Eugenia Rico (Oviedo, 1972) se
ha consagrado como una de las voces más originales y sugerentes de la narrativa
española actual. Reportera, articulista y guionista de cine, ha publicado un
par de ensayos, un libro de cuentos y cinco novelas con las que ha obtenido
importantes premios literarios. Con su sexta y más reciente novela, “El beso
del canguro”, la escritora asturiana, que actualmente vive a caballo entre
Venecia y Madrid, ha dado un giro en su narrativa y nos cuenta la historia de
un pícaro moderno que debe sobrevivir en un mundo poblado de chulos y
prostitutas, camellos y traficantes, vagos, maleantes, mafiosos y corruptos.
Con el subtítulo de “La vida de Lázaro, de sus fortunas y
adversidades”, Eugenia Rico vincula su nuevo libro con la famosa novela
picaresca anónima protagonizada por Lazarillo de Tormes. Pero el Lázaro de “El
beso del canguro” no vive en la España del siglo XVI, sino en la de las últimas
décadas del siglo XX. Hijo de un padre alcohólico y maltratador, Lázaro huye de
la casa paterna tras golpear y dejar herido a su progenitor. Trabaja de camarero
en un bar de Barcelona, se enamora de una chica pija que se enrolla con otros,
es despedido del trabajo y salvado de la cárcel por un homosexual que se encapricha
de él y lo protege y controla permanentemente. Escapa para vivir su vida y pasa
por sucesivas peripecias que le hacen recorrer diversos lugares de España, enamorándose
y viviendo con (y de) diversas mujeres, a veces con varias a la vez, que le piden
y le ofrecen sus favores sexuales pero también se aprovechan de él y lo dejan
tirado en más de una ocasión. Hace la mili en las COE y trabaja luego de
camello en los ambientes duros y marginales de Madrid, donde conoce a Fátima,
una mujer a la que salva del maltrato de su chulo. Todo para escapar de la
maldición del beso del canguro, pero también para correr tras el sueño de
emigrar a Australia, metáfora permanente de sus deseos de libertad y de un
futuro mejor. Aunque Lázaro vive siempre cerca del abismo, intenta evitar su
caída y procura, hasta en los peores momentos, mantener vivo su sueño.
Escrita en primera persona, con una prosa sencilla,
directa y sin eufemismos ni artificios innecesarios, la novela cuenta de manera
lineal y cronológica unos quince años de la vida de Lázaro, de los 14 o 15 a
los 30 aproximadamente, en una España anterior al boom del ladrillo y con unos
personajes que, de una u otra manera, se sitúan siempre en la marginalidad
social. Como dice con acierto la sinopsis de promoción editorial, Lázaro “con
hambre de amor, entre promiscuidad y ternura, entre hachís, cocaína,
constructores, colegialas, mujeres maduras, mafiosos y políticos corruptos,
lucha para no ser un maltratador como su padre y para liberarse de la maldición
que le persigue: El beso del canguro”.
La novela transcurre en diferentes lugares: el pueblo de
la infancia, Barcelona, Córdoba, Fuerteventura, Madrid. Están especialmente
bien descritos los espacios interiores, las sucesivas casas donde vive Lázaro o
incluso la cárcel, que visita varias veces. Los personajes están vistos a
través de su relación con el narrador-Lázaro. Destacan las diferentes mujeres
que pasan por su vida: Estrella, Lola, Esmeralda o Fátima. Y, por encima de
todos, Lázaro es un personaje poderoso, que tiene que sobrevivir en un mundo
difícil, que sólo cuenta con su atractivo físico y su juventud, que siente, ama
y sufre decepciones, que vive en el filo y nunca deja de soñar.
“El beso del canguro” es una novela sobre la España de
los finales del siglo XX, que conecta con nuestra rica tradición literaria a la
vez que intenta, y en buena medida consigue, trascender pasado y presente y
convertirse en un relato atemporal con afán de perdurar.
“El
beso del canguro”. Eugenia Rico. Suma de letras. 2016. 196 páginas.
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