Iniciando la subida
En el último tramo de la subida
Ermita de Santa Marina, en la cima del Nabaín.
Yeba, con zoom desde la cima.
Buerba, con zoom desde la cima.
Las Tres Sorores o Trtes Serols y Las Tres Marías desde la cima
Peña Retona (Sierra de Partacua), con zoom desde la cima.
Monte Perdido, con zoom desde la cima.
Collarada, con zoom desde la cima
Punta Suelza, con zoom desde la cima
Las zagalas de la excursión
Ascaso desde la bajada
Bajada
De nuevo en Ascaso y su reloj
Iglesia de Ascaso
Santa María de Ascaso y su reloj
El
pasado sábado, un grupo de amigos del Centro Excursionista Ribagorza ascendimos
al pico Nabaín desde la localidad de Ascaso. Fue una actividad improvisada, organizada
el día anterior con premura, debido a que hubo que suspender, por motivos
meteorológicos, la excursión que el CER tenía previsto realizar al día
siguiente, domingo.
Once
miembros del club excursionista ribagorzano nos dimos cita en Graus a las 7.30
horas para dirigirnos con nuestros vehículos hasta Boltaña, donde se unió a
nuestro grupo, José Ramón Monclús, del club Nabaín Montaña, gran amante y
conocedor de las tierras sobrarbenses y de cuya compañía y abundantes
conocimientos sobre la zona pudimos disfrutar a lo largo de toda la excursión.
Desde Boltaña continuamos por carretera, con algún tramo sin asfaltar, hasta la
pequeña localidad de Ascaso, situada a 1000 m. de altitud y punto de partida
para la ascensión al Nabaín, una emblemática y destacada montaña de 1.796 m.
cuya cima constituye un magnífico mirador del Pirineo.
El
camino arranca unos metros antes de acceder al pueblo y está bien señalizado
con hitos o mojones de piedra. Se trata de una subida cómoda que realizamos en
menos de dos horas. Transcurre el sendero al principio por un terreno empinado
sobre la roca lisa y se asoma luego por la izquierda a unos acantilados rocosos
que propician bellas vistas sobre el río Ara. Giramos luego a la derecha para,
entre erizones y ya en más suave subida, legar a la cima de la montaña, donde
se encuentra la arruinada ermita de Santa Marina, una construcción religiosa de
tipo popular construida posiblemente entre los siglos XVI y XVIII, en uno de
cuyos muros se levantó una pilona cilíndrica de cemento como vértice geodésico.
Como
el día era soleado y la visibilidad muy buena, estuvimos un buen rato en la
cima, desayunando y haciendo algunas fotos. Las vistas del Pirineo son
magníficas. De oeste a este pudimos distinguir, entre otras montañas, la sierra
de la Partacua, Collarada, Tendeñera, Las Tres Sorores (Cilindro, Monte Perdido
y pico Añisclo), Las Tres Marías, Punta Suelza, Cotiella, Punta Llerga, Peña
Solano, Peña Montañesa o el Turbón. En ese día, todas con poca nieve, aunque
por suerte, y como anunciaban las previsiones, cayó con cierta abundancia en
los días posteriores.
El
camino de bajada fue siguiendo el mismo itinerario y nos costó escasamente una
hora y media hasta regresar a Ascaso. Allí visitamos el pintoresco pueblo y
vimos su famoso reloj de sol, decorado con llamativas pinturas del siglo XIX y
esta poética inscripción: “Cuando me relumbre el sol / acércate paso a paso / y
sabrás la hora que es / en este reló de Ascaso”. En la carretera de bajada,
vimos en la fachada de la antigua casa de Santa María otro reloj de sol con
otra inscripción en verso y similar decoración. Como el día era soleado,
comprobamos que ambos relojes siguen marcando muy bien la hora.
Artículo publicado en Diario del Alto Aragón
Artículo publicado en Diario del Alto Aragón
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