Rosa candida. Audur Ava Ólafsdóttir.
Alfaguara. 2012. 3ª edición. 271 páginas.
Con
algo más de 300.000 habitantes, Islandia tiene una rica literatura y uno de los
índices de lectura más altos del mundo. Desde sus famosas sagas medievales -que
tanto admiraba Jorge Luis Borges- hasta la actualidad, puede rastrearse en la
historia de esta isla septentrional un buen número de obras literarias y
escritores de interés. Aunque últimamente muchas de las narraciones que desde
allí nos llegan se inscriben en el género negro, ha sido una novela situada en
las antípodas de los cánones policiacos la que ha logrado un gran éxito mundial
para la literatura islandesa. Se trata de Rosa
candida, la tercera novela de la escritora Audur Ava Ólafsdóttir, que ya acaba
de publicar en nuestro país un nuevo libro, titulado La mujer es una isla y también editado por Alfaguara.
Rosa candida es una novela escrita con gran delicadeza y
sensibilidad. Cuenta en primera persona la historia del joven Arnljótur, quien
a sus 22 años, y tras la muerte de su madre en un accidente de coche, deja el
pequeño pueblo islandés donde vivía con su anciano padre y su hermano gemelo
autista para ir a cuidar un mítico jardín de un monasterio situado en un país
más meridional. Arnljótur es padre de una niña, fruto de un único encuentro con
la amiga de un amigo suyo. En el monasterio donde se instala y en el pueblo
cercano a él, el joven se integra en la vida local, se esfuerza en aprender la
minoritaria lengua que se habla en la zona y entabla amistad con un monje
aficionado al cine de calidad que siempre ve en versión original. Después, una inesperada
visita cambiará por completo la situación del entusiasta jardinero.
Rosa candida es un canto a la vida sencilla, la narración de un
viaje hacia la esencia de la vida y la búsqueda de uno mismo, dejando fluir libremente
la existencia. En la figura del protagonista, la novela viene a proponer un
modelo de comportamiento masculino más activo en algunas tareas domésticas como
la cocina o el cuidado de los niños y orientado hacia la sensibilidad y la
introspección. Escrita con una prosa delicada y por momentos poética, plantea
también algunas cuestiones como la influencia de la paternidad en el cambio de
la visión de la existencia, la siempre compleja relación entre el hombre y la
mujer o la inexcusable presencia del cuerpo y el deseo en la juventud. Puede
observarse también en el relato la búsqueda de la belleza y de la esencia de
las cosas, representadas aquí por la rosa candida de ocho pétalos y por el
empeño del joven Arnljótur en devolver el esplendor perdido al antiguo rosal
del monasterio.
Es
probable que la mezcla de un simbolismo profundo en una envoltura aparentemente
sencilla sea la causa del gran éxito obtenido por esta novela.
Carlos
Bravo Suárez
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