“H de halcón”.
Helen MacDonald. Ático de libros. 2015. 384 páginas.
“H de halcón” es
una novela diferente y poco convencional que ha obtenido varios
importantes galardones literarios en el Reino Unido y un sorprendente
éxito de ventas en el mundo anglosajón. Su autora es Helen
MacDonald (Chertsey, Reino Unido, 1970), historiadora y profesora en
Cambridge, ilustradora, poeta y gran aficionada a la cetrería.
Además de algunos poemas anteriores, MacDonald publicó en 2006 el
libro “Falcon”, una historia cultural de los halcones. En 2014,
apareció en Inglaterra “H de halcón” y su extraordinaria
acogida hizo que se tradujera enseguida a varios idiomas. En España,
fue editado a finales de 2015 por Ático de libros, con una meritoria
traducción, nada fácil por la abundante y compleja terminología
específica del mundo de la cetrería, de Joan Eloi Roca.
“H de halcón” puede
inscribirse en lo que se ha venido en llamar autoficción literaria;
aunque en este caso tal vez podría hablarse directamente de un texto
autobiográfico. El principal, y casi único, personaje del libro es
la propia autora: narradora, en primera persona y con su propio
nombre, de la historia. El otro personaje, tan principal como la
narradora, es el azor, pues, a pesar del título, el ave rapaz que
acompaña a Helen en el relato no es un halcón sino un azor, un azor
hembra. Y entre ambos, mujer y azor, se teje una hermosa y fascinante
historia, llena de intimismo, belleza y poesía.
Y,
según la propia autora, una historia verdadera:
"Tan verdadera que me pasó a mi. En 2007, después de la
repentina muerte de mi padre, me compré un azor criado en cautividad
para entrenarlo como una forma de escapar a mi dolor. Le
llamé Mabel
y
le vi volar y cazar como un pájaro salvaje a lo largo de lo que
quedaba de otoño y durante todo el invierno. Fueron días extraños,
hermosos y muy
oscuros.
Hacia el final de ese año comencé a darme cuenta de que aquella
historia era más grande que yo. Lo que había sucedido no trataba
sólo acerca de una mujer afligida y un pájaro. Trataba del amor, la
pérdida, de la vida y la muerte, de la forma en que nos relacionamos
con el mundo natural. Decidí
que tenía que escribirlo.
Pero me tomó cinco años empezar. Necesitaba distancia emocional".
Para
conjurar el profundo dolor producido por la muerte repentina de su
padre (el fotógrafo Alisdair MacDonald), Helen compra un azor y se
dedica a adiestrarlo con tesón y gran paciencia, palabra que ella
misma destaca como derivada de “patior”, que significa
sufrimiento. Bautiza a su pájaro como Mabel (que relaciona con
“amable”, aunque los cetreros creen que el carácter de los
azores acostumbra a ser opuesto al nombre que se les da) y la saca a
volar por los campos y bosques cercanos a Cambridge, que aparecen
descritos con primor y gran belleza en las páginas del libro. Son
los paisajes de la vieja Inglaterra, que parecen anteriores a la
modernidad industrial y que, turbando la placidez de Helen, remiten a
algún personaje de fugaz aparición y tintes racistas a una esencia
británica anterior a la inmigración de los tiempos presentes.
Pero
el tema principal, y casi único, es el entrenamiento del azor, un
animal difícil, temperamental, con irrefrenables instintos asesinos
hacia sus víctimas. En alguna de las varias entrevistas que la
escritora concedió en su visita promocional a nuestro país, explica
con precisión su extraña relación con el pájaro: “Domar y
entrenar al halcón fue una distracción profunda y yo misma me fui
transformando poco a poco en 'salvaje' mientras corría a través de
colinas y campos locales persiguiendo a Mabel mientras cazaba su
propia comida. Yo quería ser como mi halcón. Solitaria, dueña de
mí misma y feroz. Finalmente me di cuenta de que había
ido demasiado lejos en mi salvajismo.
Necesitaba experimentar el dolor que había estado reprimiendo, y
volver al mundo de los humanos que había dejado atrás”.
Dividido
en dos partes, el relato va alternando las experiencias presentes de
Helen y Mabel con abundantes y prolongadas referencias T. H. White y,
principalmente, a su libro “The Goshawk” de 1951, en el que el
extravagante escritor británico narra su fallido adiestramiento de
otro azor y cuyos errores sirven de guía a Helen para procurar no
repetirlos.
Aunque
por su aparente sencillez argumental y su considerable extensión,
“H de halcón” pueda parecer una narración lenta o pesada, y aun
con la abundante terminología cetrera desconocida para el profano,
el libro puede atrapar a cualquier lector. No solo por la historia
que cuenta, sino por su gran calidad literaria, la belleza de las
descripciones de paisajes y estados de ánimo y el profundo lirismo
que subyace en sus páginas.
Carlos
Bravo Suárez