viernes, 15 de diciembre de 2017

ASCENSIÓN AL NABAÍN DESDE ASCASO

A la entrada de Ascaso. Junto a su reloj de sol
Iniciando la subida

En el último tramo de la subida
Ermita de Santa Marina, en la cima del Nabaín.

Yeba, con zoom desde la cima.
Buerba, con zoom desde la cima.
Las Tres Sorores o Trtes Serols y Las Tres Marías desde la cima
Peña Retona (Sierra de Partacua), con zoom desde la cima.
Monte Perdido, con zoom desde la cima.
Collarada, con zoom desde la cima


Punta Suelza, con zoom desde la cima
Las zagalas de la excursión
Ascaso desde la bajada
Bajada
De nuevo en Ascaso y su reloj
Iglesia de Ascaso

Santa María de Ascaso y su reloj
El pasado sábado, un grupo de amigos del Centro Excursionista Ribagorza ascendimos al pico Nabaín desde la localidad de Ascaso. Fue una actividad improvisada, organizada el día anterior con premura, debido a que hubo que suspender, por motivos meteorológicos, la excursión que el CER tenía previsto realizar al día siguiente, domingo.

Once miembros del club excursionista ribagorzano nos dimos cita en Graus a las 7.30 horas para dirigirnos con nuestros vehículos hasta Boltaña, donde se unió a nuestro grupo, José Ramón Monclús, del club Nabaín Montaña, gran amante y conocedor de las tierras sobrarbenses y de cuya compañía y abundantes conocimientos sobre la zona pudimos disfrutar a lo largo de toda la excursión. Desde Boltaña continuamos por carretera, con algún tramo sin asfaltar, hasta la pequeña localidad de Ascaso, situada a 1000 m. de altitud y punto de partida para la ascensión al Nabaín, una emblemática y destacada montaña de 1.796 m. cuya cima constituye un magnífico mirador del Pirineo.

El camino arranca unos metros antes de acceder al pueblo y está bien señalizado con hitos o mojones de piedra. Se trata de una subida cómoda que realizamos en menos de dos horas. Transcurre el sendero al principio por un terreno empinado sobre la roca lisa y se asoma luego por la izquierda a unos acantilados rocosos que propician bellas vistas sobre el río Ara. Giramos luego a la derecha para, entre erizones y ya en más suave subida, legar a la cima de la montaña, donde se encuentra la arruinada ermita de Santa Marina, una construcción religiosa de tipo popular construida posiblemente entre los siglos XVI y XVIII, en uno de cuyos muros se levantó una pilona cilíndrica de cemento como vértice geodésico.

Como el día era soleado y la visibilidad muy buena, estuvimos un buen rato en la cima, desayunando y haciendo algunas fotos. Las vistas del Pirineo son magníficas. De oeste a este pudimos distinguir, entre otras montañas, la sierra de la Partacua, Collarada, Tendeñera, Las Tres Sorores (Cilindro, Monte Perdido y pico Añisclo), Las Tres Marías, Punta Suelza, Cotiella, Punta Llerga, Peña Solano, Peña Montañesa o el Turbón. En ese día, todas con poca nieve, aunque por suerte, y como anunciaban las previsiones, cayó con cierta abundancia en los días posteriores.

El camino de bajada fue siguiendo el mismo itinerario y nos costó escasamente una hora y media hasta regresar a Ascaso. Allí visitamos el pintoresco pueblo y vimos su famoso reloj de sol, decorado con llamativas pinturas del siglo XIX y esta poética inscripción: “Cuando me relumbre el sol / acércate paso a paso / y sabrás la hora que es / en este reló de Ascaso”. En la carretera de bajada, vimos en la fachada de la antigua casa de Santa María otro reloj de sol con otra inscripción en verso y similar decoración. Como el día era soleado, comprobamos que ambos relojes siguen marcando muy bien la hora.


Artículo publicado en Diario del Alto Aragón

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