Portada de la iglesia de San Andrés de Casau..
Iglesia de San Andrés de Casau.
Gaussac.
Viella y la niebla.
Camino de subida de Gaussac a la bassa d'Oles.
Bassa d'Oles y parada a desayunar.
El Montcorbisón desde la bassa d'Oles.
Subida desde la bassa d'Oles al Montcorbisón.
La cara norte del Aneto y las Maladetas desde la cima del Montcorbisón.
La Forcanada y el pico Mulleres o Molieres desde la cima del Montcorbisón.
Bassa d'Oles desde el Montcorbisón.
Llegando a la cima del Montcorbisón.
En la cima.
Grupo en el Montcorbisón.
Camino del Tuc de Letassi.
Replica de la virgen de Mitjarán, cerca de la cima del Montcorbisón.
Hacia el Tuc de Letassi.
Grupo en la cima del Tuc de Letassi.
Eclosión floral en la bajada.
Brecha del Tempestades, con fuerte zoom.
Bajando al Santet de Casau.
En el Santet de Casau.
Bajando.
Bucólica escena caballar.
Camino de bajada.
Eclosión floral.
Cerca de la Seuva Sapilguilha.
En la seuva Sapilguilha.
Helechal.
Fuente cerca de Casau.
Iglesia de Viella.
El Centro Excursionista
Ribagorza ascendió el pasado domingo al pico Montcorbisón, una montaña de
referencia del valle de Arán, perfectamente visible desde su capital Viella, a
la que se asoma majestuosa por el flanco occidental de la ciudad. El CER tuvo
que suspender el año pasado esta misma excursión debido a la lluvia. En esta
ocasión, la actividad pudo realizarse pese a la niebla inicial, que se quedó en
la parte baja del valle, y al calor que, algo menos intenso que en los días
anteriores, se hizo notar sobre todo en el camino de bajada.
A las siete de la mañana salimos de Graus en autobús para
dirigirnos al Valle de Arán. Poco después de la boca norte del túnel de Viella,
y casi a la entrada de la población, tomamos un desvío a la izquierda que, en
un kilómetro, nos dejó en el pueblo de Casau, donde íbamos a empezar nuestra
excursión a pie. Así lo hicimos a las nueve de la mañana, atravesando las
calles de Casau, con su iglesia de San Andrés de bonita portada y torre
campanario del siglo XVIII. Descendimos diez minutos por sendero y pasamos por
la parte alta de Gaussac, pueblo en el que destaca su iglesia de orígenes
románicos dedicada a San Martín de Tours. Desde Gaussac, comenzamos el camino
de subida por un bello sendero entre bosque que va cortando sucesivamente la
pista asfaltada que asciende hasta la bassa d’Oles. A este bucólico lago
natural, situado a 1.600 m. de altitud y rodeado de pinos y verdor, llegamos
alrededor de las 11 horas. A orillas de las cristalinas aguas de la balsa,
lago, ibón o estanque, hicimos una parada para comer algo y reponer fuerzas.
Por detrás del refugio de Oles, cerrado al público,
salimos por pista a una zona herbosa y a una bonita borda que al parecer sí funciona
como refugio. Poco después, dejamos la pista para iniciar, siguiendo las marcas
y pivotes amarillos, la subida final al Montcorbisón. Las actuales marcas
amarillas son algo engañosas, pues sirven de guía a los corredores de una
carrera vertical y, por tanto, llevan a la cima de la montaña por un sendero de
ascenso más pronunciado que el camino tradicional, que sube de manera menos
abrupta y empinada. En cualquier caso, el último tramo de la ascensión se hace
algo duro, pero las vistas contempladas desde la cima, a la que llegamos
alrededor de las 13 horas, compensan con creces el esfuerzo exigido.
A 2.175 m. de altitud, la cima del Montcorbisón en una
magnífica atalaya que ofrece espléndidas vistas en todas las direcciones. Por
un lado, de Viella y buen parte del valle de Arán. Por otro, sobre todo, del
Pirineo aragonés y la parte más alta del valle de Benasque: la cara norte del
Aneto y las Maladetas y sus glaciares, detrás de la cubeta en forma de U donde
se ubica el ibón de Toro o deth Oro. También, más hacia el este, la Forcanada y
el pico Mulleres o Molieres. Además, la zona de Conangllos y una parte del
puerto de la Picada que desciende desde el valle de Benasque a la Artiga de
Lin, ya en el de Arán. Más al norte, algunas cimas del Pirineo francés cerrando
el horizonte.
Cresteando sobre laderas verdes y herbosas, bajamos un
poco para subir enseguida al Tuc de Letassi, de 2.177 m. y ligeramente más alto
que el Montcorbisón. Desde allí descendimos a un pilaret o peyrón, conocido
como el Santet de Casau. Seguimos un rato una pista y, campo a través,
conectamos con un bonito sendero que se adentra en la Seuva Sapilguilha, un
fresco y húmedo abetal con musgo y helechos en algunos de sus tramos. En
paralelo al barranco homónimo, llegamos a Casau y cerramos el círculo de
nuestro itinerario. Sin embargo, desde Casau, en poco más de diez minutos,
bajamos por sendero a Viella, donde nos esperaba el autobús y tomamos unos
refrescos antes de volver a Graus.
Según el GPS, habíamos
recorrido 14 km en 8 horas, con casi dos de paradas. Con 1.200 m. de desnivel
acumulado de subida y 1.382 de bajada.
(Artículo publicado en Diario del Alto Aragón)
Mapa del recorrido de la excursión.Perfil de la excursión
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