martes, 16 de junio de 2020

ME QUEDO AQUÍ


“Me quedo aquí”, de Marco Balzano (1978), es una magnífica novela que en 2018 recibió en Italia los más importantes premios literarios del país y tuvo un enorme éxito entre los lectores. Ha sido traducida a numerosos idiomas y el pasado año fue editada en España por Duomo Ediciones. Tenía pendiente su lectura desde hacía unos meses y la he disfrutado estos días con verdadero deleite. Tampoco antes había leído nada de Marco Balzano, cuyos libros anteriores creo que no han sido traducidos al español.

            “Me quedo aquí” transcurre en la pequeña población de Curón, en el sur del Tirol, una región del norte de Italia y administrativamente perteneciente a este país pero de cultura y lengua alemanas, hasta el extremo de que la mayoría de la población no sabe hablar en italiano. La historia transcurre principalmente durante Segunda Guerra Mundial, desde unos años antes de la contienda hasta los meses posteriores a su finalización. Desde el inicio del relato, pende sobre la población la amenaza de la construcción de un gran pantano que anegaría la localidad de Curón.

Desde luego, uno de los aspectos más interesantes del libro es la singular situación política de la región geográfica en que está ambientada, pues se produce una insólita lucha entre el fascismo italiano y el nazismo alemán. El masivo rechazo al gobierno italiano, que prohíbe la enseñanza del alemán y persigue su uso, hace que buena parte de la población vea a Hitler con buenos ojos y como un liberador del odiado yugo italiano. Ese conflicto permanente entre lenguas y culturas en el marco de la guerra mundial y la amenaza de la construcción del pantano son los ejes narrativos del relato, que, por otro lado, se ocupa de otros muchos temas que tejen una intensa red narrativa de una gran intensidad emotiva y dentro de un incontrovertible realismo, que transmite siempre una sólida sensación de veracidad.

La novela está protagonizada por una familia del pueblo constituida por la madre Trina, el padre Erich y los hijos Michael y Marica. El principal personaje es Trina, maestra y persona culta e inteligente, una de las pocas del pueblo que además del alemán conoce también el italiano. Trina es, además, la narradora del libro, que escribe a modo de una larga carta dirigida a su hija Marica, la gran ausente a la que unos tíos se llevaron a Alemania sin que sus padres la puedan volver a ver nunca más en el futuro. Trina es, desde luego, un personaje extraordinario y absolutamente entrañable. También Erich, el padre, es un personaje muy importante y espléndidamente construido. Un hombre tenaz y luchador, que vuelve muy tocado del frente pero que nunca desmaya en su lucha y sus convicciones. Michael es el hijo varón que creerá firmemente en el liderazgo de Hitler para liberar a la región de los italianos y que se enfrentará por ello a su propio padre. Hay muchos otros personajes de interés como lo son las amigas de Trina desde la infancia o el padre Alfred que ayuda a los desertores.

Dividida en capítulos cortos que se devoran con avidez, “Me quedo aquí” es una novela espléndida, una de esas historias que quedan en la cabeza del lector cuando termina su lectura y que permanecerá posiblemente para siempre en su memoria. Una novela que cuenta una historia intensa y entrañable que seguro gustará a casi todo tipo de lectores. Terminaré transcribiendo una frase que repite varias veces la narradora y resume en parte la esencia de su carácter: "Seguir adelante, como decía madre, es la única dirección permitida. De no ser así, Dios nos habría puesto los ojos a los lados. Como los peces".

   “Me quedo aquí”. Marco Balzano. Duomo Ediciones, 1919, 240 páginas.

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