domingo, 8 de mayo de 2016

LA MUERTE DE ULISES


La muerte de Ulises”. Petros Márkaris. Tusquets. 2016. 184 páginas.

De Petros Márkaris (Estambul, 1937) ya he reseñado aquí varias novelas protagonizadas por el comisario Costas Jaritos. Márkaris es el escritor griego actual más conocido internacionalmente y sus novelas policiacas del comisario Jaritos son un referente de la novela negra europea de contenido social. Ahora, el prolífico autor heleno, nacido en Estambul y ya casi octogenario, se aparta momentáneamente de la novela para publicar “La muerte de Ulises”, un libro de relatos que en España, como siempre, edita Tusquets en su colección Andanzas, con traducción de Samará Spiliotopulu y Ersi Marina.

“La muerte de Ulises” es un libro compuesto por ocho relatos breves de temática diversa, ambientados en diferentes épocas y de calidad literaria algo desigual. Dos de ellos, el primero y el último (“El asesinato de un inmortal” y “Poemas y crímenes”), están protagonizados de nuevo por el comisario Jaritos, que resuelve, con su ironía habitual, los respectivos asesinatos de un escritor y un director de cine. En ambos, la causa de los crímenes son las envidias y los celos entre artistas del mismo ramo, cosas del oficio. El tercer relato (“En terrenos conocidos”) es otro caso de asesinato, ocurrido esta vez en una comunidad turca en Alemania y relacionado con la construcción de una mezquita. El muerto es amigo del suegro del comisario Murat, un policía turco amigo de Jaritos, con el que trabajó en la novela “Muerte en Estambul” (Tusquets, 2009), que investigará una extraña trama en la que se mezclan los intereses, solo aparentemente opuestos, de grupos de turcos islamistas y de la extrema derecha alemana.

El más largo e intenso, y creo que el mejor desde el punto de vista literario, de los relatos del libro es “Tres días”, en el que se narran los violentos disturbios vividos a principios de septiembre de 1955 en Estambul. Cuando, en el inflamado contexto de la guerra de Chipre entre ambas comunidades, la minoría griega estambulí sufre las iras y la persecución de los turcos que saquean y queman con saña sus casas y comercios. En el relato que da título al libro, encontramos al viejo Ulises, un griego de Estambul que volvió a Grecia en 1965 y ahora ha decidido retornar a la capital turca en la que nació para morir en una residencia de ancianos. Allí, inesperadamente, se enfrentará a los Lobos Grises, una organización paramilitar turca de extrema derecha. En “La destrucción de Pompeya”, un cura que lidera un grupo que recoge ropa vieja para entregar a los emigrantes pobres que llegan a Grecia deberá enfrentarse a unos cuantos xenófobos violentos que le recriminan su ayuda a los extranjeros. “El cadáver y el pozo” es un relato menor con algo de ironía y “Un atentado que llegó tarde” cuenta un fallido complot contra Hitler en las postrimerías de la Segunda Guerra Mundial, cuando los nazis ya estaban totalmente derrotados.

Márkaris mezcla de nuevo con su fluidez y habilidad habituales la intriga y la crítica social. Hay referencias a la crisis económica y a los estragos que esta ha causado en la actual sociedad helena. Un ejemplo de ello es el personaje del vendedor de flores de “Poemas y crímenes”, a quien la pérdida del trabajo ha llevado a tener que dormir en la calle y sobrevivir con dificultad, vendiendo rosas a los clientes de los locales nocturnos de Atenas. Temas de actualidad, como la emigración, la xenofobia o la difícil convivencia entre comunidades y etnias distintas, tienen cabida en algunos relatos del libro. También la nostalgia de Estambul, no olvidemos que el propio Márkaris nació en la minoría turca de esta ciudad, está presente sobre todo en el relato que da título al libro: “Los griegos de Estambul tienen dos edades. La primera cuenta desde el día de su nacimiento; la segunda, desde el día en que huyeron de Estambul.”

No es este obviamente el mejor libro de Markaris, pero estos ocho cuentos breves que componen “La muerte de Ulises”, aunque tal vez demasiado desiguales y en general literariamente algo ligeros, mantienen la habitual amenidad del escritor griego y entretienen al lector, mientras le muestran algunos de los conflictos y problemas que acucian hoy a la sociedad helena contemporánea y también, en buena medida, a la desorientada y perpleja sociedad europea en su conjunto.

Carlos Bravo Suárez

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