domingo, 16 de noviembre de 2025

"CORAZÓN DE ORO", DE PASOLOBINO A CALIFORNIA EN UNA NOVELA DE AMOR Y AVENTURAS

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Tras la magnífica y ambiciosa “Lejos de Luisiana”, con la que ganó el Premio Planeta en 2022, Luz Gabás (Monzón, 1968) vuelve a escenarios norteamericanos con su nueva novela “Corazón de oro”. Desde su exitoso debut literario en 2012 con “Palmeras en la nieve”, y con media docena de novelas en su haber, la escritora montisonense, licenciada en Filología Inglesa y afincada en Anciles, en el valle de Benasque, se ha convertido en una de las novelistas más consolidadas de la literatura española actual. “Corazón de oro” es un nuevo peldaño narrativo que viene a confirmar y afianzar esa consagración en su firme y segura carrera literaria.

“Corazón de oro”, que toma su título de una conocida canción de Neil Young, es otra novela larga, de más de quinientas páginas, en la que hay muchos personajes y pasan muchas cosas y muy deprisa. Con un itinerario geográfico preciso y bien documentado, y una recreación histórica impecable, Luz Gabás construye un sólido relato repleto de amor, amistad, viajes, venganzas, luchas violentas y múltiples aventuras. La historia transcurre a mediados del siglo XIX, desde 1849 a 1865, y comienza en el pequeño pueblo ficticio del Pirineo altoaragonés llamado Pasolobino, nombre tomado de una montaña próxima a Cerler y, ya desde “Palmeras en la nieve”, presente en otras novelas de la autora. Allí, el joven Lorién, segundo varón de su familia, tras una muerte accidental de la que es injustamente acusado, debe abandonar el lugar, donde queda su prometida, Marot, con la que estaba a punto de casarse. Lorién, acompañado por el francés Baptiste y su novia Ponciana, cruza la frontera, pasa a Francia y acaba embarcándose, primero en Bayona y luego en Bilbao, en dirección a California, donde ha estallado la llamada “fiebre del oro”, que atrae a gentes de todas partes en busca de un enriquecimiento rápido y aparentemente fácil. Después de atravesar el Atlántico y hacer una escala en La Habana, llega a Nueva Orleans y, remontando el río Misisipi hasta San Luis de Misuri, se enrola, con Baptiste y otros compañeros que ha conocido en el viaje, en una de las muchas caravanas de colonos que se dirigen al lejano oeste. En ese largo viaje, Lorién conocerá Cynthya, una mujer decidida, testaruda y valiente que viaja con su hermano transportando ganado y de la que se enamorará perdidamente. Al final, tras muchas vicisitudes de toda índole, algunos de los principales personajes de la novela se reencontrarán en una localidad, próxima a la cada vez más poblada y tumultuosa San Francisco, llamada San Luis Obispo, en la que la propia Luz Gabás residió un año en su juventud.

Escrita en tercera persona, y con el viaje de Lorién como eje central del relato, “Corazón de oro” es una novela coral, con un buen número de personajes que reflejan con acierto la complejidad y diversidad cultural, racial y social que confluyen en la tierra de promisión californiana en aquellos trepidantes años del siglo XIX. Porque un aspecto muy destacado de la novela es la bien construida y muy documentada –como se pone de manifiesto en la nota de la autora del final del libro– recreación histórica de la época, con sus trepidantes cambios, complejidades y conflictos. Vemos la afluencia de personas de todos los lugares que acuden a California movidas por la fiebre del oro, las luchas con los indios autóctonos de la zona, las disputas entre grupos de procedencias distintas (estadounidenses, chilenos, irlandeses…), los conflictos entre los que se consideran los primeros en llegar y los que llegan más tarde, los cambios legales en los títulos de propiedad de las nuevas tierras colonizadas, la indefinición territorial de California (que pasa en poco tiempo de pertenecer a México a convertirse en un nuevo estado de la Unión), la existencia de la esclavitud y las primeras luchas por abolirla, la ausencia de ley, los linchamientos, el racismo o la exclusión, el rapidísimo crecimiento de ciudades como San Francisco, el inicio de la guerra de Secesión entre el norte y el sur… Podríamos decir que, para cada uno de estos colectivos y elementos diferenciados, encontramos alguno de los personajes de la novela y que, con todo ello, se configura un muy completo y fidedigno mosaico del panorama histórico y geográfico del periodo narrado.  

“Corazón de oro” mezcla en dosis equilibradas muchos y diversos géneros narrativos: el de aventuras, el romántico, el western, el de viajes, la novela histórica… Y es también una novela muy cinematográfica, con evidentes ecos de dos grandes películas (antes novelas) como “Lo que el viento se llevó” y “Gigante”, y de las muchas películas del oeste que algunos vimos en las primeras televisiones de nuestra infancia y que, en muchos casos, han quedado como clásicos del género y del séptimo arte. Luz Gabás las enumera en su nota al final del libro. También la autora se ha documentado sobre la existencia real de más de un centenar de aragoneses que, aunque un siglo más tarde de la época en que transcurre la novela, viajaron al oeste americano para trabajar como pastores de ovejas.

Hay bastantes concomitancias, por el espacio norteamericano común y la lograda recreación histórica, entre “Lejos de Luisiana” y “Corazón de oro”, aunque en la primera tal vez destaque más el componente histórico y en la segunda el literario y novelesco. En cualquier caso, ambas novelas son, en mi opinión, las mejores de la carrera de la escritora altoaragonesa, que ha encontrado en ellas un registro de creación literaria que domina con inspiración y cada vez mayor oficio. Quedamos a la espera de la siguiente entrega.

“Corazón de oro”. Luz Gabás. Editorial Planeta. 2025. 560 páginas


domingo, 2 de noviembre de 2025

"MORIR EN LA ARENA", CRÓNICA GENERACIONAL DE UNA CUBA EMPOBRECIDA Y TRISTE


Leonardo Padura (La Habana, 1955) es actualmente, sin duda, el mejor escritor cubano vivo. Además de libros de relatos, ensayos, artículos periodísticos y guiones de cine, es autor de una quincena de novelas, diez de las cuales están protagonizadas por el policía Mario Conde, convertido luego en vendedor de libros de segunda mano. Además de esta exitosa serie negra, Padura ha firmado novelas tan destacadas como “La novela de mi vida” o la extraordinaria “El hombre que amaba a los perros”, basada en la historia del español Ramón Mercader, el asesino de León Trotski que vivió sus últimos años en La Habana. Ahora acaba de publicar “Morir en la arena”, otra gran novela que lo consolida como el gran cronista contemporáneo de la historia de Cuba. Con setenta años recién cumplidos, el escritor sigue viviendo en el barrio de La Habana en el que nació, aunque sus libros ya no se editen en la isla y sus lectores cubanos tengan que leerlos en ediciones piratas.

A partir de un hecho real (un parricidio ocurrido en una familia cercana a la del escritor), Padura construye un complejo y conflictivo relato familiar, ambientado en una Cuba empobrecida y triste, cuyos habitantes sobreviven a duras penas a las estrecheces económicas: frecuentes apagones, carencia y carestía de alimentos básicos y sueldos y pensiones miserables. La historia arranca en 2023, cuando Eugenio (Geni), con setenta años y por enfermedad terminal, va a salir de la cárcel en la que ha cumplido condena por haber matado a su padre en 1992. El parricida va a retornar a la casa familiar donde, en dos viviendas separadas por un muro, viven respectivamente Rodolfo y Nora, los dos personajes principales de la novela que, por la abundancia de otros personajes, podríamos considerar casi coral. Rodolfo y Nora, ambos ahora sesentones, fueron novios de adolescentes, aunque ella acabó casándose con Geni, con quien tuvo una hija que vive en Estados Unidos. Rodolfo, que acaba de jubilarse, fue abandonado por su mujer y tiene otra hija, Aitana, que emigró a Barcelona donde le ha ido bien la vida y es madre de la joven Karla, independentista y simpatizante de Alianza Catalana. Rodolfo y Nora, como tantos otros cubanos, subsisten gracias a los envíos económicos de sus hijas desde el extranjero. Con la vuelta de Eugenio y la visita de Aitana a la isla, se produce un complejo reencuentro familiar a cuyo desenlace el lector asistirá impaciente.

La novela va alternando capítulos en tercera persona, que siguen a Rodolfo, Nora, Eugenio o Aitana, con otros en primera persona narrados por Raymundo Ferrero, escritor y único amigo, ya desde la infancia, del parricida Geni. Su hijo Humberto es el único personaje exitoso de la novela, un balawabo o santero, que en una Cuba que se desmorona vive con lujos impensables para sus compatriotas: un moderno apartamento, un Audi, estancias en hoteles o cenas en los mejores restaurantes turísticos. El borracho y maltratador Fermín y la pusilánime Lola, padres de Rodolfo y Geni, tienen también su presencia e importancia en la novela.

Pero “Morir en la arena” es también una crónica generacional de los últimos cincuenta años de la historia de Cuba. Así lo ha explicado el propio Padura en un artículo reciente: “Y es que se trata de la historia de una generación que, al llegar a sus años finales viviendo en Cuba, se encuentra en una situación realmente calamitosa, tanto en sentido económico como existencial. Después de tantos años de trabajo, de esfuerzos, de sacrificios, de haber estudiado y trabajado, de haber incluso participado en guerras, pues llegan a un final en el que son más pobres que nunca, más vulnerables, como se suele decir ahora. Porque, además, muchos de ellos, han visto partir a sus hijos y sufren ese desgarramiento que puede complicarse con la soledad. Y mientras, a su alrededor, todo se está desintegrando o ya se desintegró: ellos también forman parte de esa desintegración. Son esas personas que tienen mi edad y que se han jubilado con una pensión de 2000 pesos en un país donde hace falta mucho, mucho más dinero para vivir”.Como la novela triste que es, ‘Morir en la arena’ responde a una exigencia civil que he asumido como escritor. Contar y preservar así la memoria de una época, mi época vital, la de una generación a la que se le prometió el horizonte y, como suele ocurrir con el horizonte, se le alejó, y tanto, que se difuminó. Qué tristeza”.

La novela recorre la triste historia cubana reciente: la intolerante ortodoxia marxista, el miedo a la disidencia, el inmovilismo político incluso tras la caída del muro de Berlín (Geni estaba allí) y de la Unión Soviética, los cubanos que fueron enviados a la guerra de Angola (Padura la cubrió como como periodista y Rodolfo volvió de ella con "el mal de la tristeza culposa"), los balseros y la inmigración a Estados Unidos desde Nicaragua, el desmoronamiento de un falso sueño y la actual miseria imperante. Hay una frase muy ilustrativa de uno de los personajes: "Todo lo que nos contaron sobre el comunismo era mentira y todo lo del capitalismo era verdad". Pero también hay en la novela una búsqueda de la redención y una hermosa historia de amor otoñal. Padura ha escrito otra extraordinaria novela. Tal vez la mejor de su larga y brillante carrera.

“Morir en la arena”. Leonardo Padura. Tusquets Editores. 2025. 384 páginas