jueves, 30 de junio de 2022

EXCURSIÓN POR EL VALLE DE ESTÓS HASTA LOS IBONES DE ESCARPINOSA


El pasado sábado, el grupo grausino Tardes al Sol, organizó una excursión matinal por el valle de Estós, en Benasque, con ascensión al ibonet de Batisielles y a los bonitos ibones de Escarpìnosa. En una mañana nublada, pero sin lluvia ni calor durante el recorrido.

Los once participantes salimos de Graus a las 7.15 horas, para dirigirnos a Benasque por la carretera A-139 y la N-260, recién abierta al tráfico para el periodo estival. Pasado Benasque y el desvío de Cerler, cruzamos el puente de San Jaime y giramos a la izquierda para llegar al aparcamiento de Estós, donde comenzamos a andar. En vez de seguir por el GR-11, tomamos un sendero que va en paralelo por la derecha, a algo más de altura, y que desemboca en la pista al cabo de poco rato. Ya en el GR-11, continuamos por la margen izquierda del caudaloso río Estós, que enseguida cruzamos por la palanca de Aguacari.

El ancho camino transita ahora por la margen derecha del río, en suave pero constante subida y con vistas más amplias de prados, bosques y montañas. Dejamos a la izquierda la cabaña-refugio de Santa Ana y, en un bello bosque de hayas, encontramos la fuente de Coronas, construida rústicamente sobre madera. Desde aquí, no tardaremos mucho en llegar a un cruce. Si siguiéramos recto, iríamos al refugio de Estós, pero nosotros cogeremos el camino de la izquierda que, como indican los carteles, nos lleva a la zona de Batisielles.

El sendero va acentuando su subida por espesos bosques y, tras atravesar el barranco o aigüeta de Batisielles por el puente metálico de los Carboneros, se hace más estrecho y asciende en continuo zig-zag hasta el ibonet de Batisielles, un lugar bucólico, rodeado de verdor y custodiado a nuestra izquierda por las tucas de Ixeia y a nuestra derecha, y algo más lejanas, por las prominentes agujas de Perramó. Situado a 1.870 m. de altitud, es este un buen lugar para hacer una parada, recrearse en el paisaje y reponer fuerzas.

Desde aquí, dejamos a la derecha los desvíos al ibón Gran de Batisielles y al Refugio de Estós y continuamos hacía Escarpinosa, bordeando el ibonet de Batisielles por la derecha y dejando a la izquierda el barranco, que nos ofrece durante el camino la vista de varias bonitas cascadas. El sendero, siempre en ascenso, pero sostenido y bien señalizado, nos conduce a uno de los parajes más bellos y concurridos del valle, en el que merece la pena hacer otra parada. Llegados al primero y más grande de los dos ibones de Escarpinosa, decidimos cruzar el barranco por nuestra izquierda y subir hasta el otro ibón, de aguas algo más verdosas. Desde este camino, las vistas del precioso ibón grande y más azulado con el Perdiguero y otros picos al fondo son extraordinarias.

Desde aquí, retornamos al punto de partida por el mismo camino de ida y, ya con el último tramo también por el GR-11, llegamos al aparcamiento. Fueron 15 km de recorrido, con 873 m. de desnivel. El punto de mayor altitud fueron 2036 m.; el más bajo, 1300 m. Invertimos casi 7 horas, incluyendo las paradas y caminando a ritmo tranquilo.

https://www.diariodelaltoaragon.es/noticias/deportes/2022/06/29/excursion-por-el-valle-de-estos-hasta-los-ibones-de-escarpinos-1584886-daa.html

domingo, 26 de junio de 2022

LENGUAS Y VIOLENCIA EN UNA DESTACABLE NOVELA

“Sin tocar el suelo” es la primera novela escrita originalmente en castellano por Jokin Muñoz (Castejón, Navarra, 1963). Hasta ahora, este autor, licenciado en Filología Vasca y profesor de instituto, había publicado todos sus libros en euskera. Entre 1995 y 2008, además de una crónica de un viaje a pie por Navarra, Muñoz publicó un par de libros de relatos y dos novelas. En 2004 ganó el Premio Euskadi de Literatura y en 2008 el Premio Nacional de la Crítica de narrativa en euskera. Todos sus libros han sido traducidos al castellano. Ahora, tras un largo silencio de casi quince años, ha publicado “Sin tocar el suelo”, escrita directamente en castellano y editada por Galaxia Gutenberg, dentro de una serie de libros dirigida por la prestigiosa escritora, historiadora, filóloga y profesora vizcaína Edurne Portela. Toda una garantía de buen criterio, valentía política  y sensibilidad literaria.

“Sin tocar el suelo” es una novela espléndida, original y diferente. Muy bien escrita y con un contexto social y político abordado con objetividad, realismo y con el acertado revisionismo histórico, tan necesario como en buena medida tardío, de un periodo crucial de la reciente historia vasca como fueron los convulsos años 80 del pasado siglo. Un camino abierto por escritores como Fernando Aramburu o la propia Edurne Portela entre otros. En esta ocasión, y eso le da un cierto valor añadido, un libro escrito por un euskaldún, es decir, un vascohablante, que además ha utilizado originariamente la lengua vasca en su producción literaria anterior. En cualquier caso, el protagonista de la novela, que ama el euskera y el castellano, acabará siendo víctima del fanatismo y la violencia etarra

“Sin tocar el suelo” tiene como protagonista a Luis Areta, que perdió a sus padres en un accidente y vive en casa de unas tías, ambas con amplios pisos en los centros históricos, primero en San Sebastián y luego en Pamplona, a donde va a estudiar Filología Hispánica. La novela se sitúa en dos planos temporales: cuando Luis es joven y estudiante y, cuando ya mayor, vive en Madrid con su pareja Tere, que es abuela de una niña china, llamada Mei, que ha sido adoptada por su hija. Luis tiene una relación especial con la joven Mei, que es una mala estudiante pero que está empezando a cantar en un grupo de rock que luego alcanzará el éxito. En su etapa de estudiante en Pamplona, Luis trabaja en una ikastola y entra en contacto con los jóvenes abertzales de Jarrai, que flirtean o directamente abrazan el terrorismo de ETA. Allí Luis conoce a Leire, de la que se enamora, y a Koldo Gartzia, que fue militante de ETA y ahora, en el plano temporal posterior de la novela, acaba de ser nombrado diputado foral de Cultura. Con él, se encuentra ahora Luis para recordar aquellos tiempos que tuvieron consecuencias tan diferentes en sus vidas.

Para explicar mejor la novela, no me resisto a transcribir algunas de las palabras que escribe Edurne Portela en su brillante prólogo: “Cuando leí el manuscrito de ‘Sin tocar el suelo’, lo primero que pensé es que Jokin Muñoz había escrito una novela que reflejaba la capacidad de la literatura para reconstruirnos cuando la vida nos ha roto. Esta novela llena de belleza, ternura y algo de melancolía es una reflexión sobre el silencio y las secuelas de la violencia, sobre la transmisión -consciente e inconsciente- de la memoria intergeneracional, en este caso entre Luis y su nieta Mei, sobre la dimensión subjetiva de la lengua con la que elegimos comunicarnos, sobre el amor en todas sus acepciones, sobre el arraigo y el desarraigo, la búsqueda y la huida. Y sobre la literatura -particularmente la poesía- como la herramienta capaz de articular todo ello. A través de la vida del joven Luis en San Sebastián y Pamplona, Jokin Muñoz nos traslada a los años de la violencia, una violencia que crecía «invisible» porque no éramos capaces de verla, una violencia que absorbió y destrozó a parte de aquella juventud que en el momento se denominaba «alegre y combativa». La literatura de Jokin Muñoz se caracteriza por su capacidad de crear ambientes cargados de ángulos ciegos y de silencios, por examinar cómo las grandes violencias nos atraviesan y se encarnan en violencias cotidianas y cómo la complicidad también genera daño. Muñoz escribió con extrema lucidez sobre estos temas cuando ETA estaba activa. Ahora, diez años después del fin definitivo de la actividad armada, el autor nos confronta con la memoria de ese dolor y nos hace ver, una vez más, que el daño no acaba por decreto y que sus consecuencias siguen vivas mientras siga viva la memoria del dolor. Y así lo refleja este personaje magnífico que es Luis”.

No puedo extenderme ya mucho más aquí sobre esta destacable novela que, además de la memoria de aquellos años de plomo, es una declaración de amor al euskera y al castellano, a la belleza de la traducción o trasvase de los conceptos poéticos entre una y otra lengua. Y una demostración de la necesidad de despolitizar las lenguas para amarlas exentas del componente tóxico de su uso partidista e ideologizado. Algo que en algunos lugares es aún muy necesario y a lo que pueden contribuir novelas tan hermosas como esta.

“Sin tocar el suelo”. Jokin Muñoz. Galaxia Gutenberg. 2022. 216 páginas.

 

miércoles, 22 de junio de 2022

EXCURSIÓN CIRCULAR DEL CER POR EL VALLE DE ORDESA






El pasado domingo, el Centro Excursionista Ribagorza realizó una bonita excursión por el valle de Ordesa. Fue un itinerario circular desde la Pradera de hasta la Cola de Caballo, con el camino de ida por la Senda de los Cazadores y la Faja de Pelay y la vuelta por el camino tradicional que coincide con un tramo del GR-11, por las Gradas de Soaso, el Hayedo y las cascadas de la Cueva y el Estrecho.

Los veinte participantes en la actividad salimos de Graus a las 6 horas y nos dirigimos con nuestros vehículos por carretera hasta el aparcamiento de la Pradera de Ordesa, en el municipio de Torla. Poco después del parking, tomamos un desvío a la derecha, señalizado como Senda de los Cazadores. El camino asciende sin tregua desde el principio, en fuerte zig-zag, por un espeso y sombrío bosque. Tras unos 650 m. de continuo desnivel, llegamos al mirador de Calcilarruego, situado a 1950 m. de altitud y punto más elevado del recorrido. Aquí hicimos una breve parada para reponer fuerzas, hacernos la foto de grupo y disfrutar de las extraordinarias vistas que desde allí se contemplan.

Seguimos el sendero por la Faja de Pelay, llaneando y en suave descenso, con tramos de espeso bosque y abundancia de rododendros y algunas otras flores. Y con vistas de la Brecha de Roldán, la falsa brecha, el Dedo o el pico Tallión, entre otros lugares. Descendimos hasta el imponente circo de Soaso, ya con completas vistas de los picos Cilindro, Monte Perdido y Añisclo, enlazamos con el GR-11 y llegamos a la impresionante cascada de la Cola de Caballo, siempre muy concurrida de excursionistas muy diversos. Tras una indispensable parada y las fotos de rigor, iniciamos el camino de vuelta, ya por el fondo del valle y siguiendo el curso descendente del río Arazas.

Junto a las gradas de Soaso, muy cerca del río, algunos hicimos una parada para comer. Continuamos luego por el espeso bosque de hayas y nos desviamos a la izquierda para contemplar desde todos los miradores posibles las preciosas cascadas de la Cueva y el Estrecho. Ya por terreno más llano y tras contemplar los diferentes miradores con paneles con descripciones de la zona, y con el cielo cada vez más cubierto, llegamos a la Pradera y cerramos nuestro itinerario.

Habíamos recorrido 21,5 km, con un desnivel acumulado de unos 650 m en un tiempo de más de siete horas y media con paradas. Y habíamos disfrutado de uno de los lugares más hermosos de nuestro Pirineo oscense. Unos paisajes tan bellos que uno nunca se cansa de mirarlos por más veces que los recorra.

jueves, 16 de junio de 2022

EXCURSIÓN CIRCULAR DESDE BONSANSA POR CASTARNÉ Y BIBILES


El pasado lunes, el grupo grausino Tardes al Sol realizó una excursión desde Bonansa, con parada en las localidades de Castarné y Bibiles, en un itinerario señalizado como Ruta Circular de la Comarca de Ribagorza. Habíamos elegido un recorrido con bastante sombra, para caminar durante las últimas horas de la tarde y evitar así sufrir en exceso las altas temperaturas de estos días.

Los trece participantes en la actividad salimos de Graus a las 16.45 horas y nos desplazamos por carretera hasta Bonansa. Aparcamos nuestros vehículos junto a la plaza del pueblo, muy cerca de la histórica Casa Navarri, donde nació el político y escritor Joaquín Maurín y que conserva una bonita fachada con matacán. Un poco antes de las 18 horas, empezamos a andar en dirección a la ermita de San Roque, muy próxima al pueblo. Es una construcción románica  que forma parte de las cuatro que componen la Ruta de las Ermitas de Bonansa. En esta ocasión, esta fue la única de las cuatro que visitamos.

Desde la ermita, tomamos un camino señalizado en dirección a Castarné. Por un sendero sombrío entre bosque, y atentos a los sucesivos cruces, en poco más de una hora llegamos a esta pequeña pero acogedora localidad perteneciente al municipio de Montanuy. A la entrada del pueblo, nos desviamos a la derecha para ascender unos metros por una pista y visitar las ruinas de la ermita románica de Nuestra Señora de Burás, necesitada de una urgente  restauración.

Tras pasar junto a la iglesia parroquial, dedicada a la Virgen de la Collada, nos dirigimos al castillo de la localidad. Un interesante edificio restaurado hace unos años que data del Siglo XI y se conoce como Castrum Negrum o Castillo Negro. En él hicimos una larga parada y visitamos su interior. Desde allí, ascendimos a la parte más alta del pueblo, donde se halla el Mirador del Castellot, un lugar con magníficas vistas del valle del Baliera, afluente aragonés del Noguera Ribagorzana.

Tras merendar en el mirador, descendimos a la plaza del pueblo y tomamos el camino que lleva a Bibiles, que transita también por bosque umbrío con algunos bellos ejemplares de roble o caixigo. Después de pasar por la arreglada fuente, llegamos al pueblo, que cuenta con algunas casas arregladas y la bien conservada iglesia parroquial de San Ginés. Bibiles pertenece al municipio de Bonansa y dista 1,6 km por sendero de esa localidad. Tras recorrerlos, llegamos a Bonansa a las 21 horas, con una temperatura muy agradable.

La distancia recorrida en la excursión fue de 9 km, con 336 m. de desnivel acumulado. El punto más alto del itinerario fueron 1275 m. y el más bajo 1015m. Invertimos casi tres horas y media con las paradas. Disfrutamos de bellos paisajes, buena compañía y no pasamos demasiado calor.

domingo, 12 de junio de 2022

EL CASTILLO DE BARBAZUL

“El castillo de Barbazul” es la tercera novela de la serie Terra Alta, del conocido escritor Javier Cercas, nacido en Ibahernando (Cáceres) en 1962 y afincado desde los cuatro años en Cataluña, hasta donde emigraron sus padres desde Extremadura. Licenciado en Filología Hispánica por la Universidad de Barcelona, trabajó como profesor de Literatura en la Universidad de Gerona antes de convertirse en novelista de éxito y cotizado columnista en alguno de los principales diarios de nuestro país.

Cercas es autor de destacadas novelas, como “Soldados de Salamina”, “Las leyes de la frontera”, “El impostor” o “El monarca de las sombras”, y de la magnífica crónica del 23-F “Anatomía de un instante”. En 1919 ganó el Premio Planeta con “Terra Alta”, primera novela protagonizada por el policía Melchor Marín, a la que sucedió “Independencia” en 2021. Ahora acaba de publicar “El castillo de Barbazul”, tercera entrega de la serie ya denominada Terra Alta, con el protagonismo del mismo policía reconvertido en bibliotecario y con la reaparición de otros personajes de los dos libros anteriores de la trilogía.

En “El castillo de Barbazul”, encontramos al ex policía Melchor Marín trabajando como bibliotecario en Gandesa y manteniendo la relación sentimental con la adinerada Rosa Adell, que ya conocemos de las entregas anteriores. Melchor vive con Cosette, la hija que tuvo con su mujer Olga, que murió atropellada intencionadamente como consecuencia del caso Adell, resuelto por Mechor en la novela “Terra Alta”. Ahora, Cosette es una adolescente de 17 años que comienza a tener una problemática relación con su padre. La chica ha ido unos días de vacaciones a Mallorca con una amiga. Sin embargo, cuando su padre espera a ambas en la estación de autobuses, solamente encuentra a la amiga, que le dice que Cosette se ha quedado unos días más en la isla. La hija no contesta a los mensajes ni a las llamadas de Melchor, quien, convencido de que algo malo ha ocurrido, decide trasladarse a Mallorca en su busca. Ahí aparecerá el problema del Barbazul que da título a la novela, un ricachón sueco que tiene una enorme casa en Formentor y que controla a la policía, los jueces y los medios de comunicación isleños. Melchor, junto a antiguos compañeros policías, y alguna agente nueva, atrevida y moderna, como Paca Poch, se enfrenta al todopoderoso magnate que encarna la maldad, la hipocresía y el abuso de poder.

En la novela, además de las complicadas relaciones de un padre con su hija adolescente, encontramos una trama en la que aparecen la corrupción, la crueldad, la falsedad de las apariencias y el abuso a menores con consecuencias psicológicas traumáticas y con terapias que intentan ayudar a superarlas. Por otro lado, la novela presenta una contraposición, tal vez demasiado agudizada, entre lo bueno y lo malo, las luces y las sombras. Con unos personajes que muestran la cobardía, la mentira y la violencia de la sociedad de nuestro tiempo y con otros que son capaces de poner su vida en peligro por compañerismo y en la defensa de una causa justa. En cualquier caso, hay que decir que la novela, que transcurre principalmente entre la Gandesa de la Terra Alta y las ciudades de Palma y Pollença de la isla de Mallorca, sitúa su acción en un hipotético 2035, año en el que Barcelona, poco presente en este libro, tiene una nueva alcaldesa, diferente a la sometida a extorsión en la anterior “Independencia”.

“El castillo de Barbazul” se lee muy bien porque trata temas de actualidad, tiene una estructura sencilla, su lenguaje es fácil y coloquial, con abundantes diálogos y descripciones breves, y está escrita con un ritmo rápido y fluido, que enganchará sin duda a muchos lectores acostumbrados a este tipo de relatos con todos los ingredientes de los “best seller” de intriga. Pero hay aspectos de la trama que parecen demasiado forzados y algo tópicos y, en mi opinión, se encuentran en la narración no pocos lugares comunes.

Ya he escrito al referirme a las dos novelas anteriores del ciclo Terra Alta que a mí me gusta mucho más, y me parece de mucha mayor enjundia y calidad literarias, el Cercas anterior. El de “Soldados de Salamina”, “Anatomía de un instante”, “Las leyes de la frontera”, “El impostor” o “El monarca de las sombras”. De todas maneras, como ya se ha dicho, “El castillo de Barbazul” tiene el éxito asegurado entre un gran número de lectores. Y, probablemente, ese sea el principal objetivo del autor con sus últimas novelas. Una vez terminada esta trilogía, esperemos que Javier Cercas recupere el pulso y la brillantez de sus libros anteriores. Esos que lo convirtieron en uno de los escritores más prestigiosos de nuestra literatura reciente.

“El castillo de Barbazul”. Javier Cercas. Tusquets Editores. 2022. 400 páginas.


miércoles, 8 de junio de 2022

EXCURSIÓN POR VARIOS PUEBLOS DEL MUNICIPIO DE MONTANUY


Esta semana, el grupo Tardes al Sol realizó una excursión matinal por varios núcleos del extenso municipio de Montanuy, en la Ribagorza oscense más oriental, en el límite con la comunidad catalana. La ruta, casi por completo circular, combinó varios senderos marcados: los PR-HU101 y PR-HU102 y el GR-18 ahora coincidente en parte con el nuevo GR-17. En la excursión participamos diecisiete miembros del grupo excursionista grausino.

La salida fue en coches desde Graus para ir por carretera hasta la localidad de Noales, punto inicial y final de la excursión. Cerca de su iglesia parroquial, aparcamos los vehículos y comenzamos a andar, siguiendo un sendero señalizado que lleva a Benifons. Entre Noales y Benifons, separados solo por 1,3 km, transita un bello sendero entre un bosque de robles, algunos de gran tamaño. El mayor de ellos, un ejemplar centenario y emblemático, cayó hace unos años y sus dos partes quedan a ambos lados del sendero. En la pequeña localidad de Benifons hicimos una breve parada y, desde allí, continuamos, siempre en ascenso, hasta la Collada de Benifons. Este punto es un cruce de caminos con magníficas vistas. Nosotros seguimos ascendiendo hasta la ermita de San Aventín, pequeña y arreglada construcción religiosa junto a la que paramos para desayunar.

Desde la ermita, retrocedimos al collado de San Aventín y allí tomamos un camino a nuestra derecha que enlaza con el sendero que desciende a Montanuy desde la Collada de Benifons. Por bosque de pinos y más tarde junto a algunos prados, llegamos a Montanuy, donde visitamos el pueblo e hicimos una parada junto a su iglesia. A la salida del lugar, tomamos el GR-17 que lleva a Escané. Por aquí se puede subir también a un mirador y a unas antenas de telefonía y a la ermita de San Aventín. Nosotros, en el Pilaret de San Miquel, nos desviamos a la izquierda en dirección a Escané. Desde este tramo del camino, teníamos amplias vistas del valle de Barrabés, el río Noguera Ribagorzana y algunas poblaciones catalanas como Vilaller y Pont de Suert.

Tras un tramo por bosque sombrío y otro inevitable de carretera, llegamos a Escané, pequeña población con parte de su caserío en ruinas, pero con una interesante iglesia restaurada dedicada a San Lupo. Desde Escané hasta Noales hay menos de dos kilómetros que transcurren en su mayor parte por espeso bosque de robles. Sobre las 14 horas, cerramos nuestro itinerario en Noales, donde destaca en la parte baja del pueblo la torreada casa Llivernal.

La distancia recorrida fue de 13 km, con 612 m. de desnivel acumulado. El punto más alto fueron 1523 m y el más bajo, 1029. Invertimos en la excursión cinco horas, incluyendo las paradas en los diversos núcleos que visitamos (Noales, Benifons, Montanuy y Escané) y la más larga en la ermita de San Aventín.

jueves, 2 de junio de 2022

AL PUERTO Y LA ERMITA DE LAS ARAS DESDE LAS VILAS DEL TURBÓN

El grupo grausino Tardes al Sol realizó el pasado sábado una excursión matinal al mítico puerto de las Aras desde la localidad ribagorzana de Las Vilas del Turbón. Fue un itinerario circular que incluyó una visita a la ermita de la Virgen de las Aras, con ascenso por el PR-HU133 y descenso por el collado de Ratés, Planatozal y el PR-HU123.

Los veintiún participantes en la excursión salimos de Graus a las 7.30 horas para dirigirnos por carretera hasta Las Vilas del Turbón, localidad perteneciente al municipio de Torre la Ribera, y conocida por sus aguas mineromedicinales y su balneario. Pasada la embotelladora, cogimos una pista con una barrera y continuamos por el camino que asciende al Turbón y conecta con el PR-HU133. Dejamos varios desvíos a la izquierda y seguimos los indicadores que dirigen al puerto de las Aras. En una curva, abandonamos la pista por la izquierda y ascendimos por un sendero que se adentra en un bosque de pinos y bojes y algunos claros con verdes prados. Siempre siguiendo el PR-HU133, salimos del bosque y llegamos al mítico puerto de las Aras.

Situado a 1904 m. de altitud, este ha sido un lugar histórico de paso de los ganados y las gentes que iban de las tierras del sur a la montaña. En este punto, confluyen los términos de Las Vilas, Ballabriga y Abella, pertenecientes hoy a los municipios de Torre la Ribera, Beranuy y Laspaúles, respectivamente. Aquí hicimos una parada para disfrutar de los amplios paisajes que se abrían ante nosotros. Por el norte, y de oeste a este, contemplamos la sierra de Chía, los Eristes, Posets, Perdiguero, Gallinero y el Aneto, entre otras montañas. Desde el puerto descendimos un kilómetro hasta la ermita de la Virgen de las Aras, que fue restaurada hace unos años. Junto a un pequeño refugio en construcción, hicimos la parada para el almuerzo y retornamos al puerto.

Enseguida abandonamos el PR-HU133 por el que habíamos subido y tomamos un sendero que nos llevó al collado de Ratés o de San Chaume, a 1807 m. de altitud. Allí tomamos una pista que seguimos hasta conectar con el PR-HU123 que viene de Ballabriga. Llegamos al collado de Planatozal, a 1749 m., y descendimos por un camino que exige atención en los cruces. En el tramo final, y tras pasar un barranco, llegamos a la pista del inicio de la excursión y en unos minutos entramos de nuevo en Las Vilas, donde tomamos un refrigerio antes de volver a Graus.

Fueron 13,5 km de recorrido, con 730 m. de desnivel acumulado y algo más de seis horas de tiempo, contando las paradas, que en algunos casos fueron largas. El punto más alto fueron los 1904 m. del puerto de las Aras y el más bajo los 1344 del inicio en Las Vilas. Una estupenda excursión, en una mañana soleada pero con un calor llevadero y soportable. 

https://www.diariodelaltoaragon.es/noticias/deportes/2022/06/02/al-puerto-y-la-ermita-de-las-aras-desde-las-vilas-del-turbon-1578821-daa.html