Cartas de Grossi, Sariñena Editorial, Salvador Trallero Editor, 2009.
Las Cartas de Grossi constituyen un interesante documento sobre algunos aspectos de la pasada guerra civil en el frente de Huesca. Su reciente publicación se debe al loable empeño personal de Salvador Trallero y su Sariñena Editorial.
Manuel Grossi Mier (Oviedo, 1905 – Brignoles, 1989) era un combativo minero asturiano que emigró a Barcelona donde se convirtió en destacado militante del POUM, partido comunista de inspiración trotskista. Al estallar la guerra civil, fue uno de los cabecillas de la milicia de su partido que se dirigió al frente de Aragón. Posteriormente, escribió una serie de notas sobre aquellos terribles días que él vivió en primera línea de combate. Esas notas, que conforman un interesante diario de guerra, se encontraban olvidadas en el Instituto de Historia Social Europea de Ámsterdam. De allí las ha rescatado Salvador Trallero para su publicación en el libro que aquí nos ocupa.
El libro se abre con una espléndida introducción histórica a cargo de Pelai Pagès, profesor de la Universidad de Barcelona, y una breve biografía de Grossi del historiador asturiano Ernesto Burgos, y se cierra con una galería de personajes y otra fotográfica.
Grossi insiste en sus notas en que su versión constituye la verdad de lo ocurrido en el frente en aquellos días de guerra. Sin duda se trata de su propia verdad. Son opiniones sinceras y sentidas pero también subjetivas y personales. El asturiano es un hombre de partido y defiende siempre las actuaciones de los milicianos del POUM. No así las de sus líderes militares, a algunos de los cuales critica abiertamente. Censura asimismo la actitud de los anarquistas, a quienes considera demasiado arrogantes por creer que ellos solos podían ganar la guerra. Así se lo manifestó Durruti a Grossi al inicio de la contienda. También el PSUC es blanco de sus críticas. Aunque este partido hizo al principio buenas migas con el POUM, se convirtió después en su enemigo al ponerse los comunistas españoles al servicio de la estrategia de Stalin, que pretendía deshacerse de los trotskistas, acusándolos de vendidos y traidores. A ello achaca Grossi la continua marginación sufrida por sus milicianos en los repartos de armas. Objeto de críticas es también el coronel Villalba, jefe de la guarnición de Barbastro, considerado culpable de algunos de los reveses militares de los republicanos.
Hay en el libro muchas referencias a poblaciones como Sariñena, Grañén, Robres, Leciñena, Huesca o Siétamo. Cartas de Grossi es una obra interesante, que aporta, desde una perspectiva personal y subjetiva, nuevos datos sobre la guerra civil en nuestra provincia.
Carlos Bravo Suárez
Manuel Grossi Mier (Oviedo, 1905 – Brignoles, 1989) era un combativo minero asturiano que emigró a Barcelona donde se convirtió en destacado militante del POUM, partido comunista de inspiración trotskista. Al estallar la guerra civil, fue uno de los cabecillas de la milicia de su partido que se dirigió al frente de Aragón. Posteriormente, escribió una serie de notas sobre aquellos terribles días que él vivió en primera línea de combate. Esas notas, que conforman un interesante diario de guerra, se encontraban olvidadas en el Instituto de Historia Social Europea de Ámsterdam. De allí las ha rescatado Salvador Trallero para su publicación en el libro que aquí nos ocupa.
El libro se abre con una espléndida introducción histórica a cargo de Pelai Pagès, profesor de la Universidad de Barcelona, y una breve biografía de Grossi del historiador asturiano Ernesto Burgos, y se cierra con una galería de personajes y otra fotográfica.
Grossi insiste en sus notas en que su versión constituye la verdad de lo ocurrido en el frente en aquellos días de guerra. Sin duda se trata de su propia verdad. Son opiniones sinceras y sentidas pero también subjetivas y personales. El asturiano es un hombre de partido y defiende siempre las actuaciones de los milicianos del POUM. No así las de sus líderes militares, a algunos de los cuales critica abiertamente. Censura asimismo la actitud de los anarquistas, a quienes considera demasiado arrogantes por creer que ellos solos podían ganar la guerra. Así se lo manifestó Durruti a Grossi al inicio de la contienda. También el PSUC es blanco de sus críticas. Aunque este partido hizo al principio buenas migas con el POUM, se convirtió después en su enemigo al ponerse los comunistas españoles al servicio de la estrategia de Stalin, que pretendía deshacerse de los trotskistas, acusándolos de vendidos y traidores. A ello achaca Grossi la continua marginación sufrida por sus milicianos en los repartos de armas. Objeto de críticas es también el coronel Villalba, jefe de la guarnición de Barbastro, considerado culpable de algunos de los reveses militares de los republicanos.
Hay en el libro muchas referencias a poblaciones como Sariñena, Grañén, Robres, Leciñena, Huesca o Siétamo. Cartas de Grossi es una obra interesante, que aporta, desde una perspectiva personal y subjetiva, nuevos datos sobre la guerra civil en nuestra provincia.
Carlos Bravo Suárez
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