“La muerte de Ulises”.
Petros Márkaris. Tusquets. 2016. 184 páginas.
De Petros Márkaris (Estambul, 1937)
ya he reseñado aquí varias novelas protagonizadas por el comisario
Costas Jaritos. Márkaris es el escritor griego actual más conocido
internacionalmente y sus novelas policiacas del comisario Jaritos son
un referente de la novela negra europea de contenido social. Ahora,
el prolífico autor heleno, nacido en Estambul y ya casi octogenario,
se aparta momentáneamente de la novela para publicar “La muerte de
Ulises”, un libro de relatos que en España, como siempre, edita
Tusquets en su colección Andanzas, con traducción de Samará
Spiliotopulu y Ersi Marina.
“La muerte de Ulises” es un libro
compuesto por ocho relatos breves de temática diversa, ambientados
en diferentes épocas y de calidad literaria algo desigual. Dos de
ellos, el primero y el último (“El asesinato de un inmortal” y
“Poemas y crímenes”), están protagonizados de nuevo por el
comisario Jaritos, que resuelve, con su ironía habitual, los
respectivos asesinatos de un escritor y un director de cine. En
ambos, la causa de los crímenes son las envidias y los celos entre
artistas del mismo ramo, cosas del oficio. El tercer relato (“En
terrenos conocidos”) es otro caso de asesinato, ocurrido esta vez
en una comunidad turca en Alemania y relacionado con la construcción
de una mezquita. El muerto es amigo del suegro del comisario Murat,
un policía turco amigo de Jaritos, con el que trabajó en la novela
“Muerte en Estambul” (Tusquets, 2009), que investigará una
extraña trama en la que se mezclan los intereses, solo aparentemente
opuestos, de grupos de turcos islamistas y de la extrema derecha
alemana.
El más largo e intenso, y creo que
el mejor desde el punto de vista literario, de los relatos del libro
es “Tres días”, en el que se narran los violentos disturbios
vividos a principios de septiembre de 1955 en Estambul. Cuando, en el
inflamado contexto de la guerra de Chipre entre ambas comunidades, la
minoría griega estambulí sufre las iras y la persecución de los
turcos que saquean y queman con saña sus casas y comercios. En el
relato que da título al libro, encontramos al viejo Ulises, un
griego de Estambul que volvió a Grecia en 1965 y ahora ha decidido
retornar a la capital turca en la que nació para morir en una
residencia de ancianos. Allí, inesperadamente, se enfrentará a los
Lobos Grises, una organización paramilitar turca de extrema derecha.
En “La destrucción de Pompeya”, un cura que lidera un grupo que
recoge ropa vieja para entregar a los emigrantes pobres que llegan a
Grecia deberá enfrentarse a unos cuantos xenófobos violentos que le
recriminan su ayuda a los extranjeros. “El cadáver y el pozo” es
un relato menor con algo de ironía y “Un atentado que llegó
tarde” cuenta un fallido complot contra Hitler en las postrimerías
de la Segunda Guerra Mundial, cuando los nazis ya estaban totalmente
derrotados.
Márkaris mezcla de nuevo con su
fluidez y habilidad habituales la intriga y la crítica social. Hay
referencias a la crisis económica y a los estragos que esta ha
causado en la actual sociedad helena. Un ejemplo de ello es el
personaje del vendedor de flores de “Poemas y crímenes”, a quien
la pérdida del trabajo ha llevado a tener que dormir en la calle y
sobrevivir con dificultad, vendiendo rosas a los clientes de los
locales nocturnos de Atenas. Temas de actualidad, como la emigración,
la xenofobia o la difícil convivencia entre comunidades y etnias
distintas, tienen cabida en algunos relatos del libro. También la
nostalgia de Estambul, no olvidemos que el propio Márkaris nació en
la minoría turca de esta ciudad, está presente sobre todo en el
relato que da título al libro: “Los griegos de Estambul tienen dos
edades. La primera cuenta desde el día de su nacimiento; la segunda,
desde el día en que huyeron de Estambul.”
No es este obviamente el mejor libro
de Markaris, pero estos ocho cuentos breves que componen “La muerte
de Ulises”, aunque tal vez demasiado desiguales y en general
literariamente algo ligeros, mantienen la habitual amenidad del
escritor griego y entretienen al lector, mientras le muestran algunos
de los conflictos y problemas que acucian hoy a la sociedad helena
contemporánea y también, en buena medida, a la desorientada y
perpleja sociedad europea en su conjunto.
Carlos
Bravo Suárez
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