Los desorientados. Amin
Maalouf. Alianza Literaria. 2012. 524 páginas.
Autor
de novelas como León el Africano, Samarcanda, Los jardines de la luz o La
roca de Tanios y de ensayos como Las
cruzadas vistas por los árabes o Identidades
asesinas, Amin Maalouf es posiblemente el escritor árabe actual más
conocido y valorado en Europa. Libanés de nacimiento pero exiliado en Francia
desde la guerra civil que asoló su país en 1975, es miembro de la Academia Francesa
y ha obtenido premios tan importantes como el Goncourt o el Príncipe de
Asturias de las Letras.
Los desorientados, su último y esperado libro, es probablemente la más
personal, y en parte autobiográfica, de todas sus novelas. Su protagonista es
Adam, un libanés cercano a los cincuenta que se exilió veinticinco años antes en
París, donde trabaja ahora como profesor de Historia y escritor. Reclamado por
Mourad, un amigo de juventud que está a punto de morir, regresa a su país natal
para despedirlo. Una vez allí, e instalado en el pequeño hotel que regenta su
antigua y bella amiga Semiramis, se ve atrapado por el intento de la viuda de
Mourad de reunir al grupo de amigos de juventud Conocido como “los bizantinos”,
sus miembros han tenido trayectorias vitales bien diferentes. Alguno murió,
otros se exiliaron en Estados Unidos o Brasil, uno es ahora un rico hombre de
negocios, otro se alejó del mundo recluyéndose en un monasterio e incluso hay
un barbudo militante islamista radical. Todo un mosaico de personajes que da
una idea de la complejidad política y social del Líbano de las últimas décadas.
Además, el autor introduce en el libro numerosas reflexiones sobre las
relaciones actuales y las diferencias entre Occidente y el mundo árabe,
mostrando en cierta medida la sensación de derrota y el creciente resentimiento
de éste frente a aquél.
Amin
Maalouf utiliza y mezcla en este libro -casi a modo de collage- diversos
procedimientos narrativos. A la presencia menos frecuente de un narrador
externo y omnisciente, se añaden las notas tomadas en primera persona por el
protagonista Adam y la correspondencia –toda ella por medio del correo
electrónico- que éste cruza con varios de sus viejos amigos y con su mujer que
se ha quedado en París. Todo ello hace que la novela tenga una lectura ágil y
fluida, distribuida en dieciséis jornadas a modo de capítulos más bien cortos.
Sin embargo, a quienes hayan leído las primeras novelas de Maalouf
probablemente ésta les sepa a poco y la sitúen bastante por debajo de aquéllas.
Es cierto, sin embargo, que Los
desorientados tiene menos intenciones exclusivamente narrativas y parece
servir como vehículo a través del cual un exiliado libanés en Europa puede
mezclar sus recuerdos de juventud con una reflexión sobre la historia reciente
de su país y sobre la relación entre los dos mundos que han constituido su vida
hasta el presente.
Carlos Bravo Suárez
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