Hirbet Hiza. Un pueblo árabe, S. Yizhar, Editorial Minúscula, 2009, 127 páginas.
Hirbet Hiza es una de los principales relatos de S. Yizhar, pseudónimo del gran escritor israelí Yizhar Smilansky (1916 - 2006). La novela, a cuyo título se ha añadido en su versión española la frase aclaratoria Un pueblo árabe, fue escrita y publicada en Israel en 1949. A pesar de los sesenta años transcurridos desde entonces, el contenido del libro mantiene una absoluta vigencia. Tanto en lo que se refiere al conflicto árabe-israelí, que perdura desde aquellas fechas, como en su intención más universal, que transciende la época y la geografía concretas en que suceden los hechos narrados.
La narración está escrita en primera persona. El narrador es uno de los soldados israelíes que participan en el desalojo y la destrucción de Hirbet Hiza, un pueblo árabe imaginario que podría ser cualquiera de los que sufrieron esa contingencia durante la primera guerra entre árabes y judíos que se produjo en los años 1948 y 1949. Una vez destruido Hirbert Hiza, se instalará en su lugar una nueva colonia judía. En un principio, el narrador no se cuestiona las órdenes de sus mandos y participa con indiferencia y rutina en la operación encomendada. Los soldados muestran en sus comentarios su desprecio por los deportados, considerados inferiores e incapaces, y a quienes, en una transmutación del enemigo en no persona tan frecuente en las guerras, llegan a tratar como subhumanos. En su papel de guerreros no hay lugar para la compasión ni la sensibilidad hacia los vencidos.
Sin embargo, la conciencia del narrador va despertando y empieza a pensar que el ejército no tiene derecho a esa ocupación injusta. Primero es un debate que lo tortura por dentro. Después se afianza en él esa opinión que al ser tímidamente exteriorizada es rechazada con contundencia por sus compañeros.
Los argumentos interiores del narrador van transcendiendo del caso concreto a una reflexión más general sobre cómo el pueblo hebreo, que ha sido tan perseguido a lo largo de su historia, ha invertido la situación sin que nadie desde dentro cuestione ese perverso cambio de papeles.
Un libro espléndido, con una magnífica prosa de frases largas y descripciones minuciosas de la naturaleza en que transcurre la narración. Con más valor por ser una de las pocas voces críticas que desde las filas de un pueblo que ha sufrido como pocos a lo largo de la historia es capaz de ponerse en la piel y en el sufrimiento del otro.
Carlos Bravo Suárez
Hirbet Hiza es una de los principales relatos de S. Yizhar, pseudónimo del gran escritor israelí Yizhar Smilansky (1916 - 2006). La novela, a cuyo título se ha añadido en su versión española la frase aclaratoria Un pueblo árabe, fue escrita y publicada en Israel en 1949. A pesar de los sesenta años transcurridos desde entonces, el contenido del libro mantiene una absoluta vigencia. Tanto en lo que se refiere al conflicto árabe-israelí, que perdura desde aquellas fechas, como en su intención más universal, que transciende la época y la geografía concretas en que suceden los hechos narrados.
La narración está escrita en primera persona. El narrador es uno de los soldados israelíes que participan en el desalojo y la destrucción de Hirbet Hiza, un pueblo árabe imaginario que podría ser cualquiera de los que sufrieron esa contingencia durante la primera guerra entre árabes y judíos que se produjo en los años 1948 y 1949. Una vez destruido Hirbert Hiza, se instalará en su lugar una nueva colonia judía. En un principio, el narrador no se cuestiona las órdenes de sus mandos y participa con indiferencia y rutina en la operación encomendada. Los soldados muestran en sus comentarios su desprecio por los deportados, considerados inferiores e incapaces, y a quienes, en una transmutación del enemigo en no persona tan frecuente en las guerras, llegan a tratar como subhumanos. En su papel de guerreros no hay lugar para la compasión ni la sensibilidad hacia los vencidos.
Sin embargo, la conciencia del narrador va despertando y empieza a pensar que el ejército no tiene derecho a esa ocupación injusta. Primero es un debate que lo tortura por dentro. Después se afianza en él esa opinión que al ser tímidamente exteriorizada es rechazada con contundencia por sus compañeros.
Los argumentos interiores del narrador van transcendiendo del caso concreto a una reflexión más general sobre cómo el pueblo hebreo, que ha sido tan perseguido a lo largo de su historia, ha invertido la situación sin que nadie desde dentro cuestione ese perverso cambio de papeles.
Un libro espléndido, con una magnífica prosa de frases largas y descripciones minuciosas de la naturaleza en que transcurre la narración. Con más valor por ser una de las pocas voces críticas que desde las filas de un pueblo que ha sufrido como pocos a lo largo de la historia es capaz de ponerse en la piel y en el sufrimiento del otro.
Carlos Bravo Suárez
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