“Los
ciervos llegan sin avisar”. Berna González Harbour. RBA Libros.
2015. 224 páginas.
Berna
González Harbour (Santander, 1966) es una destacada periodista que
ha trabajado en la sección internacional de “El País”, diario
en el que publica artículos de actualidad y de cuyo suplemento
literario “Babelia” es actualmente editora. Colabora también en
algunos programas radiofónicos de la cadena SER y en los últimos
años ha publicado tres novelas que pueden inscribirse dentro del
género negro. Las dos primeras, “Verano en rojo” y “Margen de
error”, publicadas por RBA en 2012 y 2014 respectivamente, están
protagonizadas por la comisaria María Ruiz, personaje que no aparece
en “Los ciervos llegan sin avisar” (RBA, 2015), última novela
hasta la fecha de la periodista y escritora santanderina.
Aunque
puede incluirse dentro del género,“Los
ciervos llegan sin avisar” no es una novela negra al uso. Su
protagonista es Carmen, una economista en paro, separada y con un
hijo, que ha pasado de una situación boyante y un buen puesto en un
banco como analista financiera a tener que afrontar con precariedad
creciente el pago de una hipoteca y los gastos indispensables de la
vida cotidiana. En esos momentos de adversidad y problemas laborales
y familiares, Carmen recuerda un episodio confuso que vivió veinte
años atrás y que ahora parece atormentarla. Conduciendo por una
carretera cercana a una población donde pasaba algunos veranos en
casa de unos familiares, se topó con un accidente de tráfico en el
que un camión se salió de la carretera en una larga recta. Antes de
que la guardia civil se presentara en el lugar, Carmen llegó a decir
algunas palabras al camionero agonizante y se llevó con ella una
foto de un niño que se había desprendido de la cabina del vehículo
accidentado. También creyó ver alguna sombra en movimiento entre
unas plantas temblonas cercanas. Sin embargo, continuó su camino sin
volver a saber nunca más nada de aquel suceso y sin saber si el
conductor del camión había muerto o no. Ahora que su vida está en una
encrucijada y llena de problemas, decide escapar unos días de Madrid
y visitar el pueblo próximo a la carretera junto al que ocurrió
aquel extraño accidente. Allí, se instala momentáneamente en un
hostal de carretera, que encubre funciones de prostíbulo, y comienza
a investigar por su cuenta sobre aquel hecho lejano. Pronto descubre
que en esas fechas se produjo allí otro trágico accidente y conoce
a varias personas vinculadas a aquellos sucesos aparentemente desconectados
entre sí.
Ambientada en sus inicios en Madrid y
posteriormente en lugares más o menos indeterminados de la geografía
palentina y cántabra, la novela está narrada en primera persona por
la propia Carmen, aunque ocasionalmente se suman a la suya, de manera
mucho más breve, las voces de otros personajes secundarios. Algo
alejada de lo más puramente negro y policiaco de las dos anteriores
novelas de la autora, “Los ciervos llegan sin avisar” incide
también de forma destacada en los aspectos más sociales y en las
dramáticas consecuencias que la reciente crisis económica ha tenido
para casi todos los sectores de la sociedad española. Así ocurre
tanto con algunos personajes de las zonas más rurales de la novela,
con cutres bares de carretera y arruinados polígonos industriales,
como con la propia protagonista y sus amigos, que de repente han
visto menguar drásticamente sus ingresos y su poder adquisitivo. Lo
explica la narradora en los inicios de su relato: “Duele pasar de
ser un alto cargo con ropa de marca, una hipoteca alta y puentes
haciendo esquí a vigilar cada euro de una cuenta corriente que se
desintegra como esa nieve de Baqueira que observábamos mientras nos
tomábamos un Martini al sol. No es fácil que se aproxime el próximo
plazo de la hipoteca y saber que en la cuenta solo queda la mitad de
la cuota mensual.”
Con
pocos elementos de partida y en escenarios alejados de la gran
ciudad, con una investigación que no cuenta con policías ni
delincuentes al uso, Berna González Harbour
ha
conseguido una novela sencilla y personal, de aromas realistas y
creíbles, con una trama interesante y una intriga suficientemente
atractiva para mantener de principio a fin la atención del lector.
Y, además, ha logrado incluir en su relato algunos de los problemas
más acuciantes de la sociedad española actual y muchos de los
efectos que la crisis económica ha tenido sobre ella en los últimos
tiempos.
Carlos
Bravo Suárez
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