viernes, 1 de julio de 2011

RETRATO A TRECE VOCES

El día de mañana. Ignacio Martínez de Pisón. Seix Barral. 2011. 382 páginas.

Justo Gil Tello es el personaje central de El día de mañana, la última novela del escritor zaragozano, afincado en Barcelona, Ignacio Martínez de Pisón. La vida de Justo Gil está narrada a partir de los relatos de trece personajes, incluyendo a un niño de nombre palíndromo, que se van sucediendo e intercalando en una novela que constituye un magnífico retrato social de la Barcelona de las décadas sesenta y setenta del pasado siglo XX, entre los años finales del Franquismo y los primeros de la Transición.

Justo Gil llega como emigrante a la ciudad condal a principios de los años sesenta, poco después de las terribles riadas que devastaron Tarrasa en 1962. Con su madre muy enferma, es acogido por unos parientes lejanos y comienza a buscarse la vida en la ciudad en unos años difíciles. Gil es un hombre sin escrúpulos, capaz de estafar a quien le ayuda e incluso de aprovecharse de aquéllos que en su desesperación llevan a sus familiares enfermos a una supuesta milagrera que ejerce sus prácticas en el santuario de Sant Miquel del Fai, no muy lejos de Barcelona. Su degradación moral lo llevará a convertirse en confidente de la policía e incluso a formar parte de los grupos paramilitares que actuaban en Barcelona en los inicios de la Transición. A pesar de su innegable condición de canalla y traidor, hay en Justo Gil algún aspecto positivo que le redime en parte de su abyecto comportamiento. El más destacado es su callado amor por Carmen Román, que fue sin embargo una de las primeras víctimas de sus viles engaños.

Aunque pueda parecer lo contrario, la novela no es sólo el retrato de un personaje sino de una sociedad y de una época. Asistimos a las primeras manifestaciones contra Franco, como el famoso encierro en la abadía de Montserrat, y comprobamos que, a pesar de la existencia de algunos izquierdistas de salón, en general inofensivos y de buena familia, los antifranquistas activos eran más bien pocos y casi siempre los mismos. Así zanja la cuestión uno de los personajes de la novela:”Luego, tras la muerte de Franco, parecía que todo el mundo era demócrata de toda la vida. Salían demócratas de debajo de las piedras. ¿De verdad crees que si hubiera habido tanto demócrata y tanto antifranquista, el régimen habría acabado como acabó, con Franco muriendo de viejo en la cama? No me hagas reír hombre”. En la última parte del libro asistimos también a los difíciles años que se vivieron tras la muerte del dictador, con atentados extremistas de ambos signos, como el asesinato del ex-alcalde Viola o la bomba contra la revista El Papus.

Con buena parte de sus últimos libros, Martínez de Pisón, cada vez mejor narrador si cabe, se está convirtiendo, a través de las historias de la gente corriente que constituyen sin duda la verdadera historia del país, en un magnífico cronista de la Transición española.

Carlos Bravo Suárez

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