El
escritor sueco Niklas Natt och Dag (Estocolmo, 1979) ha debutado literariamente
por todo lo alto con “1793”, una novela que ha sido muy premiada en Suecia y
está teniendo un enorme éxito en toda Europa. Natt och Dag (que en
sueco significa Noche y Día) pertenece a una histórica y conocida familia de la
más vieja nobleza sueca y se había dedicado al mundo de la edición antes de dar
el salto a la literatura creativa. Su primera novela, “1973”, forma parte de
una trilogía de la que en Suecia ya se ha publicado la segunda entrega con el
título de “1794”. La tercera, “1795”, se halla ya al parecer en avanzado proceso
de creación. En España, “1973” ha sido publicada recientemente por Salamandra con
traducción de Patricia Antón de Vez y, dado el éxito obtenido, la misma
editorial prepara ya la próxima edición de las otras dos novelas de la trilogía.
Con
“1973”, Niklas Natt och Dag ha logrado una sugerente y atractiva mezcla de
thriller y novela histórica, aunque los sucesos narrados pertenecen todos a la
ficción literaria y, estrictamente, solo la magnífica y documentada ambientación
social y política que sirve de fondo a la trama puede inscribirse en la novela
histórica que, como tal, narra unos hechos y una trama inventados por el autor.
La narración transcurre, como indica su título, en el año 1793 y prácticamente toda
ella sucede en Estocolmo, ciudad que está profusamente descrita en todos los
aspectos. El relato se inicia de una forma un tanto común en las novelas de
investigación: Mickel Cardell, herido de guerra que malvive entre tabernas con
su escasa paga de guardia inactivo, encuentra un cadáver horriblemente mutilado
en una playa de la ciudad. La investigación correrá a cargo de Cecil Wingue, un
joven y brillante abogado, consumido por la tisis que lo tiene al borde de la
muerte, al que el jefe de policía de Estocolmo encarga el caso como un último
favor personal. Wingue y Cardell, que entablarán una extraña amistad, irán desentrañando
los entresijos y las causas del misterioso crimen. Una pareja tan asimétrica y
complementaria que algunos críticos han comparado con Sherlock Holmes y el
Doctor Watson o hasta con Don Quijote y Sancho Panza.
La
investigación y los diferentes personajes que van apareciendo en ella son
verdaderamente fascinantes y componen una trama muy lograda con conexiones que
se van descubriendo progresivamente a través de una estructura narrativa que
divide la novela en cuatro partes, cada una de las cuales transcurre en una
estación del año diferente. La primera y la cuarta tienen como principales
protagonistas a Wingue y Cardell, la segunda es un relato epistolar en el que
el joven Kristofer Blix cuenta sus extraordinarias vivencias y cambios de
fortuna a través de las cartas que envía a su hermana y la tercera narra la
historia de la joven Anna Stina. Las cuatro partes se ensamblan a la perfección
componiendo un relato muy sólido y absorbente.
Pero
tal vez lo mejor de la novela son las descripciones de los personajes y de los
lugares. Como se escribe en la contraportada, “intenso, descarnado y febril, ‘1793’
insufla vida a las calles abarrotadas, los suntuosos palacios y los rincones
más sombríos de la capital sueca a finales del siglo XVIII, y nos ofrece una
sorprendente visión de los delitos que cometemos en nombre de la justicia y los
sacrificios que hacemos para sobrevivir”. Impresionante el retrato de una
sociedad sueca clasista, supersticiosa y despiadada, con clérigos y hasta
verdugos empapados de alcohol a todas horas, con las masas disfrutando de las
ejecuciones públicas en las plazas y con una terrible y cruel lucha por la
supervivencia diaria de la mayor parte de la población. El espectro va desde la
racional y roussoniana actitud de Wingue, casi el único personaje ético de la
novela, hasta el disfrute con el mal y la humillación propio de las novelas de
Sade. El conjunto es desolador, pero la novela tiene una enorme fuerza vital y
capta de maravilla el bullir de las calles, las plazas, las tabernas, los
juzgados, los palacios y hasta los prostíbulos con las prácticas más
humillantes de la ciudad.
Merece
mucho la pena leer esta novela histórico-policiaca que, aunque tenga más de
cuatrocientas páginas, es absolutamente absorbente y se devora con avidez. Estaremos
atentos a la publicación en nuestro país de las otras dos novelas que completan
la trilogía.
“1793”,
Niklas Natt och Dag.
Salamandra. 2020. 432 páginas.
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