domingo, 23 de diciembre de 2012

LOS DESORIENTADOS



Los desorientados. Amin Maalouf. Alianza Literaria. 2012. 524 páginas.

Autor de novelas como León el Africano, Samarcanda, Los jardines de la luz o La roca de Tanios y de ensayos como Las cruzadas vistas por los árabes o Identidades asesinas, Amin Maalouf es posiblemente el escritor árabe actual más conocido y valorado en Europa. Libanés de nacimiento pero exiliado en Francia desde la guerra civil que asoló su país en 1975, es miembro de la Academia Francesa y ha obtenido premios tan importantes como el Goncourt o el Príncipe de Asturias de las Letras.

Los desorientados, su último y esperado libro, es probablemente la más personal, y en parte autobiográfica, de todas sus novelas. Su protagonista es Adam, un libanés cercano a los cincuenta que se exilió veinticinco años antes en París, donde trabaja ahora como profesor de Historia y escritor. Reclamado por Mourad, un amigo de juventud que está a punto de morir, regresa a su país natal para despedirlo. Una vez allí, e instalado en el pequeño hotel que regenta su antigua y bella amiga Semiramis, se ve atrapado por el intento de la viuda de Mourad de reunir al grupo de amigos de juventud Conocido como “los bizantinos”, sus miembros han tenido trayectorias vitales bien diferentes. Alguno murió, otros se exiliaron en Estados Unidos o Brasil, uno es ahora un rico hombre de negocios, otro se alejó del mundo recluyéndose en un monasterio e incluso hay un barbudo militante islamista radical. Todo un mosaico de personajes que da una idea de la complejidad política y social del Líbano de las últimas décadas. Además, el autor introduce en el libro numerosas reflexiones sobre las relaciones actuales y las diferencias entre Occidente y el mundo árabe, mostrando en cierta medida la sensación de derrota y el creciente resentimiento de éste frente a aquél.

Amin Maalouf utiliza y mezcla en este libro -casi a modo de collage- diversos procedimientos narrativos. A la presencia menos frecuente de un narrador externo y omnisciente, se añaden las notas tomadas en primera persona por el protagonista Adam y la correspondencia –toda ella por medio del correo electrónico- que éste cruza con varios de sus viejos amigos y con su mujer que se ha quedado en París. Todo ello hace que la novela tenga una lectura ágil y fluida, distribuida en dieciséis jornadas a modo de capítulos más bien cortos. Sin embargo, a quienes hayan leído las primeras novelas de Maalouf probablemente ésta les sepa a poco y la sitúen bastante por debajo de aquéllas. Es cierto, sin embargo, que Los desorientados tiene menos intenciones exclusivamente narrativas y parece servir como vehículo a través del cual un exiliado libanés en Europa puede mezclar sus recuerdos de juventud con una reflexión sobre la historia reciente de su país y sobre la relación entre los dos mundos que han constituido su vida hasta el presente.

Carlos Bravo Suárez

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