jueves, 4 de noviembre de 2021

POR LAS LAGUNAS DE ESTAÑA Y CASERRAS DEL CASTILLO


El grupo excursionista grausino Tardes al Sol realizó hace unos días una agradable excursión por las lagunas de Estaña y la localidad de Caserras del Castillo, en los municipios de Benabarre y Estopiñán, en la parte oriental de la comarca de Ribagorza. En la actividad participamos dieciocho personas, aunque dos de ellas no completaron todo el recorrido.

Los participantes salimos de Graus con nuestros vehículos a las tres de la tarde para dirigirnos por carretera hasta Estaña, que cuenta actualmente con siete habitantes según el último censo. Sin subir al pueblo, comenzamos nuestra excursión andando junto a las llamadas lagunas de Estaña, dos sorprendentes lagos de tipo endorreico, el mayor de los cuales tiene algo más de 16 hectáreas de extensión. Estas son las lagunas de tipo kárstico más importantes de la comunidad aragonesa.

Tras contemplarlas y pasar junto a ellas, tomamos la pista de tierra que lleva a Caserras del Castillo pero, al llegar a un cruce con un panel informativo sobre el citado pueblo, nos desviamos por una pista secundaria a nuestra izquierda. Desde el camino, tuvimos magníficas vistas de Benabarre y de las pequeñas poblaciones de Caladrones, Ciscar y Antenza. Al final de la pista, y solitaria en un campo de labor, se halla la ermita románica de Santa Sofía. Una enigmática construcción religiosa del siglo XIII cuya advocación, más propia de tierras orientales, ha hecho pensar que pudiera haber sido construida por algún caballero cruzado al volver de Tierra Santa.

Después de ver la ermita y hacernos una foto de grupo, tomamos un sendero no muy bien señalizado que nos llevó, en unos minutos, a las llamadas Balsas de Reboll. Se trata de dos lagares, excavados en la roca y comunicados entre sí, que al parecer servían para depositar el vino. Allí, el sendero inicia una pronunciada, aunque corta, subida que, tras pasar por un tramo de paredes de piedra seca, desemboca en una pista, el PR-HU202, que viene de Ciscar y Antenza y que enseguida nos lleva a Caserras del Castillo.

Aunque hay una casa arreglada y dos hermanos acuden al lugar todos los días, Caserras está despoblado desde la década de los años sesenta. Sin embargo, en los años cincuenta, el lugar llegó a tener más de un millar de habitantes. Muchos de ellos eran trabajadores en las obras del cercano pantano de Canelles. Al terminar las obras, los trabajadores se marcharon y la gente del pueblo se sumó a la emigración. En poco tiempo, el pueblo sufrió un rápido deterioro y hoy su arruinado caserío sirve para hacer prácticas de rescate a bomberos y miembros de protección civil. De Caserras eran los gaiteros que amenizaban antiguamente las fiestas de Graus y a quienes aún se va a esperar simbólicamente en el Puente de Abajo cada 12 de setiembre.

Tras merendar junto a la fuente y el lavadero del pueblo, continuamos por la pista que lleva de nuevo a las lagunas de Estaña, donde cerramos el círculo y terminamos la excursión. Fueron diez kilómetros de recorrido con 200 m. de desnivel y tres horas de duración con paradas.

(Artículo publicado hoy en Diario del Alto Aragón)

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