domingo, 26 de febrero de 2023

LA PROMESA

“La promesa”, del escritor sudafricano Damom Galgut (Pretoria, 1963), fue para la gran mayoría de críticos literarios de los principales medios internacionales una de las mejores novelas publicadas el pasado año. El libro ganó el prestigioso Premio Booker, galardón del que Damon Galgut ya había sido finalista en dos ocasiones con “El buen doctor” (2003) y “In a Strange Room” (2010). Solamente antes dos escritores sudafricanos había ganado este premio, el más importante en lengua inglesa: J. M. Coetzee y Nadine Gordimer, ambos ganadores también del Premio Nobel de Literatura. Damon Galgut ha publicado nueve novelas y es también autor de varias obras de teatro. “La promesa” ha sido editada en España por Libros del Asteroide, con traducción del inglés de Celia Filipetto.

La novela cuenta la historia de la familia Swart a lo largo de más de tres décadas, desde 1986 hasta cerca de nuestros días. Los Swart son una familia blanca que vive desde hace generaciones en una granja en las afueras de Pretoria, en Sudáfrica. La familia está constituida por los padres (llamados Pa y Ma en el libro) y sus tres hijos: dos mujeres (Astrid y Amor) y un varón (Anton). La novela se inicia con el funeral de la madre, que reúne a todos en la casa familiar. La hija pequeña, Amor, recuerda a su padre la promesa que le hizo a la madre en el lecho de muerte: Salome, la mujer negra que lleva trabajando toda la vida para ellos y que la cuidó en sus últimos días, podría quedarse con la pequeña casa en la que siempre ha vivido. Sin embargo, los años van pasando y la promesa no se cumple.

La narración está estructurada en cuatro capítulos y un colofón o desenlace. Cada capítulo supone la muerte de un personaje y el encuentro de los demás en el correspondiente funeral. De esa manera, el relato progresa cronológicamente, dando saltos temporales, y vamos conociendo la evolución vital de los diferentes personajes. Como fondo, conocemos también los cambios políticos y sociales que se producen en Sudáfrica, un país que vemos transformarse radicalmente con el fin del apartheid y el inicio de la democracia. En uno de los capítulos del libro, se muestra al país paralizado y pendiente de la final de la Copa Mundial de Rugby de 1995, que ganó Sudáfrica a Nueva Zelanda, y la reconciliación del país se plasma en el abrazo entre el fornido boer blanco, capitán del equipo sudafricano, y el nuevo presidente negro Nelson Mandela, que había estado veintisiete años en prisión acusado de terrorismo. Aunque Galgut pone el foco de la novela en la historia de la familia Swart, esta le sirve para contar los cambios experimentados por el país y el asunto central de la promesa por cumplir actúa como metáfora de esa metamorfosis.

Uno de los mayores logros de la novela es lo bien trazados que están los personajes. Sobre todo, Anton y Amor, los dos más profundos y complejos del relato. Además de los cinco miembros de la familia, hay otros personajes con cierta relevancia, como la tía Marina, la propia Salome y su hijo Aaron o, principalmente, el reverendo Simmers, interesado, gorrón y manipulador sacerdote que ha tenido una gran influencia en la familia, principalmente en las decisiones del padre, y que, sin embargo, chocará frontalmente con su hijo Anton. La importancia de la religión en la vida sudafricana y la existencia de varias confesiones tienen su presencia en la novela, como se plasma en el conflicto familiar que supone el funeral de la madre, que en sus últimos momentos decidió retornar al rito judío que había abandonado.   

El otro gran mérito de la novela es el riquísimo y variado enfoque narrativo, con el uso de varias personas gramaticales a la hora de contar la historia e incluso con alusiones directas del narrador hacía los propios lectores. Además, la división del libro en capítulos que tienen como protagonistas a distintos miembros de la familia proporciona una rica visión caleidoscópica y poliédrica a la novela. Lo explica muy bien, aunque con ciertos tecnicismos literarios, el crítico Javier Aparicio Maydeu al referirse al estilo del escritor sudafricano: “Tal vez la seducción de la prosa de Galgut obedezca al sofisticado modo de jugar al escondite de su ambiguo narrador, ocultándose tras la poderosa voz de sus personajes, en ocasiones escondidos tras la celosía del estilo indirecto libre, y dejándose ver cuando se vale de la omnisciencia, pero su elocuencia es fruto también de su dominio de los registros y del habla oral, del manejo certero de sabios recursos heredados del modernismo, del repudio de toda hipotaxis (y del tempo allegro assai de una prosa que se desenvuelve en tiempo real), de su competencia a la hora de lograr que las palabras no estén en boca de los personajes, sino que las palabras no sean sino los personajes mismos”.

En conclusión, “La promesa” es una excelente novela, de un altísimo nivel literario en todos los aspectos. Con la que su autor, Damon Galgut, se ha consagrado como uno de los mejores escritores actuales y ha unido su nombre a los de J. M. Coetzee y Nadine Gordimer, las dos grandes figuras de la literatura sudafricana. Parece asegurado que en el futuro nos hará disfrutar de muchos más momentos placenteros de lectura.

  “La promesa”. Damon Galgut. Libros del Asteroide. 2022. 336 páginas.

 

jueves, 16 de febrero de 2023

ASCENSIÓN DEL CER AL EXIGENTE PICO BORÓN, EN GUARA

El pasado domingo, el Centro Excursionista Ribagorza organizó una excursión al Pico Borón, en la Sierra de Guara, en el municipio de Loporzano, en la comarca de La Hoya de Huesca. Aunque su modesta altitud (1327 m.) pueda hacer pensar lo contrario, la ascensión a esta rocosa montaña, próxima al embalse de Vadiello, entraña una cierta dificultad y grado de exigencia, tanto por el fuerte desnivel en una corta distancia, como por la necesidad de algunas trepadas por cuerda y clavijas en algunos de sus tramos.

Aunque varios lo hicieron desde otras procedencias, la mayor parte de los 25 participantes en la actividad salimos de Graus a las 7 horas y nos dirigimos por carretera en dirección a Huesca. Algo antes de llegar a la capital, nos desviamos a la derecha hacia Loporzano y, luego, hacia el embalse de Vadiello, donde aparcamos cerca de la presa. Sobre las 8.30 horas, y en las faldas de los impresionantes Mallos de Ligüerri, iniciamos nuestro recorrido a pie. El sendero empieza en fuerte subida y se acerca a la base de la Peña de San Jorge y el Puro, dos de los mallos más visibles. Nos adentramos enseguida en un boscoso y sombrío barranco en el que, en la denominada Canal, hay que efectuar dos cortas trepadas en sendos tramos equipados con cuerdas y, en uno de ellos, con varias clavijas. Tras superar con éxito la prueba, seguimos ascendiendo hacia el llamado Llano de la Luna. Atravesamos un pequeño bosque y, en los Mallos de Lazas, por terreno rocoso de conglomerado, sin camino muy visible, y disfrutando de bonitas vistas del embalse de Vadiello y del Huevo de San Cosme, fuimos en busca del collado de Ligüerri. Desde el collado, iniciamos una fuerte subida por piedra suelta, con sendas múltiples y a veces confusas, hasta la cima del pico Borón.

Desde la cima, contemplamos magníficas vistas de Guara y del Pirineo nevado más septentrional. Debajo de nosotros, las aguas del río Guatizalema. A nuestra derecha, el Fragineto, el Tozal de Guara y, algo más lejos, el Cabezo.  A nuestra izquierda, el Matapaños y los mallos conocidos como los Pepes. Hacia el norte, Monte Perdido, Vignemale y muchos picos más. Tras una parada para descansar y reponer fuerzas, iniciamos el descenso por el mismo itinerario de la subida.  Algunos ascendimos a la Punta Ligüerri y conectamos enseguida con el grupo de bajada y tres participantes, los más intrépidos y audaces, ataviados con sus arneses, ascendieron a la Peña de San Jorge, como una actividad opcional.

Tras destrepar los tramos de cuerdas y clavijas, regresamos al aparcamiento, al que llegamos en torno a las 13.30 horas. Fueron unos 11 km de recorrido, con 850 m. de desnivel acumulado, en los que invertimos, con paradas, unas cinco horas. Un estupendo día de sol y montaña en la Sierra de Guara.

domingo, 12 de febrero de 2023

LA HISTORIA DE THOMAS MANN


 Tomas Mann (1875 – 1955) fue el más importante escritor alemán del pasado siglo. Entre 1901 y 1954, publicó libros como “Los Buddenbrook”, “Tonio Kröger”, “La muerte en Venecia”, “La montaña mágica” “José y sus hermanos”, “Carlota en Weimar”, “Doctor Faustus” o “Confesiones del aventurero Félix Krull”, que figuran entre las mejores novelas europeas de la pasada centuria. En 1929 recibió el Premio Nobel de Literatura y fue uno de los personajes públicos más admirados e influyentes de su tiempo. Recientemente, el escritor irlandés Colm Tóibín (1955) ha publicado una magnífica biografía novelada del escritor alemán en la que aborda, además de su creación literaria, los diferentes aspectos de su compleja personalidad y sus tormentosas y difíciles relaciones familiares. Tóibín es autor de numerosas novelas y ha recibido importantes premios literarios. “El mago. La historia de Thomas Mann”, publicado por Lumen y traducido al español por Antonia Martín Martín, ha concitado unánimes críticas favorables y ha sido incluido entre los mejores libros editados el pasado año por los principales diarios del mundo.

“El mago” es un relato fascinante sobre la vida de Thomas Mann. Con formato de novela y combinando con maestría la imaginación y la documentación histórica, Colm Tóibín traza un retrato íntimo de un personaje enormemente complejo, un hombre con inclinaciones homosexuales desde su adolescencia que, sin embargo, se casó y tuvo seis hijos y mantuvo durante toda su vida una relación fiel y sincera con su mujer Katia, todo un carácter femenino. Sus relaciones familiares fueron difíciles y tormentosas. Su madre era una mujer brasileña que no acabó de adaptarse a la vida alemana; su padre, un burgués preocupado por la reputación familiar y el qué dirán que no confiaba en que sus hijos fueran capaces de llevar sus negocios tras su muerte. Con su hermano Heinrich, también escritor, discrepó completamente en las cuestiones políticas y sus vidas fueron opuestas en éxito literario y económico. Sus dos hermanas y uno de sus hijos se suicidaron. Sus seis hijos, personajes importantes y muy presentes en la novela, tuvieron casi todos ellos actitudes vitales rebeldes y provocadoras y relaciones sexuales ambiguas y abiertas. Tampoco fue fácil su relación con Alemania, cuya historia (con la Primera Guerra Mundial, el ascenso de Hitler al poder, la Segunda Guerra Mundial y la postguerra y el inicio de la Guerra Fría) constituye el telón de fondo de la novela. Y, asimismo, tampoco fue siempre fácil su relación con Estados Unidos, país en el que pasó la mayor parte de su exilio.

La promoción de la novela hace un preciso resumen de su argumento que transcribo: “Esta novela épica narra la historia de un hombre célebre, suspicaz y reservado, cuya vida interior sufrió siempre intensas contradicciones: Thomas Mann. Nacido en Lübeck en 1875, Mann creció ocultando a su padre sus aspiraciones artísticas y al mundo su orientación homosexual. Se casó con la hija menor de una de las familias judías más ricas y cultas de Múnich, Katia, una mujer fascinante con la que tuvo seis hijos. Pasó de un entusiasmado patriotismo en la Primera Guerra Mundial a forjar una relación oscura y compleja con su tierra natal cuando, al llegar Hitler al poder, anticipó los horrores del nazismo. Exiliado en Francia, Suiza y Estados Unidos, luchó por mantener a los suyos a salvo y padeció los terribles estragos del suicidio de hermanos e hijos. Escribió algunas de las mejores obras de la literatura europea y ganó el Premio Nobel, pero nunca volvió al país que las inspiró”.

Muy interesante es cómo se narra en el libro la creación literaria en Thomas Mann, su disciplina y dedicación a la escritura y cómo nacieron y de qué vivencias y experiencias surgieron sus novelas más importantes. También conocemos su relación con otros escritores alemanes exiliados en Estados Unidos (destaca su odio visceral a Bertolt Brecht) y con algunos músicos, como Arnold Schönberg, Gustav Mahler y, también, su temperamental esposa Alma Mahler, amiga de la familia. El libro está dividido en dieciocho capítulos, cada uno de ellos encabezado por una fecha anual y un lugar geográfico. Una geografía variada con ciudades importantes en la vida del escritor: Lübeck, Múnich, Venecia, Lugano, Küsnacht, New Jersey, Princeton, Pacific Palisades, Washington, Los Ángeles o Estocolmo. Además de en su Alemania natal, encontramos a Mann en Estados Unidos y, en algún momento, en Italia, Francia, Suecia, Inglaterra o Suiza, país en el que murió.

Colm Cóibín sabe convertir en escenas intensas y diálogos cargados de verosimilitud sus amplios conocimientos sobre la realidad documentada de la biografía del escritor germano. El libro tiene la erudición y el rigor de la biografía y la amenidad y la fuerza narrativa de una novela escrita desde la finura y la elegancia. Una novela que nos muestra a un personaje complejo y contradictorio al que el lector conoce por sus hechos, sus palabras y sus escritos y sobre el que el narrador externo en ningún momento enfatiza innecesariamente ni emite juicio moral alguno. Como certeramente ha escrito el crítico Rafael Tapounet, “audaz en la superficie pero respetuosa en el fondo, la novela es un brillante ejercicio de prestidigitación literaria, más cercana al ilusionismo que a la taumaturgia”. Un libro espléndido, excelso en contenido y forma. Una lectura muy recomendable. 

“El mago”. Colm Tóibín. Lumen. 2022. 560 páginas

miércoles, 8 de febrero de 2023

CON RAQUETAS DE NIEVE A LA LUZ DE LA LUNA HASTA LA RENCLUSA



Por tercer año consecutivo, el Centro Excursionista Ribagorza organizó el pasado sábado una excursión nocturna con raquetas de nieve. Como el año pasado, y aprovechando la luna llena, consistió en un itinerario desde Llanos del Hospital hasta la Renclusa, con una cena a base de huevos fritos en este emblemático refugio del valle de Benasque. Con un gran éxito de convocatoria, en la actividad participamos cuarenta personas de diferentes edades y procedencias.

La mayor parte de los participantes salimos de Graus a las 16.30 horas. Con nuestros vehículos nos desplazamos hasta Benasque y continuamos en dirección a Llanos del Hospital. A unos 1750 m. de altitud, dejamos los coches en el aparcamiento del vado, situado un poco antes de llegar al establecimiento hotelero, hasta el que llegamos andando en pocos minutos. Allí, cogieron las raquetas de alquiler quienes no disponían de ellas y sobre las 18 horas iniciamos la excursión. Empezaba a oscurecer y la luna se elevaba brillante y redonda sobre las montañas que separan España y Francia. La temperatura no era muy fría, no había viento y la noche estaba preciosa. Todo estaba a nuestro favor para disfrutar plenamente de la excursión y de una noche mágica.

Desde Llanos del Hospital a la Besurta, pasando por el Plan de Están, con la nieve más dura, fuimos siempre por la pista de esquí de fondo. En La Besurta, a 1920 m. de altitud, hicimos una breve parada para reagruparnos. A partir de aquí, la pista se termina y continuamos por la huella que estaba marcada en la nieve, que encontramos en mayor abundancia y buen estado para el uso de las raquetas. Aunque algunos llevábamos nuestros frontales encendidos, la luna llena, brillando en un cielo estrellado y absolutamente despejado, iluminaba nuestro camino. Dejamos a la izquierda el itinerario que lleva al Forau de Aigualluts y abordamos con decisión y buen ánimo la empinada subida a La Renclusa. Algo antes de las 21 horas, alcanzamos el refugio, situado a 2140 m. de altitud. Allí, tal como habíamos concertado, nos esperaban para cenar. Dimos buena cuenta de los huevos fritos con beicon, y otros viandas que algunos habíamos llevado. y disfrutamos de un alegre rato de camaradería y buen ambiente.

Sobre las 22.45 horas iniciamos la bajada, que realizamos por el mismo itinerario de la subida. Eran alrededor de las 0.30 horas cuando llegamos de nuevo a Llanos del Hospital. Habíamos recorrido unos 11 km con unos 500 m. de desnivel acumulado, Devolvimos las raquetas alquiladas y fuimos hasta el aparcamiento para coger nuestros vehículos y volver a Graus, adonde llegamos sobre las 2.00 horas. Habíamos disfrutado de una noche mágica de nieve y luna llena.

jueves, 2 de febrero de 2023

CON RAQUETAS DE NIEVE POR LOS LLANOS DE LA LARRI





El Centro Excursionista Ribagorza realizó el pasado domingo la primera excursión oficial de la temporada con raquetas de nieve. Fue un recorrido por el valle de Pineta, en el término municipal de Bielsa, en Sobrarbe. Participamos veintidós excursionistas, en una mañana algo fría al inicio, pero posteriormente soleada y con temperatura menos baja de lo esperado.

Los participantes salimos de Graus a las 7.30 horas y nos dirigimos con nuestros vehículos en dirección a Bielsa. Quienes no disponían de raquetas propias fueron a la localidad vecina de Parzán para alquilarlas. A las 9.45 horas nos dimos cita todos en el aparcamiento de Pineta, conocido también como la pradera. Allí, tras calzarnos las raquetas y bastante abrigados, iniciamos la excursión. Cruzamos el Cinca y nos adentramos en un tramo de frondoso hayedo, dejando a nuestra derecha la ermita de la Virgen de Pineta y el Parador Nacional de Turismo. Cruzamos de nuevo el Cinca por un puente metálico, dejamos a nuestra izquierda el camino de Marboré y ascendimos por el sendero conocido como de las cascadas. Un estrecho y escalonado camino entre el bosque que permite asomarse varias veces a la derecha para contemplar las últimas cascadas del barranco de La Larri en su descenso hacia el Cinca. El sendero desemboca en una pista, junto a un puente desde el que se contempla otra espectacular cascada sobre fondo de roca de color rojizo.

Conectamos con el GR-11 y, en pocos minutos, unos por pista y otros por sendero, ascendimos a los llanos de La Larri, una extensa pradera ahora cubierta por un amplio manto blanco de nieve. Al inicio de la misma, con la cabaña de pastores a nuestra derecha, hicimos una parada para reponer fuerzas y comer algo. Desde este lugar las vistas son extraordinarias. Frente a nosotros, el circo de Monte Perdido y parte de las Tres Sorores, divisando más nítidamente el pico Cilindro, las Tres Marías, el Tuzón, también el balcón de Pineta y la cascada del Cinca, ahora helada y mimetizada en el terreno nevado. Y algunas de las montañas más próximas a los llanos de La Larri, como el pico Pineta, el Montaspro, el de la Capìlla, las Blancas o el Chinipro.

Tras el desayuno, continuamos hasta el fondo de la llanura, donde se encuentra el circo de La Larri y una gran cascada central. Llegamos hasta los pies de la misma y unos pocos seguimos unos metros más hasta el mismísimo salto de agua, ahora helado en su mayor parte. Retornamos al inicio de los llanos y descendimos por la pista, giramos a la derecha y, justo antes del punto en que la pista se halla cortada por el hundimiento de un puente el pasado verano debido a una riada, bajamos por un sendero, que transita por un bello bosque, hasta llegar al aparcamiento donde habíamos iniciado la excursión. Eran las 14.45 horas y dimos por terminado un recorrido de 11 km con 400 m. de desnivel, en el que invertimos cinco horas. El punto más bajo fueron 1275 m. y el más alto 1650 m. Había sido un magnífico día de sol y nieve en muy agradable compañía y convivencia.