La huella del pájaro. Max
Bentow. Destino. 2012. 383 páginas.
La huella
del pájaro es una novela negra que el
pasado año obtuvo un gran éxito en Alemania. Traducida a numerosos idiomas, ha
llegado a España editada por Destino, editorial siempre atenta a las más
destacadas novedades internacionales en thriller y género policiaco. Sobre su
autor no es mucho lo que he podido averiguar. Según la escueta solapa de la
edición española, Max Bentow es “el pseudónimo de un autor berlinés nacido en
1966 que ha desarrollado una larga carrera como autor teatral y dramaturgo, una
faceta por la que ha recibido numerosos premios”. “La huella del pájaro”
inaugura la que podría ser una nueva serie policiaca protagonizada por el
comisario Nils Trojan. Al parecer, en Alemania ya ha sido publicada la segunda
novela de Bentow con este mismo protagonista.
La huella
del pájaro es un impactante thriller,
lleno de suspense y acción, que narrado a un ritmo trepidante mantiene la
atención del lector hasta el último momento. Ambientada íntegramente en Berlín,
ciudad cuyas calles y plazas se citan con detalle, la novela relata una
sucesión de crímenes que un asesino en serie comete con una tremenda crueldad
sobre varias mujeres que tienen en común sus largas y llamativas cabelleras
rubias. El comisario Nils Trojan se va a encargar del caso. Se trata de un
policía con gran intuición y profesionalidad, pero que sufre con frecuencia
pesadillas y ataques de pánico que le obligan a visitar a una psicóloga por la
que cada vez se siente más atraído. La sucesión de crímenes, siempre con la
presencia de pájaros muertos junto a los cadáveres siniestramente desfigurados
por el asesino, desorienta a los investigadores y los pone sobre algunas pistas
que, para beneficio del suspense, siempre acaban resultando falsas.
La novela está contada, como ya se ha dicho, con un
ritmo vertiginoso. En tercera persona y de manera omnisciente, el narrador usa
frases cortas y directas, con continuos puntos y aparte, y dividiendo la obra
en treinta y cuatro capítulos también breves para aumentar aún más la agilidad
de la lectura. Se siguen los patrones del thriller con algunas pretensiones
psicológicas, tanto en el análisis de la personalidad psicótica del asesino como
en los miedos y pesadillas que sufre el comisario Nils Trojan. La referencia al
cuadro El vestido de la novia de Max Ernst,
que recomiendo mirar en internet o en otra parte cuando se alude a él en la
novela, permite poner alguna imagen aproximada a algunos momentos de este tenso
thriller que, con una buena dosis de violencia y sadismo, sigue los cánones del
género y se lee casi sin respiro, deseando llegar al desenlace para conocer la
identidad del enigmático asesino. Al comisario Trojan lo veremos sin duda en
próximos libros resolviendo nuevos casos.
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