Editada
una antología de relatos del escritor japonés en el cincuentenario
de su muerte.
Junichiro Tanizaki (Tokio, 1886 – Yugawara, 1965) es uno de los
mejores escritores de la literatura japonesa contemporánea. Con
Yasunari Kawabata, Yukio Mishima y Kobo Abe, compone el gran
cuarteto de la literatura nipona del siglo XX. El conjunto de la
producción de Tanikazi alcanza los treinta volúmenes e incluye
novelas, relatos, obras dramáticas, ensayos, obras críticas y
traducciones, entre ellas las dos que realizó al japonés moderno
del gran clásico “El relato de Genji”, de la dama medieval
Murasaki Shikibu. Durante cincuenta años, Tanizaki se dedicó en
cuerpo y alma a la literatura, con una perseverancia ejemplar,
superando iniciales problemas con la censura y alcanzando finalmente
un enorme reconocimiento, tanto en su país, donde se lo galardonó
con la Medalla de Cultura, como en los Estados Unidos, donde en 1964
fue elegido miembro de honor de la Academia de las Artes y las
Letras.
Con motivo de la celebración el
pasado año del cincuentenario de la muerte de Tanizaki, la editorial
Alfaguara ha publicado en nuestro país una espléndida antología de
algunos de sus mejores relatos con el título de “Cuentos de amor”,
en una magnífica edición de Carlos Rubio, que ha realizado la
selección y firma un completo y didáctico estudio preliminar. La
traducción ha corrido a cargo de Akihiro Yano y Twiggy Hirota
Estrada. El libro puede ser una buena manera de introducirse en la
obra de un escritor que figura, sin duda, en la nómina de los
mejores de la literatura universal contemporánea.
“Cuentos de amor” reúne once
relatos de Junichiro Tanizaki. Son de diferente extensión y abarcan
veintiséis años (1910 – 1936) de la larga y fecunda vida
literaria del escritor. Tres han sido, según Rubio, los criterios
seguidos en la selección de los relatos: la variedad e interés para
el lector moderno, su representatividad en el tratamiento del gran
tema del amor en la obra del autor y la condición de inéditas en
español de algunas de las narraciones. En ellos, pueden observarse
los dos Tanikazis que se distinguen en la introducción del libro: el
que en su juventud muestra rendida admiración por lo occidental y el
que cultiva exclusivamente asuntos y ambientes japoneses. En términos
geográficos se corresponden aproximadamente con un Tanizaki de
Tokio y Yokohama, en la región Kanto, y otro de la zona
Kioto-Osaka-Kobe, en la llamada región Kansai. Hay un Tanizaki
algunas de cuyas heroínas llevan falda, van al cine y bailan ritmos
occidentales y otro cuyas heroínas llevan kimono, van al teatro
kabuki y prefieren las músicas y tradiciones niponas. En esta
antología se recogen sus temas preferentes: el fetichismo, el deseo,
la fascinación por la belleza destructora, la caprichosa crueldad de
la mujer amada, el refinado erotismo, el ideal de la madre perdida,
la cotidianidad doméstica o la pasión amorosa transgresora de las
normas imperantes.
El tema del amor no es casi nunca
convencional en Tanikazi. Por el contrario, muestra preferencia, y
así se observa en casi todos estos cuentos, por las conductas
amorosas poco ortodoxas, que en ocasiones casi podríamos calificar
como subversivas. Así lo dice Carlos Rubio recorriendo uno a uno los
cuentos del libro: “No hay nada más opuesto al tratamiento
edulcorado del amor o a las formas más cándidas de novela rosa que
la naturaleza amatoria de la narrativa de Tanikazi. Amor destructor
en forma de araña asesina de hombres (“Tatuaje”) o de mujer
fatal (“El mechón”) o de encanallamiento (“El guapo”),
travestismo (“El secreto”), sadismo (“El caso del baño
Yanagi”), fetichismo (“Los pies de Fumiko” y “La flor azul”),
abandono (“El fulgor de un trapo viejo”), masoquismo (“El caso
Crippen a la japonesa”), castidad (“El segador de cañas”),
vacío del amor (“La gata, el amo y sus mujeres”), coprofilia
(“Los jóvenes”)... perversiones, groseras unas, sutiles otras,
todas humanas, del tema universal y eterno del amor". Mención
especial puede hacerse del relato “El segador de cañas”, donde
se presenta un triángulo amoroso entre un hombre y dos hermanas, una
situación vívida personalmente por el autor en su primer
matrimonio. Hay otros ingredientes en estos cuentos de Tanikazi:
preciosas descripciones, algunas dosis de novela negra, intriga y
suspense y, sobre todo, belleza literaria a raudales.
Terminaré diciendo que este libro,
de lectura hipnótica y absorbente como pocos, ha supuesto para mí
el deslumbrante descubrimiento de un gran escritor. Espero que se
traduzcan al español nuevas obras suyas que se sumen a las
ediciones ya existentes, que ahora mismo no son demasiado fáciles de
encontrar.
“Cuentos
de amor”. Junichiro Tanizaki. Alfaguara. 2016. 320 páginas.
Carlos
Bravo Suárez
No hay comentarios:
Publicar un comentario