Extraordinaria excursión por el Cañón de Añisclo que esta primavera es una verdadera sinfonía de verde y agua. Siempre con el rumor del río en nuestros oídos, hemos visto cascadas espectaculares y bosques magníficos, en especial los hayedos del final del recorrido. Hemos llegado hasta la Ripereta, donde hemos hecho la parada del almuerzo-comida. Hemos empezado con sol, aunque se ha ido nublando progresivamente y al final amenazaba una lluvia que no ha llegado a caer. En cualquier caso, por lo encajonado y boscoso, es un recorrido bastante oscuro y ubago, en el que en muchos tramos entra poco el sol y hay en general una sensación de frescor y humedad. Hemos pasado por el puente y la ermita de San Úrbez a la ida y por el molino de Aso a la vuelta. Sorprendente la abundancia de oreja de oso en flor. Seis horas de recorrido algo exigente pero en general llevadero y, sobre todo, ameno y entretenido con muy buena sintonía. Al final, hemos tomado una cerveza reparadora en Escalona, donde ha caído un buen chaparrón.
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