domingo, 31 de mayo de 2009

LA TERNURA DE LOS LOBOS

La ternura de los lobos. Stef Penney. Salamandra , Barcelona, 2009, 444 páginas

La ternura de los lobos es, sorprendentemente, la primera novela de la escocesa Stef Penney, licenciada en Filosofía y Teología y dedicada hasta ahora al mundo del cine. Con su libro de debut ha logrado el prestigioso Costa Book of the Year Award y un importante éxito entre los lectores anglosajones. Y es que La ternura de los lobos es una novela apasionante, con todos los ingredientes de las grandes narraciones de siempre.

El libro recuerda en muchos momentos a algunas de las mejores novelas del siglo XIX, pero tiene también bastantes rasgos de la narrativa moderna. Una tupida y trabajada trama envuelve a un buen número de personajes, a los que el lector va conociendo más a fondo a medida que actúan y avanza la historia contada. Sin embargo, la novela está escrita con un ritmo rápido, casi trepidante, con secuencias breves, frases cortas, mucho más diálogo que descripciones y diversidad de puntos de vista, con alternancia entre la tercera persona de un narrador externo y la primera de uno de los personajes del relato.

La ternura de los lobos es una novela de intriga y aventuras, ambientada a mediados del siglo XIX en las inhóspitas y salvajes tierras del noreste de Canadá. El punto de partida de la narración es Dove River, un pequeño poblado recién fundado por pioneros escoceses en un territorio remoto y apenas explorado. Allí se dan cita una serie de personajes, en buena medida inadaptados, que pretenden comenzar una nueva vida. Son personajes duros, como el clima y el paisaje en el que viven, como los largos inviernos de unas tierras habitadas por los lobos y los osos y con la escasa presencia humana de algunos tramperos y unos pocos indios. Personajes poseídos por el “dolor de la memoria”, que necesitan ocultar sus sentimientos aunque éstos acaben aflorando a su manera en el relato. El acertado título del libro -una paradoja o una contradicción en sus términos- es una bella referencia metafórica a la existencia de una sensibilidad escondida tras una gruesa capa de aparente dureza impenetrable.

Un asesinato y una desaparición ponen en marcha a los personajes por los majestuosos paisajes nevados de los inmensos bosques y la fría tundra canadiense. Por estos espacios abiertos, casi intransitables para el ser humano y llenos de peligros e inclemencias climáticas, transcurre buena parte de la novela. Sin embargo, además de Dove River, hay otros dos lugares que remansan el movimiento constante de los personajes: una comunidad de cristianos puritanos noruegos y una remota factoría de la Hudson Bay Company, poderosa compañía que controla el comercio de pieles y que, en ausencia de otras estructuras sociales y políticas, ejerce funciones de policía. La intriga y el suspense no se resuelven hasta las últimas páginas del libro y mantienen siempre viva la atención del lector.

Una novela intensa, de lectura apasionante, como las grandes narraciones de otras épocas.

Carlos Bravo Suárez

4 comentarios:

Anónimo dijo...

Hola Carlos:

Tan sólo saludarte ya que he compartido página contigo algún domingo en el Diario del Altoaragón. No te conocía y me alegra haberte encontrado. Te leeré más tranquilamente

carlos bravo suarez dijo...

Gracias por tu comentario, Berbi. También me alegro de conocerte y, a partir de ahora, iré visitando tus blogs que, por lo que he visto en una primera y rápida incursión,contienen unas fotos preciosas del Pirineo. Creo que coincidimos bastante en gustos y aficiones.

Un saludo muy amistoso.

ChusdB dijo...

¡Apetece...sí,señor, la voy a comprar!

carlos bravo suarez dijo...

Me alegro de haber despertado tu interés por la novela, Chus. Me gustaría mucho conocer tu opinión cuando la hayas leído.