domingo, 18 de diciembre de 2011

AGRADECIMIENTO POR EL PREMIO ESTEBAN DE ESMIR

A la hora de decir unas palabras, hay en este momento una que predomina sobre todas las demás: GRACIAS. Gracias al Ayuntamiento de Graus por haberme dado este premio. Gracias a quienes me propusieron para el mismo. Gracias a las muchas personas que me han mostrado en estos días su sincero aprecio y su alegría verdadera por este galardón que no sé si merezco, pero que me satisface y me halaga sobre todo porque procede del mismo lugar en que vivo, del pueblo que hace ya doce años elegí libremente para establecer mi residencia, y donde me encuentro plenamente integrado y correspondido en convivencia cordial y mutuo aprecio.

Porque desde que me instalé en Graus con mi familia, ha ido creciendo en mí el afecto a esta comunidad, a su cultura, a su patrimonio, a sus paisajes y, sobre todo, a su gente, que tan bien nos ha acogido a lo largo de estos años. En este tiempo he procurado, a través de diferentes medios y de manera divulgativa, comprensible para la mayoría y siempre desde la total independencia, difundir los valores y atractivos de esta tierra, para que fueran más conocidos y apreciados, tanto por las gentes de fuera como por los que aquí viven y en ocasiones no valoran de manera suficiente lo que tienen cerca, porque siempre piensan que es mejor lo que está lejos. Yo he vivido aquí y allí y os puedo asegurar que también aquí he encontrado suficientes motivos y alicientes para disfrutar de una vida de calidad, digna y agradable en todos los sentidos.

Es un orgullo y un honor para mí recibir un premio que lleva el nombre de Esteban de Esmir, un hombre que hizo mucho por difundir la cultura en Graus, que impulsó la construcción de la Basílica de la Peña y fundó el colegio de los jesuitas porque creía en la necesidad imperiosa de educar y preparar a los jóvenes de esta tierra, entonces muy alejada de los centros del saber y la cultura. Él sabía, como buen humanista, que la cultura y la educación nos hacen mejores y contribuyen a sacar lo mejor de nosotros mismos. Un hombre que defendió y protegió a otro hombre sabio y culto como Baltasar Gracián cuando la maldita envidia, que en todas partes anida, se volvía contra él y pretendía destruirlo. Con el fin de alejarlo de sus enemigos, envió Esteban de Esmir a Graus a su amigo y protegido en 1652, para ayudar a poner en marcha el colegio jesuita de nuestra villa. Esmir, cuyos restos reposan en la basílica de la Virgen de la Peña, murió dos años más tarde y ya no pudo ayudar de nuevo al escritor belmontino cuando éste regresó a Graus en 1658 en peores circunstancias, desterrado por atreverse a desafiar a sus superiores publicando la tercera parte de su magna obra “El Criticón”, cuya parte segunda tal vez hubiera escrito en su anterior estancia en el colegio grausino.

También es para mí un honor y un orgullo suceder en este premio a don José María Auset Viñas, descendiente de nuestro gran Joaquín Costa, el más ilustre de los hijos de de esta tierra y de esta villa, que aunque por azar no nació en ella, a ella vino a morir y a la que siempre quiso con pasión, empeño y deseos de mejora y de progreso. Cuando modestamente me interesé por algunos aspectos de la vida de Costa y de su estudioso y biógrafo George Cheyne, el señor Auset me abrió las puertas de su casa, me proporcionó algunos libros y me honró con su amabilidad y con su conversación sabia y serena.

Quiero compartir este premio en especial con mi familia, con mi madre, con mi mujer y mis dos hijos, con mi hermana, mi cuñado y mis sobrinos. Y quiero tener un especial recuerdo para mi padre, un hombre íntegro y honrado, que me trasmitió que estos valores deben estar siempre por encima de cualquier interés material o pasajero.

No quiero olvidarme en este momento de mis amigos del Centro Excursionista de la Ribagorza, con quienes he disfrutado, en armonía y fértil convivencia, de instantes inolvidables, recorriendo nuestros hermosos paisajes y conociendo el rico patrimonio cultural de nuestra tierra.

Y, en fin, quiero compartir este premio con todos los grausinos y los ribagorzanos, con quienes este galardón y reconocimiento estrecha aún más si cabe los fuertes lazos de aprecio y de cariño que a ellos me unen. Este premio es para mí un acicate para seguir dando a esta comunidad, que tan bien me acoge y a la que tanto debo, lo mejor que en el futuro pueda seguir sacando de mí mismo.

Muchas gracias y buenas noches.

Palabras pronunciadas tras la entrega del premio Esteban de Esmir a la difusión de la cultura en Graus.

9 comentarios:

Faustino Calderón dijo...

Enhorabuena Carlos.
El trabajo bien hecho tiene su recompensa.
Me alegro muchisimo por ti porque sigo todas tus entradas en el blog.

Saludos.

carlos bravo suarez dijo...

Muchas gracias, Faustino. Uno intenta hacer las cosas bien y siempre halaga que así se lo reconozcan. Pero lo mejor de todo es tener lectores atentos y fieles como tú.
Un cordial saludo

Marta Pinto dijo...

Enhorabuena por el premio, Carlos. Te lo mereces.
Saludos,
Marta

carlos bravo suarez dijo...

Muchas gracias, Marta. Felices navidades y un afectuoso saludo.

Anónimo dijo...

Desde Barcelona quiero sumarme a la enhorabuena por tu premio. Saludos de Ana.

carlos bravo suarez dijo...

Muchas gracias, Ana.

Anónimo dijo...

Muchos nos hemos alegrado con este premio. ÁNIMO Y A SEGUIR ASÍ

Pilar C. dijo...

Muchas felicidades desde Troncedo. Un premio merecido.

carlos bravo suarez dijo...

Muchas gracias, Pilar. A ver si, cuando pase el invierno, un día nos vemos en Troncedo.