yo casi no recuerdo la serie, pero la lectura de esta novela ha sido una grata sorpresa.
ResponderEliminarSaludos y feliz verano, José Antonio.
Por cierto, hace unos meses perdí mi móvil y con él tu número de teléfono. Si puedes, mándamelo por e-mail o llamándome; yo mantengo el mismo.
31 de julio de 2014, 22:38