jueves, 12 de enero de 2017

EXCURSIÓN POR LA SIERRA DE GÜEL















Como la falta de nieve impidió realizar la actividad de raquetas inicialmente prevista en el calendario oficial, el Centro Excursionista Ribagorza organizó el pasado domingo una salida por la sierra de Güel en la que participamos una veintena de personas. Tras reunirnos a las ocho de la mañana en la Glorieta Joaquín Costa de Graus, nos distribuimos en nuestros vehículos para desplazamos por carretera (en no muy buen estado en alguno de sus tramos) hasta la pequeña explanada situada junto al castillo de Fantova, a 16 km de la capital ribagorzana.

Con las magníficas vistas de esta importante fortaleza medieval a nuestras espaldas, poco antes de las nueve de la mañana, iniciamos la excursión junto a la casa Turmo, a unos 950 m de altitud. Siempre por pista de tierra, y con tramos blancos de escarcha cristalina en las zonas más umbrías del camino, dejamos a nuestra izquierda la casa Collada y los despoblados Bafalluy y Erdao o Yardo y ascendimos por bosque mixto en dirección a los morrones orientales de la sierra de Güel. Después de pasar junto a un pequeño refugio forestal, situado a la izquierda del camino, salimos pronto a espacios más abiertos en los que disfrutamos de las primeras y agradables caricias del sol de la mañana. En continua subida, nos salimos del camino por nuestra derecha para acercarnos a los escarpados promontorios rocosos, conocidos como los morrones de Güel, que confieren a esta sierra su silueta característica.

En uno de estos morrones, situado a 1404 m de altitud, se encuentra un vértice geodésico. En ese punto, con magníficas vistas del valle del Isábena, observamos a varios buitres volando por debajo de nosotros y vimos algunas de las casas del diseminado núcleo de Güel. En lo alto de un cerro, distinguíamos con claridad el pequeño caserío de Roda de Isábena en torno a su magnífica catedral. Retornamos a la pista y ascendimos buscando el punto más alto de la sierra, en esta zona también conocida como sierra de Esdolomada. Caminando entre verdes erizones, llegamos a la que estimamos como su cima, que, según nuestro GPS, se encuentra a una altitud de 1444 m. Cotiella y el Turbón, con poca nieve para las fechas, presidían nuestro horizonte septentrional.

En una amplia panorámica, identificamos pequeñas localidades ribagorzanas como Merli, Carrasquero, Serraduy o Calvera, con la silueta de la sierra de Sis y su mallo conocido como Brocoló o Tozal de los Moros perfilándose al este de nuestra ubicación. Con un sol magnífico y una agradable temperatura, disfrutamos un buen rato del lugar y de sus vistas y emprendimos el camino de regreso por el mismo itinerario por el que habíamos ascendido, pero ya sin asomarnos a los morrones. En la bajada, reconocimos algunos despoblados situados a nuestro oeste. Además de los ya citados Yardo y Bafalluy, identificamos las ruinas de Torroella de Aragón y Abenozas y, algo más alejadas, las de Aguilar y su casi imperceptible ermita de San Saturnino en la elevada ladera meridional de la sierra de Galirón. Desde diferentes perspectivas, disfrutamos también de excelentes vistas de la torre del castillo de Fantova y su ermita de Santa Cecilia.

Eran casi las 15 horas cuando llegamos de nuevo a la casa Turmo donde habíamos dejado los coches. Habían sido unas seis horas de excursión, con más de una hora de paradas, y algo más de veinte kilómetros de recorrido. La sierra de Güel y sus recortados morrones habían sido el magnífico marco de la primera excursión oficial del Centro Excursionista Ribagorza en el nuevo año 2017.

Carlos Bravo Suárez

Artículo publicado hoy en Diario del Alto Aragón.

Fotos: Grupo en la cima, cerca de la cima con Cotiella enfrente, el castillo de Fantova, Yardo o Erdao, Bafalluy, castillo de Fantova (dos fotos más), el Turbón y Merli, Merli, Roda de Isábena, el Brocoló o Tozal de los Moros, escarcha, camino con escarcha y grupo en el vértice geodésico del morrón de Guüel.


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