“El nadador
en el mar secreto”. William Kotzwinkle. Navona. 2014. 96 páginas.
William Kotzwinkle
(Scranton, Pensilvania, 1944) es un destacado escritor estadounidense
dedicado al género de terror y a los libros infantiles, consagrado y
bastante premiado en su país. En un proceso a la inversa de lo
habitual, convirtió en novela el guión de la película “E.T. El
Extraterrestre” y escribió también, entre otros, el guión de una
de las partes de “Pesadilla en Elm Street”.
En 1975, Kotzwinkle vivió una experiencia trágica: su primer hijo
murió al nacer. Inmediatamente después de enterrarlo, se puso a
escribir un relato breve e intenso en el que, en tercera persona y en
forma de novela, contaba aquella experiencia traumática. "Fue
un acto de desesperación. Escribí
ese libro con lágrimas en los ojos desde la primera a la última
página". Kotzwinkle
envió el relato a una revista que se lo publicó y logró bastante
éxito. La novela obtuvo algunos premios, pero su autor siguió
dedicándose a la literatura infantil y de terror. A pesar de alguna
modesta reedición, “El nadador en el mar secreto” cayó en el
olvido hasta que en 2012 el novelista británico Ian MacEwan citó
esta pequeña gran obra en su novela de espías “Tom y Serena”.
Siempre discrepantes entre sí, la novela de William Kotzwinkle era
la única en la que el gusto de los dos protagonistas coincidía.
Esta referencia supuso una promoción gratuita e inesperada del libro
de Kotzwinkle que, debido a su demanda, volvió a ser editado y
obtuvo un éxito considerable. En España, traducido por Enrique de
Hériz, fue publicado a finales de 2014 por la editorial Navona para
iniciar su colección de tapa dura “Los ineludibles”, de la que
solo aparecen cuatro títulos al año coincidiendo con cada una de
las estaciones.
“El nadador en el mar
secreto” es una novela corta, que no llega a las cien páginas. Sus
dos protagonistas, y casi únicos personajes, son Laski y Diane.
Ambos son artistas y viven en el lejano norte canadiense, en una
solitaria cabaña en el bosque. El relato está narrado en tercera
persona, pero siempre desde la perspectiva de Laski, Comienza en los
últimos días del año, en el crudo invierno, cuando en plena noche
Diane acaba de romper aguas. Laski podrá poner en marcha su vieja
camioneta y, conduciendo por espesos bosques y silenciosas carreteras
nevadas, llevar a su mujer hasta el hospital más próximo, situado a
50 km de distancia. Cuando todo parece marchar bien, el bebé muere
en el parto y la pareja debe volver a su cabaña, cerca de la cual
vive el viejo y solitario Ben.
“El nadador en el mar
secreto”, cuyo poético título original se ha mantenido en la
edición española, es un relato breve precioso y conmovedor. Un
texto escrito sin sentimentalismo innecesario, sobrio y contenido,
pero que desborda lirismo y poesía. Una balada triste sobre el
nacimiento y la muerte, el principio y el fin unidos por un cordón
que trágicamente se rompe. Dos seres unidos en la búsqueda y la
concepción de una nueva vida y juntos también tras su dolorosa
pérdida. Un viaje de ida y vuelta, entre inmensos bosques y paisajes
nevados. Una soledad compartida. Una fusión con la tierra y la
naturaleza. Pura poesía triste. Dolor y belleza. El ciclo de la vida
en un minuto. El sentimiento trágico de la vida y la muerte.
William
Kotzwinkle no necesita adornar con aderezos superfluos su breve y
desnuda historia. No hay artificio verbal alguno en ella. Él mismo
ha explicado ese proceso: "Yo
era capaz de evitar todas estas trampas porque sólo tenía que
escribir lo que pasó de la mejor manera que sabía, y eso implicaba
utilizar una prosa sencilla y clara". El texto tiene las
descripciones precisas y los diálogos justos. Las escritura parece
fluir de la experiencia. Una vivencia dolorosa que nunca va a
olvidarse, pero en la que queda la esperanza de otro intento.
“El
nadador en el mar secreto” es literatura que nace de la vida y de
la muerte. Un libro escrito de un tirón, para expulsar el dolor en
lo posible y convertirlo en poesía. Aunque el dolor permanezca
siempre, porque toda pérdida es única e irrecuperable.
Carlos
Bravo Suárez
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