domingo, 24 de julio de 2016

EL LIBRERO Y LOS CIEN AÑOS DE ROALD DAHL


El librero”. Roald Dahl. Nórdica. Ilustraciones de Federico Delicado. Traducción de Xesús Fraga. 2016. 88 páginas.

Este año se celebra el centenario de Roald Dahl (Cardiff, 1916 – Oxford, 1990). El gran escritor galés de origen noruego (sus padres le llamaron Roald en honor a Roald Amundsen, el famoso aventurero noruego que alcanzó por primera vez el Polo Sur) tuvo una vida azarosa y una juventud aventurera. De niño y adolescente, fue educado en severos colegios británicos y pasaba sus vacaciones en Noruega. Tras terminar sus años de colegio, comenzó a trabajar en la empresa petrolera Shell, que lo trasladó por un tiempo a Tanganica, actual Tanzania. Durante la Segunda Guerra Mundial, se enroló en la Royal Air Force británica y realizó numerosas misiones en África, en una de las cuales se estrelló, se fracturó el cráneo y perdió momentáneamente la visión. Cuando la recuperó, se enamoró de la enfermera que lo atendía. Volvió a efectuar algunos vuelos sobre Siria y, en 1943, fue trasladado a Estados Unidos, donde comenzó a escribir. Allí se casó con la famosa actriz Patricia Neal (protagonista con Gary Cooper de la inolvidable “El manantial”), en un matrimonio que duró treinta años. Uno de sus hijos sufrió hidrocefalia y Dahl apoyó siempre las causas solidarias en el terreno de las enfermedades y la alfabetización de los niños. Tras su muerte, una fundación que lleva su nombre continuó esa labor. Durante la guerra del Líbano de 1982, se vio involucrado en una agria polémica al criticar duramente la actuación del ejercito israelí en el conflicto. Murió de leucemia en 1990.

Como escritor, Roald Dahl es autor de un buen número de cuentos y novelas. Alcanzó gran fama con algunas de sus obras infantiles y juveniles, como “Charlie y la fábrica de chocolate”, “Matilda”, “James y el melocotón gigante”, “Los gremlins”, “El gran gigante bonachón”, “Las brujas” o “Relatos de lo inesperado”. Algunas de ellas se han convertido en verdaderos clásicos y varias han sido llevadas al cine, para el que el escritor galés escribió también numerosos guiones. Sin embargo, Roald Dahl es también autor de destacados relatos literarios para adultos. Uno de ellos es la novela corta “El librero” que, coincidiendo con el centenario del escritor, acaba de ser publicado en nuestro país por la editorial Nórdica. Se trata de una bonita edición ilustrada, con traducción de Xesús Fraga y sugerentes dibujos a todo color de Federico Delicado. Nórdica ha repetido con el mismo acierto, aunque con otro ilustrador, el modelo de edición de hace unos años de “La cata”, otro relato breve del escritor británico.

“El librero” cuenta la historia de William Buggage y su secretaria y amante, la señorita Tottle. Ambos regentan en el centro de Londres una librería de libros raros y de lance que es en realidad una tapadera de otro negocio más lucrativo, que surge de la lectura de los obituarios de los periódicos y de la consulta de la revista “Who is Who” sobre personajes relevantes de la sociedad británica. La pareja descuida la venta directa de sus libros y lleva su verdadero y rentable negocio desde la trastienda de la librería. Con el dinero que ganan se van de vacaciones a los mejores hoteles del mundo. Dahl describe a estos personajes como dos seres grotescos y físicamente poco atractivos, que encarnan algunos de los vicios capitales de los humanos: la ambición, la gula, la pereza, la lujuria. Dos avispados pícaros que se aprovechan de algunas viudas ricas sobre las que ejercen un astuto procedimiento de chantaje. Al final, como ocurre en muchas obras del autor, el desenlace se produce de la manera más inesperada y sorprendente. El relato es ameno, tiene ritmo, estupendas descripciones de unos personajes de baja catadura moral, ironía y unas buenas dosis de humor negro, inteligente y a la vez irreverente y provocador.

Magníficas son asimismo las ilustraciones de Federico Delicado (Badajoz, 1956) que, en unos dibujos minuciosos de colores intensos y rasgos caricaturescos (que recuerdan en cierto modo la viveza cromática del ilustrador expresionista alemán George Grosz), logra captar y trasmitir perfectamente el carácter de los personajes y el humor y el espíritu general del relato. Hay que recordar aquí que Roald Dahl acompañó la edición de muchos de sus libros originales de las magníficas ilustraciones de Quentin Blake.

El centenario del escritor galés está siendo muy celebrado, con exposiciones y ediciones especiales, en el mundo anglosajón, donde Dahl es un autor muy popular y querido. La lectura de esta bonita edición de “El librero”, o de cualquiera de los muchos libros suyos editados en español, es una manera de rendir homenaje a uno de los escritores más prolíficos y destacados del pasado siglo XX.

Carlos Bravo Suárez

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