La hija del Este. Clara
Usón. Seix Barral. 2012. 448 páginas.
Cuando
en 2009 Clara Usón ganó el premio Biblioteca Breve con su quinta novela Corazón de napalm, ya escribimos en
estas mismas páginas que la escritora barcelonesa se confirmaba como una de las
voces más destacadas y originales de la narrativa española actual. Su último
libro, La hija del Este, corrobora de
manera absoluta esa afirmación y se convierte en mi opinión en una de las
mejores novelas publicadas en nuestro país en los últimos años.
La hija del Este es una narración ambientada en la reciente guerra de
los Balcanes, que culminó con la disgregación de la antigua Yugoslavia en la
última década del pasado siglo XX. Clara Usón construye un espléndido relato en
el que, de manera muy hábil y bien estructurada, mezcla datos históricos con
conjeturas, hipótesis e incluso viejas leyendas medievales que ayudan a
entender las causas del último gran conflicto bélico ocurrido en tierras
europeas. Contada a través de diversas voces narrativas -entre las que se intercalan varias galerías
de algunos “héroes” serbios como Milosevic, Karadzic o Mladic-, podría decirse que
se trata de una novela histórica en la que se completan con una ficción verosímil
y bien hilvanada los vacíos que la realidad no puede rellenar del todo.
La hija del Este que da título al libro es la hija del general serbio
Ratko Mladic, detenido el pasado año y extraditado a La Haya donde, acusado de crímenes
de guerra, se halla todavía pendiente de juicio. Su hija Ana se suicidó con 23
años en 1994 tras regresar de un viaje a Moscú en compañía de otros
estudiantes. Adoctrinada primero en el comunismo y después en el nuevo fervor
nacionalista, la joven mantenía una estrecha relación con su padre, al que
adoraba y cuyas acciones de guerra creía una respuesta necesaria de los serbios ante la
persecución e injusticias a las que estaban siendo sometidos. Sin embargo,
nunca se conoce del todo a los demás y con frecuencia una misma persona ofrece
diferentes caras según la circunstancia en que se halle. Por otra parte, hasta
los individuos más despiadados en determinadas circunstancias son
frecuentemente tiernos y cariñosos con sus seres más queridos.
En
la novela, además de una gran información sobre el conflicto bélico yugoslavo y
sus causas, hay una crítica directa a las doctrinas nacionalistas que se
extendieron por aquel país tras la muerte del mariscal Tito, “un torbellino
épico, un ciclón enloquecido que nos había devuelto a la más atroz y salvaje
Edad Media”. Como dice uno de los personajes, “el nacionalismo es un invento
burgués del siglo XIX que reivindica un falso pasado histórico de plenitud y
promete un futuro próspero y espléndido: ¡Qué felices seremos cuando por fin
volvamos a estar solos, bailando nuestros bailes y cantando nuestras canciones,
sin la compañía contaminante de los otros”. Porque “el amor a la patria no se
razona, es un sentimiento que está por encima de argumentos, es intemporal y
sagrado”. En La hija del Este se
puede observar, entre otras cosas, a qué trágicas consecuencias llevaron esas
sacralizadas creencias a los habitantes de la antigua Yugoslavia.
Carlos
Bravo Suárez
No hay comentarios:
Publicar un comentario