domingo, 1 de abril de 2018

EL GIGANTE ENTERRADO



“El gigante enterrado” es la última novela de Kazuo Ishiguro (Nagasaki, 1954), ganador del Premio Nobel de Literatura 2017. Ishiguro nació en Japón, pero a los seis años se trasladó con su familia a Londres y allí fijó su residencia. Adquirió la nacionalidad británica y se dedicó a la literatura escribiendo hasta ahora todas sus obras en lengua inglesa. Es autor de siete magníficas novelas, entre las que quizás sea “Los restos del día” la más conocida por su exitosa adaptación al cine, llevada a cabo por James Ivory en 1993 y cuyo título en español fue “Lo que queda del día”. Aunque ha escrito también algunos libros de relatos y varios guiones para el cine y la televisión, Ishiguro no es un escritor demasiado prolífico y se toma su tiempo a la hora de escribir sus libros. En 2015, diez años después de la aparición de su anterior novela “Nunca me abandones”, se publicó en Inglaterra “El gigante enterrado”, su última obra hasta la fecha. En 2016, como todos sus libros, fue editada en España por Anagrama, con la traducción de Mauricio Bach.

Alejado de modas y cambiando de temática en cada una de sus narraciones, el escritor anglo-nipón ha sorprendido de nuevo con “El gigante enterrado”, un extraño y sugerente relato ambientado en la Inglaterra medieval, en los siglos oscuros (VI o VII tal vez) de la época posartúrica, un tiempo legendario en que aún existían ogros, dragones y duendes y en que britanos y sajones viven momentáneamente en paz, aunque algunos esperan convertir pronto su resentimiento en renovados odios y violencias. Los protagonistas de la novela son los ancianos Axl y Beatrice, una pareja que vive en una pequeña aldea britana de la que salen con la intención de visitar a un hijo que se fue de allí hace tiempo. El relato va contando, al mismo ritmo lento y dificultoso con que se mueven los ancianos, el viaje que estos siguen en busca del hijo con el que esperan reunirse.  Sin embargo, ellos, como todos los habitantes de la región, sufren una extraña pérdida de memoria que denominan “la niebla” y cuyas causas van a averiguar durante su viaje. En casi todo ese recorrido, Axel y Beatrice van a tener la compañía de un joven soldado sajón, enviado a esas tierras por su rey, y de un joven pastor a quien una herida de un ogro convierte en maldito para los britanos de su poblado. Los cuatro se encontrarán muy pronto con Gawain, sobrino del rey Arturo y uno de los principales caballeros de su mesa redonda. Único superviviente de aquella época dorada, Gawain es ahora un anciano que recorre la comarca con su viejo caballo Horace, realizando una misión que le encargó tiempo atrás el mítico monarca de la corte de Camelot. Los cuatro recorrerán bosques y aldeas, cruzarán ríos, visitarán un monasterio con extraños rituales expiatorios y se encontrarán con duendes y ogros en su búsqueda de una vieja hembra de dragón que habita en la comarca.

En cualquier caso no estamos ante una novela de fantasía y aventuras, aunque ambas cosas hay en ella, sino ante lo que podría considerarse como una alegoría de la vida y de la muerte, de la memoria y el olvido, del amor de la pareja y de la soledad final del individuo. El simbolismo de la vida como camino y del barquero que conduce al otro lado del río y que examina antes a quienes va a transportar. Y el debate entre la conveniencia o no de la memoria del pasado, pues la desmemoria elimina los recuerdos y avivarlos puede desenterrar a veces, tanto en los individuos como en los matrimonios y en los pueblos, antiguas inquietudes que generen nuevos odios ya olvidados.

“El gigante enterrado” es una magnífica novela para lectores reposados que van más allá de la superficie del relato. Puede parecer extraña y hacerse lenta a quienes tengan el hábito de ritmos narrativos trepidantes, pero contiene muchas historias y alegorías que hacen de su lectura una experiencia singular, rica y diferente. Una historia crepuscular de la que pueden extraerse algunas enseñanzas atemporales y eternas.

 “El gigante enterrado”. Kazuo Ishiguro. Anagrama. 2016. 368 páginas.

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